Vivir en compañía de un minino es toda una experiencia. Sobre todo, para aquellos y aquellas que tengan pasión por estos animales tan increíbles, y con tanta personalidad (o “gatonalidad”). Además de regalarle muchas dosis de amor, hay que tener muy clara la importancia de su alimentación para garantizarle una buena salud. Es fundamental saber cómo preparar un plan de nutrición felina acorde a su edad y raza, para que nuestro gatete viva sano, con un peso saludable y feliz como una perdiz durante muchos, muchos años. Te invito a seguir leyendo: te encantará convertirte en su “nutricionista particular”.

Cómo preparar un plan de nutrición felina de primer nivel

La salud de nuestros michis y su longevidad dependen en gran medida de la alimentación que hayan recibido a lo largo de su vida. Una dieta equilibrada y adecuada les dará los nutrientes que necesitan, fortalecerá sus sistemas inmunológicos, ayudará a prevenir enfermedades y logrará que sean mascotas felices. Ya lo dice el refrán: de la panza viene la danza…

Por tanto, es importantísimo saber cómo preparar un plan de nutrición felina equilibrado, capaz de adaptarse al crecimiento de nuestros adorables compañeros de vida. Influirá en su desarrollo físico, emocional e incluso su salud dental. Si estás empezando a interesarte de verdad por este tema y te apetece profundizar desde un punto de vista más profesional, no lo dejes pasar. Anímate a hacer un curso de Nutrición animal: canina, felina y equina y conocerás a fondo la importancia de la alimentación en la salud animal. Y, por supuesto, dominarás sus fundamentos para trabajar con los seres más maravillosos.

Volviendo al lío, tampoco hay que volverse loco buscando alternativas. En primer lugar, hay que tener muy presente que nuestros amigos gatunos son animales carnívoros por naturaleza. ¿Y entonces? Pues que, nos guste o no, la base principal de su alimentación deben ser proteínas de alta calidad procedentes de fuentes animales (como mínimo un 30% de la dieta). No sólo son el combustible que les aportará la energía diaria que necesitan: también contribuyen a que sus músculos se mantengan sanos y se desarrollen adecuadamente.

Ni vegetarianos, ni veganos: ¡carnívoros!

No tiene mucho sentido pensar en cómo preparar un plan de nutrición felina, sin conocer antes cuáles son los principales nutrientes que van a necesitar nuestros amigos. Sería empezar la casa por el tejado, ¿verdad?. Los expertos en alimentación animal consideran que la dieta más recomendable debe ser rica en proteínas de origen animal, moderada en grasas y baja en carbohidratos. Y siempre, que incluya aminoácidos esenciales, ácidos grasos como omega 3 y 6, y una serie de vitaminas y minerales vitales para su salud.

Todo esto suena muy bien, pero hay que profundizar un poco en cada nutriente: solo así podremos introducirlos en la dieta de los michis, siempre a través de los alimentos disponibles. Esta pequeña guía te será de ayuda:

  • Proteínas de origen animal. Deben ser el ingrediente principal (pollo, pescado, pavo, etc.). Cuando el alimento elegido es pienso seco, tendría que contener un 30% como mínimo. Y se recomienda complementarlo con comida húmeda que lleve una alta cantidad de proteína.
  • Grasas. Los gatos también obtienen buena parte de su energía a través de ellas. Por eso, lo ideal es que su dieta lleve alrededor de un 15-20% de grasas, sobre todo cuando son caseras. Además, las necesitan para que su organismo absorba sin problemas vitaminas liposolubles ( A,D,E y K). Y no solo eso; también aportan ácidos grasos esenciales que favorecen un pelaje brillante y una piel más saludable.
  • Carbohidratos. Basta con incluirlos en cantidades moderadas. Sobre todo, son necesarios para proporcionar fibra y favorecer una buena salud intestinal. Pueden proceder de verduras y cereales integrales.
  • Aminoácidos esenciales. En una dieta felina saludable no puede faltar la arginina, fundamental para sintetizar la urea y evitar intoxicaciones por amoníaco, que puede ser mortal. También es indispensable la taurina, pues su deficiencia en el organismo llega a causar trastornos cardiacos y reproductivos a nuestros gatos.

Por otra parte, las necesidades nutricionales del animal no serán las mismas dependiendo de su edad, raza, estado fisiológico, actividad física, estado reproductivo y metabolismo. A continuación, vamos a ver cómo afectan algunas de estas características al menú de nuestras mascotas.

¿Cómo es tu michi? Factores a tener en cuenta

Preguntas como estas pueden ser muy esclarecedoras cuando nos preguntamos cómo preparar un plan de nutrición felina. Nos permitirán calcular el número de calorías diarias en función de su peso y otros aspectos. Durante su primer mes de vida y para garantizar su buen desarrollo, la alimentación de los gatitos recién destetados debe ser más rica en proteínas y energía que la de los gatos caseros adultos. Y cuando lleguen a mayores, habrá que mantener a raya el sobrepeso mediante dietas bajas en calorías.

Hasta aquí, todo más o menos claro. Pero la sorpresa llega al descubrir que las necesidades energéticas de los gatetes adultos pueden variar bastante, dependiendo de su nivel de vitalidad. Los michis tranquilos, tirando a sedentarios, tienen suficiente con unas 60 calorías diarias por cada kilo de peso del animal. Pero si son un derroche de energía y no paran quietos, lo normal es que necesiten entre 70-90 Kcal/kg/día.

Cuando el animal haya sido esterilizado, su dieta también tendrá que cambiar. Y es que estos gatos suelen sentir más apetito de lo que realmente consumen a nivel energético. Por eso, es muy importante evitar que coman de más (seguro que quieres evitarlo a toda costa) mediante una adaptación nutricional. Lo ideal es administrar unas 50 Kcal diarias por cada kilo de peso de nuestro amigo. Por ejemplo, si pesa 3 kilos, tendrá que ingerir 150 Kcal cada día.

La hidratación y las cantidades, a examen

Siguiendo con nuestra guía sobre cómo preparar un plan de nutrición felina, ahora nos centraremos en la frecuencia de las comidas. Tanto la comida preparada como la casera tienen beneficios, pero la elección no siempre es nuestra, sino más bien suya. No lo dudes: te dejará bien claro qué le gusta más. ¡Así, tal cual!

Establecer un horario de comida regular es la mejor opción. Dale raciones ligeras dos o tres veces al día cuando esté en su etapa adulta. Y, sobre todo, vigila su hidratación. A menudo, nuestros amigos no beben toda el agua que necesitan, algo fundamental en su nutrición. La comida húmeda ayuda a tenerlos hidratados: combínala con la seca, y listo. También suelen preferir beber agua corriente, en lugar de en el clásico bebedero. Y como el grifo de la cocina no puede estar abierto todo el día, no dudes en regalarle una fuente automática con sensor de movimiento.

Otra duda muy normal es la cantidad. Dependerá de aspectos como la edad, la raza y el tamaño, pero, un buen consejo es respetar las pautas recomendadas en los envases de los alimentos. Además, por supuesto, de vigilar su peso periódicamente, algo que hará el veterinario cuando vayáis a la revisión.

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