Cómo entrenar a un perro de terapia: las claves

Además de compañía, los canes pueden aliviar los efectos de muchas enfermedades y trastornos. Pero para participar en sesiones terapéuticas antes deben estar debidamente adiestrados y exponerse a diversos estímulos. Nuestros Curso de Terapia Asistida con Animales y Máster en Terapia Asistida con Animales son ideales si quieres saber cómo entrenar a un perro de terapia. En este artículo te damos algunas claves y te ayudamos a elegir al ejemplar perfecto. ¡Toma nota!

De amigo a sanador: cómo entrenar a un perro de terapia

Puede que tu amigo perruno te parezca excelente para una sesión de apoyo y quieras iniciarlo en este interesante universo, o que te atraiga la idea de trabajar como adiestrador canino. Sea como sea, deberás tener muy claro cómo entrenar a un perro de terapia para que no solo sea útil, sino que reaccione de manera controlada ante toda clase de situaciones.

El entrenamiento de perros de terapia es un proceso con varias fases que van de la educación más elemental a los “trucos” más complejos. Entremedias, tendrás que someterlo a circunstancias estresantes, como ruidos fuertes o pisotones, ya que los pacientes pueden llegar a replicarlos si, por ejemplo, pertenecen al espectro autista.

Para que el adiestramiento sea efectivo es preciso que seas paciente y que sigas siempre el mismo protocolo de actuación. Asegúrate de que tu compañero se encuentra cómodo en cada uno de los ejercicios que practicáis y que disfruta del aprendizaje.

La paciencia y la perseverancia son imprescindibles para completar la instrucción con éxito

Por muy loable que sea la meta, su bienestar sigue siendo lo prioritario. Así que ya lo sabes: si está sufriendo, quizá la terapia no sea lo suyo y debas renunciar a tus propósitos. ¡No le fuerces!

Fases del entrenamiento de perros de terapia

Premios y temple. Esa es la base de cualquier estrategia para adiestrar satisfactoriamente a un animal de compañía.

El mejor entrenamiento es el que recurre al refuerzo positivo, recompensando al can cuando responda. No tomes represalias si no se comporta como deseas. Ignorándolo o gritándole solo conseguirás que te tenga miedo o que perciba el aprendizaje como algo nocivo.

Limítate a darle caricias o snacks en el momento en el que deje de realizar la acción que no te gusta, para que vaya estableciendo conexiones sin que su felicidad peligre. A continuación, te indicamos cómo entrenar a un perro de terapia en tres fases bien definidas. ¡Aplícalas y observa cómo ocurre la magia!

1.    Educación básica: los comandos elementales

Ningún perro será adecuado para la terapia si no conoce las instrucciones sencillas que le permitan convivir con otras personas y animales. Hablamos de órdenes como la de sentarse, tumbarse o permanecer quieto, así como de miccionar fuera de casa y evitar los tirones.

Sin estos comandos no podremos trabajar la obediencia que más tarde requerirá el adiestramiento para las sesiones de apoyo. Será como querer construir un edificio sin muros de carga. ¡No habrá forma!

2.    Socialización: exponlo a nuevas experiencias

Junto a las órdenes básicas, será vital que fomentes el contacto de tu amigo con otros perros. Así evitarás los arranques de ira que algunos acaban mostrando al pasar cerca de sus parientes o incluso sustos más graves como las peleas.

Haz que lidie con distintos tipos de ambientes y vehículos como coches o bicicletas. Puedes contratar a un paseador o pedir a tus allegados que lo saquen para que no ponga trabas en el futuro si tiene que salir con personas que no conoce.

Como entrenar a un perro de terapia no es lo mismo que adiestrarlo para una finalidad genérica, la habituación debe incluir los materiales típicos de los espacios en los que se desarrollan las sesiones. Por ejemplo, sillas de ruedas o muletas.

Habitúalo a toda clase de ambientes, personas y objetos: ¡así siempre reaccionará con calma!

Ten en cuenta que los participantes pueden tener comportamientos impredecibles, pero que tu can no puede serlo. ¿Cómo lo logras? Acostumbrándolo a palmadas, gritos e incluso a golpes accidentales, esto último realizando presiones de intensidad progresiva y premiándolo cada vez que acaban.

3.    Adiestramiento especial: ¿cómo entrenar a un perro de terapia?

La última etapa del aprendizaje la componen los movimientos que se le pedirán al prestar asistencia. Entre otros, pasar por túneles o aros, cargas objetos, saludar o apoyar la cabeza en las piernas del paciente.

El método de enseñanza es el mismo que el de la educación elemental, y la lista de “trucos” puede ser infinita. Con estas instrucciones, tu perro se convertirá en un animal muy útil, capacitado para reconfortar con su cariño y su compañía a personas con problemas físicos, mentales y emocionales.

Adopción para perros de terapia: ¿es una buena idea?

Hemos hablado de cómo entrenar a un perro de terapia, pero, ¿qué animal es idóneo para este tipo de instrucción? Lo cierto es que cualquiera con el carácter y la edad adecuada es apto, aunque existen razas más genéticamente predispuestas que otras.

Es decir, que la adopción es una alternativa válida para conseguir un perro de terapia, siempre que te asegures de que no ha sufrido abusos que hayan trastocado su forma de relacionarse.

Si es posible, hazte con un cachorro, ya que aprenderá más rápidamente los comandos. Los ejemplares adultos también pueden convertirse en “terapeutas”— la educación específica se inicia cuando alcanzan la madurez— pero es importante que ya hayan aprendido lo básico en sus primeros meses de vida.

¡Descubre cómo entrenar a un perro de terapia!

¿Ya tienes claro cómo entrenar a un perro de terapia? En el Curso de Terapia Asistida con Animales de Nubika podrás conocer mejor los pasos explicados en este artículo y participar en tratamientos capaces de ayudar a multitud de personas.

Aprenderás a instruir tanto a canes como a caballos y disfrutarás de un periodo de prácticas profesionales. Siempre estarás acompañado por nuestro equipo de expertos. ¡Coge el silbato y empieza tu carrera!