Si te van los retos, y más aún cuando se tratan de nuestros amigos de cuatro patas, ve calentando motores. Porque hoy vamos a intentar definir cuál es el perro más difícil de adiestrar; o, mejor dicho, los perros. Sigue leyendo para conocer a estas razas: descubrirás consejos “nivel pro” para su adiestramiento, y qué hay de cierto en eso de que la genética influye también en su carácter. Eso sí: ¡prepárate para enamorarte de todas!
El perro más difícil de adiestrar… Y lo que esconde este comportamiento
Algunos de nuestros perros son súper obedientes. Otros, en cambio, son verdaderos outsiders cuando llega la hora de ser educados. ¿Por qué? Pues porque las 350 razas reconocidas por la Federación Canina Internacional, fundada en 1911, poseen unas características únicas. Igual que hay canes grandes y pequeños, los hay más dóciles y más tozudos… En resumen, que cada perro y su personalidad son todo un mundo.
Hasta aquí, todo bien. Pero, ¿a qué se deben estas diferencias entre unos y otros? Al parecer, la raza y el entorno influyen sobre el rendimiento del animal, cuando recibe unas órdenes concretas. Sin duda, el adiestramiento canino es un campo apasionante que ayuda a educar a nuestros amigos de cuatro patas y corregir conductas no deseadas. Si te ves en este perfil, anímate a realizar un Curso de Adiestramiento Canino: te prepararás a fondo para trabajar con las mascotas más inteligentes, hermosas y especiales. ¿A que suena guapísimo?
Volviendo a lo nuestro (ya sabes, el perro más difícil de adiestrar), el psicólogo y profesor Stanley Coren habló indirectamente sobre ellos en su famoso libro The Intelligence of Dogs (La fabulosa inteligencia de los perros), publicado en 1994. El experto decidió realizar un ranking de los canes más inteligentes, relacionando su inteligencia con la capacidad para comprender y asimilar órdenes. En concreto, clasificó alrededor de 100 razas; y algunas de sus conclusiones han sido irrebatibles durante años. Como por ejemplo, que el 51% de la inteligencia de un perro procede de su genética, mientras que el 49% es producto de su entorno y circunstancias ambientales. Parecía que estaba todo dicho, pero… ¡Cuidado!
No solo cuestión de raza. ¡Para nada!
Los argumentos de Coren han prevalecido durante mucho tiempo entre la comunidad científica y los expertos en adiestramiento canino. La raza siempre ha estado ahí como punto básico a valorar, a la hora de determinar cuál es el perro más difícil de adiestrar: desde el lebrel afgano, al chow chow, pasando por el basset hound… Pero un estudio reciente ha demostrado lo contrario. En él, un equipo de investigadores de la Universidad de Massachusetts revela que la raza no es un buen indicador del carácter de los perros: en realidad, solo influye en su personalidad en un porcentaje del 9%. Alucinante.
La investigación también ha dejado claro que la actitud de los canes depende ante todo de la socialización que reciban. Es decir, de su educación y del entorno en el que hayan sido criados. De manera que el perro más difícil de adiestrar, por muy difícil que nos lo ponga, puede empezar a dejar de serlo si se intensifica el trabajo en estos terrenos o se recurre a técnicas más creativas.
Para empezar, cuanto antes comience su etapa de socialización, mucho mejor. Esta etapa se define como el periodo de su vida en el que aprenden a relacionarse con otros miembros de su especie, otros animales y los humanos. Se desarrolla sobre todo durante sus primeras semanas (entre la tercera y la duodécima), cuando viven sus primeras interacciones: estas relaciones influirán en su personalidad de forma determinante.
Un grupo de “rebeldes” que querrás llevarte a casa
Si algo tienen en común estos peludos, inteligentes pero bastante menos dóciles que el resto de su cuadrilla, es que necesitan procesos de aprendizaje más dilatados en el tiempo. Y por supuesto, más paciencia y dedicación. Por lo general, precisan entre 80 y 100 repeticiones para comprender una orden, mientras que los más obedientes pueden lograrlo con menos de 5 repeticiones.
Es justo lo que les pasa a estas razas: no lo ponen fácil en su adiestramiento, pero cualquiera puede llegar a ser ese compañero fiel que cualquier animal lover va buscando. Ahí va el ranking de los rebeldes caninos que más molan:
Lebrel afgano, elegante y tozudo al 50 por ciento
Empezamos por él, porque esta variedad de galgo quizá sea la menos obediente del ranking. Ha desarrollado una especie de audición selectiva, por la que elige contestar o no a las órdenes dependiendo de sí le gustan o no, como correr o bañarse. Muy inteligente, independiente y de fuerte temperamento, su tozudez es un reto para los educadores caninos, que aconsejan iniciar su educación desde cachorros con métodos en positivo. Si no se socializa, puede llegar a mostrar un carácter indómito.
Chow Chow, una belleza con personalidad
Estás delante de un perro de carácter independiente y obstinado, con tendencia a desafiar a la autoridad cuando comienza el adiestramiento. Es más de tomar decisiones por su cuenta; su terquedad llega a desesperar, sobre todo cuando se empeña en escaquearse de hacer algo que no le mola. Por eso, los métodos de entrenamiento siempre deben basarse en el refuerzo positivo y la paciencia. Es muy importante establecer un adiestramiento gradual, poniendo límites desde el principio. La socialización temprana también es beneficiosa para su desarrollo.
Basset Hound, el rey de la “no violencia”
Inconfundible por sus adorables orejotas caídas, es un perro de caza. De manera que, por encima de todo, sigue su instinto olfativo antes que acatar las órdenes de su compañero humano. Pero sobre todo, es difícil de adiestrar porque va a su propio ritmo: se toma su tiempo para interpretar lo que le están pidiendo. Para lograr resultados óptimos en su aprendizaje se recomienda crear una relación de confianza y cariño con él, apostando por el refuerzo positivo y avanzando en el aprendizaje a medida que demuestra progresos. Los juegos estimulantes y los ejercicios de obediencia fomentan su interés en el adiestramiento.
Jack Russell: la potencia sin control
Inteligente, audaz y todo energía (que necesita canalizar): así es esta raza. Precisamente, su personalidad fuerte y enérgica perjudica su aprendizaje, pues tiende a distraerse con facilidad. También es un perro muy curioso: le encanta buscar nuevos estímulos, y debido a ello, no acata bien la autoridad. Por eso, lo ideal es concebir un adiestramiento firme y paciente, empleando técnicas de refuerzo positivo y recompensas para mantener su atención. Sin olvidarte de proporcionarle suficiente ejercicio y estímulos mentales.
Entrenar a la raza de perro más difícil de adiestrar: un reto que merece la pena
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