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¿Por qué los gatos casi siempre caen de pie?

30 agosto 2024
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Hay quien dice que los gatos son seres misteriosos, fríos e independientes, y que parece que te juzgan, o incluso, que nunca puedes saber lo que están pensando. Es verdad que cada uno tiene su personalidad (o “gatonalidad”) y algunos son menos cariñosos que otros, pero quien haya convivido con un minino sabe que es imposible no quererlos. Y aun así, es verdad que hay muchos enigmas que les rodean. Hoy voy a resolver uno de ellos y a explicarte por qué los gatos casi siempre caen de pie.

Por qué los gatos casi siempre caen de pie. ¿Y por qué no iban a hacerlo?

Los gatos llevan siendo nuestros influencers favoritos desde hace mucho. Ahora, los michis son los animales más presentes en cualquier red social; pero ya en el Antiguo Egipto se les consideraba sagrados. Se pensaba que eran encarnaciones de la diosa Bastet, símbolo de amor, fecundidad, belleza y protección. ¿Y cómo no iban a considerarlos dioses, teniendo en cuenta que son capaces de hazañas físicas portentosas?

Los gatos pueden dar saltos de gran longitud, correr a velocidades impresionantes, escuchar sonidos poco más que inaudibles, ver sin problemas cuando apenas hay luz… Y sí, por si fuera poco, casi siempre caen de pie. Además de ser adorables (para los egipcios, de hecho, literalmente lo eran), son seres increíbles. Con este Curso de Asistente y Auxiliar Técnico Veterinario podrás descubrirlo todo sobre ellos. Aprenderás cómo y por qué son capaces de hacer todo esto (y mucho más), para después poder trabajar cuidándolos y ayudar a que podamos amarlos durante mucho más tiempo. ¡Alabados sean!

En este artículo sobre cómo es el esqueleto del gato ya dimos alguna clave sobre por qué nuestros gatetes suelen caer de esta forma. Este esqueleto influye mucho, especialmente por la elasticidad de su columna vertebral y por el hecho de que carezcan de clavícula. Sin embargo, su flexibilidad no lo explica todo. Sigue leyendo: ¡el misterio de por qué los gatos casi siempre caen de pie va a quedar resuelto a la voz de ya!

Unos portentos en el mundo de la física

No, no es que los mininos vayan a ganar un premio Nobel como Albert Einstein. Es que son capaces de aprovechar las leyes de la mecánica clásica para caer sobre sus pies (patitas) en la mayoría de ocasiones. Para conseguirlo, además de su elasticidad, tienen una capacidad que los hace parecer superhéroes.

Comienzan a desarrollar esa capacidad 3 o 4 semanas después de haber nacido, y la perfeccionan entre la sexta y la novena. Se trata de lo que llamamos reflejo de enderezamiento. Este reflejo se activa con la estimulación del vestíbulo, una estructura sensorial de su oído interno fundamental para el equilibrio de los michis. Con la activación de este reflejo, el vestíbulo informa al cerebro de la posición de la cabeza en relación al movimiento al que se está sometiendo. A partir de ese momento, ¡comienza el show!

En primer lugar, el gato comienza a girar su cabeza para recuperar su posición habitual. Mientras esto ocurre, empieza a recoger sus patas delanteras y a estirar las traseras, de forma que ambas partes del cuerpo pueden rotar en direcciones opuestas hasta 180 grados. Y, por último, cuando está ya bocabajo, realiza el movimiento contrario estirando las patas de delante y flexionando las de atrás. De esta manera, al llegar a la superficie será capaz de amortiguar la caída. Todo este proceso les permite reducir su inercia o resistencia al cambio en estado de movimiento, y así caer de forma más segura.

Y también caen de otras maneras

Gracias a su elasticidad y su reflejo de enderezamiento, el 90% de las ocasiones un gato caerá de pie si se cumplen una serie de condiciones. La primera de ellas es que caigan de una altura mayor de 90 cm de altura, ya que si no, no tendrán tiempo suficiente para reaccionar. Si vives con gatos y has visto lo que pasa cuando empiezan a girar sobre sí mismos hacia el borde del sofá y se caen, sabrás a lo que me refiero.

Por otro lado, cuando la altura desde la que caen es muy elevada, se extienden horizontalmente para que su cuerpo funcione como una especie de paracaídas, de forma similar a la de las ardillas voladoras. Cuando lo hacen, suelen caer en plancha, de forma que el impacto de la caída se reparte a lo largo de todo su cuerpo y les permite sufrir menos lesiones. Hubo incluso una gata en Nueva York que cayó desde un piso 32… Y gracias a esta técnica, no solo sobrevivió, ¡sino que sufrió lesiones mínimas!

Una raza de gato que no suele caer de pie es el ragdoll o muñeca de trapo. Esta raza, aunque cuenta con reflejo de enderezamiento, tiene tendencia a relajarse tanto (de ahí su nombre) que no utiliza sus patas para amortiguar la caída. Por eso, si convives con un gatete de esta raza, asegúrate de proporcionarle un espacio seguro y depositarlo en el suelo con cuidado después de haberle tenido en brazos.

Estudia por qué los gatos casi siempre caen de pie, ¡y mucho más!

A pesar de que los gatos tengan siete vidas y cuenten con estos increíbles mecanismos de supervivencia, cuando convivimos con ellos debemos asegurarnos de que estén en las mejores condiciones posibles. Aunque casi siempre caigan de pie, coloca siempre redes protectoras en tus ventanas y balcones. Así, no solo te asegurarás de que no escapen (arriesgándote a que no vuelvan), sino que evitarás que sufran lo que llamamos “síndrome del gato paracaidista”. Así se llama a la actitud de un gato que salta desde una gran altura sin motivo aparente, y que puede aracarrearles lesiones graves.

Hay mucho más que descubrir sobre el cuidado de los gatos. Si te pica la curiosidad, ¡rellena este formulario! Cuando lo hagas, en poco tiempo recibirás toda la información sobre un Curso de Asistente y Auxiliar Técnico Veterinario de primer nivel. En él aprenderás cómo ayudar a que los gatos y otros animales domésticos puedan estar bien sanos. Y, además tendrás que oportunidad de realizar hasta 300 horas de prácticas en empresas para demostrar todos tus conocimientos y lanzarte al mundo profesional.

Ya sabes por qué los gatos casi siempre caen de pie. Ahora, aunque no necesites sus reflejos y su agilidad, ha llegado el momento de que tú mismo te atrevas a lanzarte a una nueva aventura. ¡No te la pierdas!

Bibliografía:

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