Dirofilariasis en los perros

La dirofilariasis en los perros es una enfermedad grave que tiene un tratamiento complejo. Este parásito es endémico de los países que limitan con el Mediterráneo, pero se puede prevenir de una manera sencilla protegiendo a tu fiel compañero.

A lo largo de este artículo analizamos su sintomatología, tratamiento y medidas de profilaxis con las que hacer frente a la dirofilariasis. Para descubrir más sobre esta y otras enfermedades fórmate con nuestro Curso de Auxiliar Técnico Veterinario y haz realidad tu vocación.

¿Qué es la Dirofilariasis y cómo afecta a los perros?

Conocidos como gusanos del corazón, la dirofilariasis es una enfermedad causada por unos parásitos que se alojan en el corazón y/o pulmón desarrollando, de manera lenta, graves problemas en estos órganos que pueden llegar a causar el fallecimiento del animal.

Estos gusanos, conocidos como Dirofilaria immitis, son grandes (alcanzan los 30 centímetros) y de cuerpo redondo. Viven hasta 7 años en el animal, concretamente entre el ventrículo derecho y los pulmones a través de la arteria pulmonar.

Aunque los perros son los principales damnificados pueden afectar a los gatos e incluso a los humanos. Se trata de una enfermedad endémica de zonas templadas, especialmente frecuente en países de la costa mediterránea. Además, ante el aumento de las temperaturas, se prevé una expansión de su área de influencia por lo que la prevención resultará clave para proteger a nuestras mascotas.

Ciclo de vida y transmisión de la Dirofilariasis

Este gusano cuenta con un ciclo de vida específico y un método de transmisión concreto. Los responsables de llevarlo de un animal infectado a otro sano son los mosquitos culícidos que ingieren las larvas al picar a un perro afectado.

En este punto, el mosquito actúa como hospedador intermedio permitiendo su desarrollo hasta que vuelven a contar con capacidad infecciosa transmitiéndose a un nuevo animal mediante la picadura.

Una vez en el torrente sanguíneo del huésped, crece y se desarrolla durante unos 7 meses. En ese punto alcanzan el estadio de gusanos adultos y se alojan en las paredes de los vasos sanguíneos dañando las estructuras anatómicas mencionadas.

La proliferación es muy alta, un perro infectado por dirofilariasis puede contar con más de 250 gusanos en edad adulta. Estos se reproducen generando nuevas larvas en el torrente sanguíneo que pasan al mosquito en caso de picadura, iniciando un nuevo ciclo.

Imagen obtenida de la American Heartworm Society para su distribución gratuita

Síntomas de la Dirofilariasis en perros

Esta enfermedad cuenta con unos síntomas que se van agravando según se desarrolla. Es muy extraño que aparezcan de forma repentina, simplemente se van intensificando. Su evolución es progresiva y, por lo general, de carácter crónico pudiendo llevar a un desenlace fatal.

El diagnóstico se realiza mediante un análisis sanguíneo de antígenos específicos (Ag), radiografías de tórax y electrocardiogramas.

Estas son las principales fases por las que pasa el animal:

1. Inicio de la infección: sin sintomatología remarcable, solo visible con una prueba Ag con resultado débil.
2. Enfermedad leve: tos, se observa una dilatación leve en las arterias pulmonares (radiografía de tórax) y un resultado Ag débil.
3. Enfermedad moderada: se añade la dificultad para realizar ejercicio y sonidos pulmonares extraños. La prueba Ag es marcada y en la radiografía se observan anomalías pulmonares junto a la dilatación arterial. Además, aparecen alteraciones cardíacas en el electrocardiograma.
4. Enfermedad grave: a los anteriores se suma la dificultad respiratoria, hinchazón en el hígado, sonidos cardiacos extraños y pérdidas de consciencia. El test Ag vuelve a ser marcado, la radiografía es similar a la anterior y en la ecografía las alteraciones son más evidentes.

A todos estos síntomas se suma un malestar general del animal que puede derivar en actitudes de protesta, pérdida de apetito, debilidad y colapso.

Tratamientos disponibles y manejo de la Dirofilariasis

Una vez diagnosticada la enfermedad, llega el momento de poner en marcha un tratamiento. La primera medida es limitar la actividad física del can y comenzar con fármacos que matan a este parásito en su estadio larvario. Su muerte es un riesgo para el perro por lo que deben complementarse con otros medicamentos que ayuden a controlar la reacción del organismo.

Una vez eliminadas las larvas es el momento de acabar con los gusanos adultos con una nueva medicación. Completado el proceso, se realiza una prueba diagnóstica para asegurar el resultado. En función de la gravedad de la enfermedad, todo el tratamiento puede suponer hasta 280 días según el protocolo de la American Heartworm Society.

La eficiencia de este proceso es más alta cuanto más leve resulte la infección. En los casos más graves puede ser necesaria una intervención quirúrgica para eliminar los gusanos del ventrículo, pero se realiza en muy pocas clínicas y es muy costosa.

Medidas preventivas contra la Dirofilariasis en perros

La mejor manera de evitar la dirofilariasis es recurrir a las medidas preventivas. Existen un gran número de fármacos de alta comercialización que evitan la infección por este parásito. Se trata de lactonas macrocíclicas que pueden administrarse por dos vías:

• Oral: mediante pastillas.
• Spot-on: conocidas como pipetas, se aplican en la zona dorsal del animal.

La frecuencia de aplicación varía en función del tratamiento elegido, lo más común es que se dé trimestral o mensualmente. Aunque el mosquito es más prolífero en verano, se adapta mejor a las altas temperaturas, en las zonas endémicas es recomendable protegerlos durante todo el año para más tranquilidad.

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Bibliografía

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• Marie, C. (n.d.). Dirofilariasis. Manual MSD versión para profesionales. Retrieved July 10, 2024, from https://www.msdmanuals.com/es-es/professional/enfermedades-infecciosas/nematodos-gusanos-redondos/dirofilariasis