En el blog de Nubika puedes acceder a contenidos didácticos e informativos sobre nutrición animal. Artículos sobre alimentación, complejos vitamínicos o patologías frecuentes en gatos son algunos de los contenidos que podrás encontrar. En este blog, repasamos qué sucede cuando hay deficiencia de tiamina en gatos, o deficiencia de vitamina B1, esencial para que el gato mantenga activo su energía y sistema metabólico. Después de leer en detalle este blog, échale un vistazo al Curso en Nutrición animal: canina, felina y equina que encontrarás en Nubika y con el que podrás completar tu formación veterinaria o especializarte en cuidados nutricionales en animales.

Introducción a la tiamina y su papel en la salud de los gatos

Antes de detallar por qué es importante controlar los niveles de tiamina que tiene un gato, vamos a repasar qué es la tiamina. En resumen, la tiamina o vitamina B1 es una vitamina que convierte los carbohidratos, entre otros nutrientes, en energía. Por lo tanto, al igual que en los humanos, esta vitamina B1 es indispensable para asegurar el desarrollo, crecimiento y funcionamiento de las células del organismo felino.

Es una vitamina indisoluble, ¿qué significa esto? Su almacenamiento en el cuerpo se da en cantidades muy pequeñas, por lo que hay que regular continuamente el aporte energético que produce la tiamina. Los niveles de tiamina en los gatos afectan al:

  • Metabolismo energético. La tiamina es una coenzima indispensable en el ciclo de Krebs, es decir, en las reacciones químicas que generan energía a partir de carbohidratos, grasas y proteínas. En los gatos, un nivel adecuado de tiamina metaboliza los nutrientes de forma eficiente para obtener energía.
  • Sistema nervioso. Esta vitamina también forma parte de los procesos que envían señales nerviosas, por lo que su ingesta y equilibrio asegura el funcionamiento neuronal óptimo en el gato.
  • Salud digestiva. La tiamina regula el apetito, además de transformar los carbohidratos en energía para las células y participar en la digestión. Una deficiencia de tiamina en gatos puede provocar problemas digestivos en la absorción de nutrientes.

¿Por qué se da esta carencia? No hay una respuesta única pero lo frecuente es que la carencia de tiamina o vitamina B1 en gatos esté provocada por una dieta desequilibrada con pocas vitaminas. En el siguiente apartado, profundizamos un poco más en las causas de este déficit.

Causas comunes de la deficiencia de tiamina en gatos

Dieta, estado general de salud del gato o la forma en que los alimentos son cocinados o administrados al gato son algunas de las causas que favorecen esta deficiencia. Veamos las más frecuentes:

  • Desequilibrio nutricional en dieta casera.
  • Productos comerciales procesados o con formulaciones vitamínicas bajas.
  • Consumo de pescado crudo que contiene tiaminasa, enzima que destruye la tiamina.
  • La tiamina es sensible al calor, por lo que productos cocinados, calentados o almacenados en temperaturas altas pierden las propiedades de esta vitamina.
  • Enfermedades o infecciones gastrointestinales reducen la absorción de tiamina.
  • Algunos antibióticos pueden limitar la absorción de tiamina.

Ahora ya sabes por qué se puede producir un déficit en la tiamina del gato, pero ¿cómo identificarlo? Vamos a ello.

Identificación de signos y síntomas de deficiencia de tiamina

La educación nutricional animal es fundamental para poder identificar síntomas derivados de una desequilibrada o mala alimentación y reducir sus efectos secundarios en el gato. La deficiencia de tiamina en gatos puede darse cuando se dan síntomas como:

  • Pérdida o dificultad motriz.
  • Breves espasmos o convulsiones.
  • Parálisis en las patas.
  • Disminución de los reflejos.
  • Pérdida de apetito y de peso.
  • Vómitos.
  • Falta de energía.
  • Debilidad.
  • Aumento irritabilidad o agresividad.

La identificación y detección temprana de estos síntomas es fundamental para evitar riesgos y poder facilitar al gato el tratamiento adecuado.

Tratamiento y prevención de la deficiencia de tiamina

Para prevenir la deficiencia de la vitamina B1 en gatos es habitual la suplementación vitamínica, tratamiento que también se aplica cuando se detecta. Cuando la deficiencia es grave, el/la profesional veterinario/a puede administrar tiamina como inyectable por vía intramuscular o intravenosa. Pero también puede tratarse por vía oral con tiamina en forma de tabletas o líquidos solubles. Como método de prevención o en fases leves de la deficiencia, la administración se puede realizar en casa.

¿Cómo evitar el tratamiento o reducirlo? Si se detectan síntomas que pueden provocar deficiencia de tiamina en gatos, es imprescindible acudir al veterinario/a. Pero también hay una serie de pautas para reducir y prevenir su aparición:

  • Dieta equilibrada con alimentos formulados y fabricados específicamente para gatos.
  • Revisar el etiquetado de los animales procesados para revisar normas de calidad, niveles de vitaminas y nutrientes.
  • Evitar pescado crudo.
  • Almacenar los alimentos felinos a temperatura ambiente.
  • Completar la alimentación, bajo recomendación y supervisión veterinaria, con complementos y suplementos vitamínicos.
  • Realizar revisiones frecuentes en la clínica veterinaria.
  • Observar cambios en el comportamiento, hábitos alimenticios o salud general del gato.

 

Impacto de la deficiencia de tiamina en la salud a largo plazo de los gatos

El déficit de vitamina B1 o tiamina en gatos afecta a su sistema nervioso y digestivo, por lo que detectarla a tiempo es fundamental para mejorar la salud del gato. Si no se detecta y regula de manera temprana, a largo plazo, una deficiencia continuada puede provocar:

  • Daños neurológicos que afecten a la movilidad del gato.
  • Convulsiones frecuentes crónicas.
  • Desnutrición, pérdida de peso y debilidad generalizada.
  • Dificultades en la absorción de nutrientes esenciales.
  • Pérdida de masa muscular.

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