Aspectos generales del Alzheimer en perros

El Alzheimer en perros es una enfermedad que no siempre se diagnostica correctamente. Por eso, lo ideal es conocer sus síntomas generales y acudir inmediatamente a la clínica veterinaria si detectamos alguno de ellos.

“Esta enfermedad neurodegenerativa progresiva suele afectar a los perros de entre 11 y 15 años.”

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¿Qué es el Alzheimer en perros?

Al igual que las personas, los perros experimentan cierto deterioro físico al envejecer. Dentro de su propio ciclo de vida, se consideran ancianos a los perros que tienen más de 7 o 9 años. No obstante, esto puede variar según la raza o el tipo de animal. Por ejemplo, los perros de tamaño pequeño suelen tener una esperanza de vida más larga de lo habitual.

El Alzheimer en perros, o Síndrome de Disfunción Cognitiva, es una enfermedad degenerativa que afecta al cerebro de los perros de avanzada edad. Este problema de salud se presenta con cambios de conducta y otros síntomas que condicionan el bienestar y la calidad de vida del animal afectado.

Algunos de los cambios estructurales y bioquímicos que se producen en el cerebro del perro con Síndrome de Disfunción Cognitiva son los siguientes:

• Deterioro de la neurogénesis.
• Reducción de neurotransmisores.
• Reducción de la materia blanca.
• Reducción de la materia gris.
• Acumulación de sustancia beta – amiloide.

Aproximadamente el 20 % de los perros ancianos desarrolla esta enfermedad. Por eso, conviene estar atentos a posibles cambios en el comportamiento de nuestras mascotas.

Por otro lado, también es habitual la demencia senil en perros de avanzada edad.

Los síntomas del Alzheimer en perros

El Síndrome de Disfunción Cognitiva afecta a varias funciones del sistema nervioso de los perros: el aprendizaje, la conciencia, la memoria, la percepción, etc. Sin embargo, no es una enfermedad fácil de detectar debido a que sus síntomas son inespecíficos.

Algunos de los síntomas que puede presentar un perro con Alzheimer son los siguientes:

• Camina sin rumbo por la casa.
• Emite vocalizaciones sin motivo aparente.
• Tiene la mirada fija en un punto.
• No tiene tanta curiosidad como antes.
• No reacciona a los estímulos como antes.
• Está apático.
• Ya no se acicala.
• Lame objetos de manera compulsiva.
• Tiene menos apetito.
• Tiene más apetito.
• Presenta cambios alimentarios o come objetos.
• Duerme más por el día.
• Se despierta mucho por la noche.
• Ladra por la noche.
• Ya no se relaciona igual con las personas.
• No busca la atención de sus dueños.
• Ya no quiere jugar.
• No reconoce a las personas.
• No responde cuando se le llama.
• Se desorienta y se pierde en lugares conocidos.
• Se queda bloqueado en un rincón o ante un obstáculo.
• Tiene problemas para encontrar las puertas o se queda parado delante de las puertas equivocadas.
• Ya no responde a las órdenes conocidas.
• Le cuesta aprender trucos nuevos.
• Hace sus necesidades en casa.

Al principio, los cambios son sutiles y es difícil detectarlos. Sin embargo, poco a poco se van agravando.

Síndrome de Disfunción Cognitiva: diagnóstico y tratamiento

Si nuestro perro presenta alguno de los síntomas mencionados en el apartado anterior, tendremos que acudir a la consulta del médico veterinario.

Allí, el especialista examinará al animal y nos hará una serie de preguntas. También es posible que realice ciertas pruebas o análisis. Para determinar el diagnóstico, tendrá que descartar otras patologías.

El Alzheimer en perros no tiene cura, por lo tanto, el tratamiento estará orientado a mejorar la calidad de vida del animal y a retrasar el avance de los síntomas.

Entre las medidas que el médico veterinario puede recomendar se encuentran las siguientes:

• Terapia de comportamiento: manteniendo una rutina sencilla, reduciendo los tiempos de los paseos, disminuyendo los estímulos estresantes, etc.
• Cambios en la alimentación: proporcionando al animal una dieta rica en antioxidantes.
• Medicación: en ciertos casos, el médico veterinario puede recetar medicamentos específicos.

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Algunas de las funciones que realizarías como ATV son las siguientes:

• Asistir al médico veterinario en la consulta y en las intervenciones quirúrgicas: el ATV tiene que ayudar al especialista en medicina de animales en todo aquello que necesite para desempeñar su trabajo de manera eficaz.
• Atender la recepción de la clínica veterinaria: recibir a los clientes, tomarles los datos, gestionar las fichas, dar citas, administrar la agenda, etc.
• Gestión de stocks y pedidos: el ATV puede encargarse de mantener al día el stock de la tienda de accesorios y el almacén de material sanitario.
• Atender la tienda de accesorios: casi todas las clínicas veterinarias tienen a la venta productos de diverso tipo para el cuidado de los animales. El Asistente de Veterinaria puede encargarse de guiar a los clientes y de gestionar la tienda.
• Mantenimiento y limpieza: una clínica veterinaria no deja de ser un centro de salud. La salud y la seguridad no se pueden garantizar en un entorno descuidado y poco higiénico. El ATV también puede contribuir en la esterilización del material y de las instalaciones de la clínica.

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Nota: El artículo no es clínico y los contenidos pueden no corresponder con una situación de salud veterinaria específica al no ser redactados por especialistas. Recomendamos acudir al médico veterinario para el tratamiento o consejo de cualquier problema de salud de tu mascota.