Para asegurar el bienestar animal en un zoológico, los estados cuentan con legislación y documentos (nacionales e internacionales) que velan por las buenas prácticas en estos recintos. Contar con instalaciones adecuadas y contratar a profesionales con formación especializada es fundamental, además de someterse a las inspecciones que velan por el mantenimiento de la ley. A continuación te contamos cómo se aplican estos estándares en los parques zoológicos y los acuarios y qué formación es la más indicada para trabajar en una profesión apasionante.

En qué consiste el bienestar animal

En principio, las palabras “bienestar animal” son lo suficientemente claras como para saber de qué estamos hablando. Pero se trata de un concepto genérico y sujeto a muchas variables, que hacen necesario llegar a consensos internacionales para garantizar un trato cualitativo a los animales que conviven con nosotros. En los zoológicos es un tema que ha generado controversia durante décadas, y que afortunadamente ha evolucionado hacia prácticas respetuosas y cualitativas.

Mantener el bienestar animal en un zoológico no es fácil. Requiere inversión, trabajo constante y supervisión por parte del Estado. ¿Te ves trabajando en uno de estos espacios? Si es así, necesitarás formación especializada: sin ella es prácticamente imposible que te contraten, ya que los estándares exigidos son muy altos. Lo mejor es obtener el Certificado de Profesionalidad AGAN0312, un documento oficial que te dará acceso a este sector y que puedes obtener realizando un Curso de Cuidador de Animales de Zoológico de calidad.

Para saber exactamente qué se entiende como bienestar animal hay que acudir a la OMSA/WOAH (Organización Mundial para la Sanidad Animal/World Organization for Animal Health). Esta organización regula y controla el cumplimiento de las buenas prácticas a nivel global, tanto en zoológicos como en granjas y cualquier otro espacio donde vivan animales. La OMSA promulgó un documento, el Código Sanitario para los Animales Terrestres, que define el bienestar animal como “toda situación en la que un animal se encuentra sano, cómodo, bien alimentado y en condiciones de seguridad, pudiendo expresar formas innatas de comportamiento y sin experimentar sensaciones desagradables de dolor, miedo o desasosiego”.

¿Qué leyes controlan el bienestar animal en un zoológico?

El Código de la OMSA es una base excelente para regular las prácticas que garantizan el bienestar animal en un zoológico. Pero para asegurar su implementación es fundamental tener leyes específicas, algo que en nuestro país se consiguió en el año 2003. Con el objeto de alinearse con la Estrategia Mundial de Zoológicos y Acuarios para el Bienestar Animal, ese año se promulgó en España la Ley 31/2003, de 27 de octubre, de conservación de la fauna silvestre en los parques zoológicos. Actualmente, continúa vigente, si bien son ya muchas voces las que reclaman la revisión y actualización de un texto redactado hace más de dos décadas.

En este sentido, en 2025 se aprobó en nuestro país un documento que permite desarrollar proyectos para que los zoológicos se ajusten a las exigencias de la OMSA. Hablamos de los Estándares para el mantenimiento de especies y sus instalaciones, un texto redactado por los que realmente saben del tema: la Asociación Ibérica de Zoos y Acuarios (AIZA). Exhaustivo, fácil de leer y de comprender y del máximo interés para cualquier animal lover, en él se indican todos los aspectos a tener en cuenta para que los animales que viven en estos espacios disfruten de la máxima calidad de vida, de acuerdo con las “cinco libertades” definidas por la Organización Mundial de la Salud Animal.

En el texto se especifica claramente que los organismos miembros de AIZA tienen la obligación de ajustarse a la legislación vigente (autonómica, nacional e internacional). Pero también incluyen un punto muy interesante que señala que si los estándares aprobados por la Asociación son más exigentes que los que impone la ley, prevalecerán por encima de ella.

Cómo controlar el bienestar de los animales mediante indicadores

Para garantizar el bienestar animal en un zoológico es necesario contar con parámetros que permitan medir este factor. Es decir: contar con elementos baremables que hagan posbible saber hasta qué punto los animales se encuentran en estado de bienestar. Para ello se utilizan los llamados indicadores científicos de bienestar animal, que pueden ser directos o indirectos. Los indicadores directos se basan directamente en el animal, mientras que los indirectos lo hacen en factores externos a él, si bien directamente relacionados.

Los indicadores directos pueden ser fisiológicos, físicos y conductuales, mientras que los indirectos están relacionados con el entorno y el trato humano hacia los animales. Veamos en qué consisten.

Indicadores directos

  • Indicadores fisiológicos: son los que se obtienen a partir del control de la salud del animal, análisis de muestras, toma de temperatura, medición de la concentración de cortisol (para evaluar el estrés) y de oxitocina, etc.
  • Indicadores físicos: se basan en la observación directa de factores como el aspecto físico, las posturas, la pérdida de peso, la movilidad, la fertilidad, la tasa de mortalidad, etc.
  • Indicadores conductuales: junto con los físicos, son los más empleados y eficaces para medir el bienestar animal en un zoológico. Hablamos de las estereotipias (comportamientos que se repiten una y otra vez sin un propósito claro), el tiempo de descanso, las agresiones, la relación con otros individuos, la apatía o la regularidad en el consumo de alimentos, entre otros.

Indicadores indirectos

  • Basados en el entorno: acceso a alimento y agua y calidad/estado de conservación del alojamiento y las infraestructuras.
  • Basados en el trato humano: transporte de animales, manejo para limpieza y cuidados y duración y condiciones de las posibles actividades en las que participen (en espectáculos con focas o delfines, por ejemplo).

En este sentido, para obtener información real basada en estos indicadores, lo más habitual es que se realicen auditorías. La ONG británica Wild Planet Trust tiene una guía práctica de 28 puntos diseñada para evaluar los indicadores positivos y negativos, agrupados en cuatro secciones: salud del animal, entorno, comportamiento y factores de estrés. Una plantilla fácil de comprender y muy visual, que permite evaluar el bienestar animal en 15 minutos mediante un sistema “tipo semáforo”.

¿Te gustaría trabajar cuidando del bienestar animal en zoológicos?

Si has leído este artículo hasta el final, lo más probable es que sea así. Alcanzar esta meta es más fácil de lo que pudieras pensar: solo tienes que adquirir las competencias y la titulación adecuadas, además de algo de experiencia práctica. ¿Quieres un consejo? Anímate a enviar el formulario y obtendrás información completa sobre un curso de Cuidador de Animales de Zoológico que te capacitará para hacerte con el Certificado de Profesionalidad AGAN0312.

Además de la capacitación profesional, también vivirás tu primera experiencia laboral gracias al módulo de prácticas (hasta 300 horas trabajando con equipos profesionales). Si sueñas con trabajar con animales salvajes y quieres abrirte camino en esta maravillosa profesión, no lo dejes para más tarde: cuidar del bienestar animal en un zoológico no es solo un trabajo fantástico, sino también una práctica necesaria. ¡Cientos de animales te necesitan!