De acuerdo: la pregunta es muy amplia. Al igual que nos sucede a los humanos, cada perro es un mundo; y cada pastor alemán, también. Pero también es cierto que hay ciertas características, comunes a cada raza canina, que permiten diseñar una serie de ejercicios y pautas con las que mejorar el comportamiento y la actitud de nuestros peludos amigos. Así que hoy vamos a ver algunos consejos profesionales sobre cómo adiestrar a un pastor alemán, disfrutando a tope del proceso y haciendo que nuestras mascotas sean felices… Y sigan haciéndonos felices a los demás.
Cómo adiestrar a un pastor alemán: la raza más popular
Si hay una raza de perro popular en todo el mundo, esa es sin duda el pastor alemán. Por su imponente presencia, su inteligencia, su empatía con los humanos y su carisma, estos perros son los favoritos de muchas familias. Y no solo en el ámbito doméstico: sus muchísimas capacidades la han convertido en una raza ideal para trabajos de rescate y para la investigación policial. Y si no, ¡que se lo digan a ‘Rex, un policía diferente’!
Trabajar con estos animales y ayudarles a desarrollar todo su potencial es un campo apto solo para profesionales. Si te ves en este perfil, para aprender cómo adiestrar a un pastor alemán lo mejor es realizar un Curso de Adiestramiento Canino de buen nivel, con referencias y suficientes horas de prácticas. La formación te capacitará como técnico de adiestramiento y te abrirá las puertas de todo tipo de negocios relacionados con estos maravillosos animales. ¡No dejes de valorarlo!
Aunque parezca que estos magníficos animales llevan con nosotros desde tiempos inmemoriales, de eso, nada. Su historia comienza en 1899, cuando el ex estudiante de veterinaria y antiguo militar alemán Max Von Stephanitz conoció a un perro, Hektor, en una exposición canina. El animal procedía de un programa de cría de perros de pastoreo y su aspecto era ya muy similar al de los pastores alemanes que conocemos hoy. Von Stephanitz se enamoró del can y se quedó con él: su pasión le hizo fundar ese mismo año la Sociedad del Pastor Alemán, la primera del mundo y aún activa.
Las tres claves en el adiestramiento de estos perros
Estos adorables peludos fueron los primeros reconocidos como raza por la asociación de registro de razas caninas más importante del mundo, la norteamericana The Kennel Club. No es raro, por tanto, que los humanos hayamos estudiado cómo adiestrar al pastor alemán desde hace más de 150 años. Al igual que sucede con muchas otras razas y con perros mestizos, las pautas de entrenamiento difieren muchísimo en cada ejemplar.
Pero hay ciertas cuestiones que son comunes a todos ellos. Cuando el perro tenga entre 6 y 8 semanas de edad, será el momento de empezar a trabajar con él. Y antes de empezar, hay tres claves que siempre debes tener en cuenta. Son las siguientes:
- Frecuencia. Si es posible, intenta trabajar con tu pastor alemán una vez al día. Hazlo siempre en un momento en el que suela estar motivado, centrado y alerta. Una buena estrategia es entrenarle antes de alguna de las comidas y convertirlas en una recompensa. y en cuanto a la duración, lo mejor es que sean sesiones cortas de no más de 15 minutos cada día.
- Recompensa. La comida suele ser la más habitual, pero no lo bases todo en ella: los juguetes también les encantan y estimulan sus sentidos. Prueba con distintos tipos: pelotas, animales ruidosos, juguetes duros, blandos… Y cuando descubras cuáles son sus favoritos, úsalos para motivarle.
- Rutina. Las sesiones deben empezar siempre a la misma hora; estos perros son muy inteligentes y saben qué esperar y cuándo hacerlo. Un consejo: el adiestramiento a última hora de la tarde es perfecto para cansar a los cachorros y favorecer el sueño.
Y ahora, quédate con algo importante. Es fundamental que gestiones también tus propias expectativas y tengas paciencia. Piensa que tu punto de vista no es el mismo que el del animal; si no os entendéis, tú te frustrarás y él también. Conócelo bien, “escucha” sus reacciones y piensa que, en realidad, él no entiende el lenguaje de los humanos, aunque parezca que sí…
La socialización, una parte esencial del adiestramiento
Para saber cómo adiestrar a un pastor alemán de la forma adecuada, hay que ser consciente de que hay cosas más importantes que otras. Es mejor centrarse en aspectos de comportamiento, como las relaciones con los humanos y con otros animales, antes de empezar a enseñarles a saltar obstáculos o a correr.
A partir de las 8 semanas, los pastores alemanes necesitan socializar para aprender a convivir con su entorno. En este sentido, el entrenador de perros norteamericano Jacqui Foster recomienda lo siguiente: “Yo, personalmente, me inclino por desarrollar la autoconfianza en los cachorros. Para ello, lo mejor es hacer juegos cortos (3 minutos) y divertidos que fortalezcan los lazos entre humano y animal. Poco a poco iremos incorporando superficies irregulares, ruidos, otros miembros de la familia… Un cachorro seguro de sí mismo es un cachorro feliz”.
Además de aprender a relacionarse, en esta época es fundamental que el perro se acostumbre a su camita y duerma en ella. No dudes en darle sus comidas en ella hasta que le “coja cariño”, y ponle en ella también cuando tengas que dejarle solo para dedicarte a otras tareas. Insiste hasta que lo consigas: se sentirá mucho más seguro, incluso cuando no estés en casa.
Cómo adiestrar a un pastor alemán entre los 3 y los 24 meses
Cuando tu cachorro vaya progresando y creciendo, podrás empezar a diseñar otros programas de entrenamiento más ambiciosos. Los pastores alemanes son “niños grandes”; estos perros no se consideran adultos hasta que tienen 2-3 años. En los meses siguientes tendrás que perseverar con el adiestramiento, sobre todo en lo que a obediencia y control de los impulsos se refiere.
Con 3 meses, será el momento de enseñar a tu cachorro a acudir cuando le llames. Y sobre todo, tendréis que trabajar fuerte en el control de impulsos. Estos canes son proclives a perseguir todo lo que se menea, desde gatos hasta coches: un buen adiestramiento evitará problemas y accidentes, e incluso puede salvar la vida del animal.
También es importante enseñarles a no ladrar, excavar o masticar todo lo que pillan, y la clave para lograrlo es conseguir que el perro se centre en lo que le mandas. Un buen ejercicio, por ejemplo, es mandarle que se siente antes de comer, de jugar con su juguete favorito, salir a la calle… Cuando lo consigas, lograr que obedezca en otras cuestiones será mucho más sencillo. Ten paciencia y verás cómo el trabajo da sus frutos.
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