¿Cómo es el esqueleto del gato?

Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. He visto a un mamífero de menos de cincuenta centímetros de largo dar un salto estratosférico. Le he visto desafiando las leyes de la física, como si pasara de estado sólido a líquido, metiéndose en un pequeño recipiente esférico en el que no debería caber. Le he visto caminar por superficies casi inexistentes sin tener que esforzarse lo más mínimo… Todos estos momentos se perderán en YouTube, como pelos por todos los rincones de la casa. ¿Cómo es posible tanta flexibilidad? No nos queda otra: es hora de hablar del esqueleto del gato.

Me pareció ver un lindo gatito…

Por aquí adoramos los gatos. Yo tengo dos, y cada día me quedo mirándolos embobada varias veces. No solo porque son la cosa más bonita del mundo, sino también porque hay algo casi hipnótico en su forma de caminar, de jugar e incluso de tumbarse a dormir. Tan relajantes llegan a ser los gatos que hay expertos que afirman que tener uno puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad. De hecho, según un estudio del Instituto Stroke de la Universidad de Minnesota, las personas que conviven con gatos tienen un 30% menos de posibilidades de fallecer a causa de un infarto. Y el esqueleto del gato (que junto a su musculatura, le permite moverse como lo hace) tiene mucho que ver con esto.

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Hoy, como pequeña introducción al curso, hablaremos un poco sobre el esqueleto del gato. Para ello, te propongo un juego: en primer lugar, voy a exponer cuatro cosas que puede hacer un gato que parecen imposibles. Después veremos cuáles son las principales características de su esqueleto, y (¡¡¡tachán!!!) tendrás que tratar de deducir cuál de ellas influye más en cada una de las habilidades mencionadas. La solución, como siempre, al final de la página. ¿Estamos listos? ¡Pues a por ello!

El esqueleto del gato: ¡Comenzamos!

Hasta donde sabemos, aparte de en las películas de Disney, ningún gato va a tocar melodías de jazz con una trompeta. Pero aun así, son capaces de virguerías sorprendentes. Y aquí tenemos, para comenzar nuestro juego, algunas de esas curiosas habilidades de los gatos que envidiaría cualquier atleta de élite:

• Dan saltos de hasta 3,5 metros de altura, lo que sería equivalente a cinco veces su tamaño. Y pueden correr a 48 kilómetros por hora.
• Tuercen su cuerpo completo a gran velocidad en mitad del aire, lo cual es uno de los motivos por los que casi siempre caen de pie.
• Caminan por superficies muy estrechas en relación a su cuerpo sin dificultad aparente.
• Son prácticamente los únicos animales capaces de arquear la espalda.

Con estas capacidades tenemos suficientes por hoy. Empecemos con el esqueleto. No sé cómo será el de Meowth, el Pokémon, como para poder caminar a dos patas todo el tiempo y sostener una cabeza el doble de grande que su cuerpo. Sin embargo, en el de los gatos de nuestro mundo, algunas características importantes son las siguientes:

• Mientras los humanos tenemos entre 206 y 212 huesos, los gatos tienen más de 230. 
• Destaca el tamaño de su cráneo en relación con el resto del cuerpo, formado por siete huesos principales y unos treinta dientes permanentes entre el maxilar superior y el inferior, sobresaliendo con diferencia sus colmillos.
• Otra particularidad es que carecen de clavícula, por lo que sus omóplatos se unen a la zona costillar solo a través de músculos y ligamentos.
• Su columna vertebral se divide en siete vértebras cervicales, trece torácicas (a las que se unen trece pares de costillas), siete lumbares, tres sacras y las caudales, es decir, las que se encuentran en la cola. Entre ellas disponen de discos intervertebrales, una especie de almohadillas de tejido gelatinoso que les sirven de amortiguador.
• Normalmente, tienen entre veinte y veintitrés vértebras caudales, aunque excepciones, como la especie manx, que por motivos genéticos carece de cola.
• Tienen cinco garras al final de las patas delanteras y cuatro en las traseras, que pueden doblar en forma de zeta. La musculatura esquelética que tienen en ambos pares es muy robusta.

Con esto, ya sabes lo necesario para saber cómo las características del esqueleto del gato le ayudan a realizar esas hazañas acrobáticas. ¿Ya sabes qué rasgo es más importante para llevar a cabo cada una? ¡A continuación lo resuelvo!

Solucionados los enigmas del gato y su esqueleto

Empecemos por la primera habilidad gatuna: los enormes saltos que pegan y la velocidad a la que corren. ¡Seguro que lo has adivinado! Lo que más influye en esta cuestión, por supuesto, son las fuertes y ágiles patas que tienen. Además, poder doblar en forma de zeta las de detrás les permite tomar mucho impulso. Eso es fundamental para dar esos brincos que dan la sensación de que están despegando.

En lo referente a esas piruetas aéreas que les permiten caer de pie, aunque influye mucho su columna vertebral, es clave el hecho de que no tengan clavícula: los tejidos entre sus omóplatos y sus costillas son elásticos. Por ello, pueden rotar rápidamente de tal forma que, para quienes tenemos huesos en esa zona, sería impensable a no ser que seamos Regan, la niña de El exorcista.

A la hora de caminar por superficies casi inexistentes (aparte de que los gatos caminan sobre las puntas de sus dedos, utilizando un apoyo mínimo que les facilita la tarea), es importantísima su larga cola con todas sus vértebras caudales. La cola es indispensable para la mayoría de razas de gatos. Con movimientos independientes al resto del cuerpo, les ayuda a compensar pesos, a mantener el equilibrio y a realizar esos desplazamientos tan precisos que les caracterizan.

Por último, he mencionado su capacidad única para arquear la espalda. Esto tiene mucho que ver con su columna vertebral. Mientras que los humanos en edad adulta, solo tenemos 33 vértebras, los gatos, como hemos visto, tienen más de cincuenta,. Y eso les permite una enorme movilidad. Además, ¿recuerdas los discos intervertebrales? Esas pequeñas almohadillas amortiguadoras proporcionan una flexibilidad casi inigualable a los gatos. De esta forma, además arquear su espalda, pueden, por ejemplo, lavarse prácticamente enteros con la lengua en posturas que harían temblar al cuerpo de goma de Mr. Fantástico.

¡El juego no ha hecho más que empezar!

Como diría Encarnita sobre su baptisterio romano, “¿a quién no le va a gustar el esqueleto del gato, con cincuenta vértebras y patas que se flexionan? ¿A quién no le va a gustar?”. Pues sí os gusta, hay mucho más que podéis aprender sobre él.

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