¿Te gustan las criaturas que son todo, menos bonitas (por fuera)? Dentro del universo gatuno existen razas que baten récords por lo extrañas que son. Son esos "gatos feos" que nada tienen que ver a los que solemos imaginarnos, cuando pensamos en el tierno minino de un amigo o en el nuestro. Si estás intrigado y ya no puedes quedarte sin saber cómo son, es el momento de que los conozcas. Igual terminas queriendo llevarte uno a casa…

 

¿Gatos feos? Haberlos, haylos…

Solo hay que mirarlos con otros ojos para que estos felinos nos terminen gustando. Aunque están considerados “gatos feos” porque no responden a los rasgos característicos del resto de su especie, la belleza es muy subjetiva. Desde luego, ellos han desafiado a la naturaleza: son únicos y bonitos a su manera. Incluso hay quien afirma que algunas razas ¡tienen bastante parecido con Dobby, el simpático elfo doméstico del universo Harry Potter!

Los gatos poco agraciados comparten unos rasgos físicos alucinantes, como no tener pelo (o que apenas se vea). También puede parecer que están sacados de películas del “género mutante”, por su curiosa piel arrugada. Fotogénicos o no, como el resto necesitan todo nuestro amor y cuidados. ¿Crees que lo tuyo es velar por la salud de los animales? Un Curso de Asistente y Auxiliar Técnico Veterinario puede ser la clave para pasar a formar parte da este mundo profesional. Ahí lo dejo.

¿Dónde estábamos? Ah, sí, en esas razas de gatos feos o exóticos, que al fin y al cabo es lo que son. La mala noticia es que, por esta razón, el precio de algunos ejemplares de estas razas se ha disparado. Al parecer, a muchas personas no les importan las cifras astronómicas que se barajan para convertirlos en mascotas muy singulares. Y en este caso la adopción, la vía más aconsejable y comprometida, no suele ser fácil: no hay demasiados ejemplares por el mundo…

Otro de los interrogantes que suscitan interés es su origen. Son el resultado de mutaciones naturales o artificiales, producto de cruces provocadas por el ser humano. También llama la atención que algunos de estos gatos feos son relativamente recientes. La raza elfo, por ejemplo, apareció en 2007, cuando unos criadores de gatos decidieron cruzar gatos curl americanos con sphynx. De hecho, es una raza tan joven que aún no ha sido reconocida como tal por la World Cat Federation (WCF).

 

Un Top 5  que no ganará un concurso de belleza felina (pero sí tu cariño)

La mayoría son sociables, bastante juguetones y les gusta disfrutar de la compañía de sus amos. Pero también te adelanto que algunos de esto gatos feos parecen sacados de la mismísima saga Star Wars. En cuanto los veas en imágenes o vídeos, verás que no exagero. ¡Vamos con las presentaciones!

Levkoy ucraniano, cuando la arruga no es bella

Este felino apareció en Ucrania en 2004, después de que una criadora de gatos cruzara un Scottish fold con un Don sphynx. El resultado fue este gatito sin pelo (o mínimo) y con unas orejas muy características, dobladas hacia delante. Pero, si hay algo que asombra de esta raza, son los numerosos pliegues de su piel. No todo es raro en él: sus ojos almendrados de tonos claros (verde, azul, dorado, etc.) le dan un aire misterioso. Como mascota, se lleva genial con los niños y con otros animales.

Esfinge, el más aristocrático de los "gatos feos"

El porte estático de este amigo tan raruno nos da una pista de por qué se le conoce como esfinge (o sphynx). Surgió en Canadá en los años 60, y todo en él es atípico. Además de ser un gato lampiño por un gen recesivo, su piel parece cuero y puede presentar texturas y distintos patrones. Tampoco hay que perder de vista su cabeza larga y estrecha, ni sus orejas protuberantes y desproporcionadas con su cuerpo. Pero son un amor: disfrutan en compañía de sus seres queridos y son muy activos.

Elfo: la primera impresión no cuenta

Ya he hablado antes de esta raza que, sí o sí, debe estar dentro de esta lista. Originario de Estados Unidos, hay pocos ejemplares por el mundo. Lo más alucinante de ella es la ausencia de pelo (solo una finísima capa de vello) y sus orejas hacia atrás. Musculado y atlético, con patas finas y largas y una cabeza de forma triangular, no nos cabe ninguna duda de su parecido con estos seres de la mitología escandinava. Inteligente y curioso, no le va nada la soledad.

Lykoi o el gato lobo

Este minino viene a confirmar que no todos los “gatos feos” son calvos. De ahí su apodo, bastante acertado para describir el pelo irregular que posee; de hecho, carece de él alrededor de los ojos y en el hocico. Es una raza originaria de Norteamérica, producto de una mutación natural del gato doméstico. Su apariencia, un tanto salvaje, es solo eso; su escasa cantidad de pelo hace recomendable que viva protegido de elementos externos. Y aunque pueda parecer agresivo, de eso, nada: es un felino muy cariñoso.

Minskin, un pequeño desconocido

Quizá sea la raza de gatos feos (que no tanto) más desconocida, porque es bastante reciente. En 1998 un criador de Boston decidió cruzar un gato Munchkin con un sphynx: así nació este pequeño felino de pelaje ligero. Aunque, al parecer, en el proceso de creación también intervinieron otras razas; concretamente, birmano y Devon rex. Rory fue el primer gato de esta especie muy llamativa, de enormes orejas y ojos, y con unas patas tan pequeñas que siempre parece estar de cuclillas.

 

Si los quieres, cuídalos bien: manual para cuidar "gatos feos"

Ya has conocido a ciertas razas que sobresalen por la ausencia de un aspecto agraciado, y quizá alguna te haya cautivado. Es lo que suele pasar con estos adorables gatitos. Y por eso, es importante saber en qué consisten sus cuidados específicos antes convertirlos en nuestras amadas mascotas:

  • Protección de la piel. Como la mayoría de los “gatos feos” no tienen pelo, es muy importante proteger su piel sensible y evitar exponerla a temperaturas extremas. Lo ideal es aplicarles un protector solar para evitar posibles quemaduras.
  • Baños periódicos. Una vez al mes y con productos para dermis delicadas.
  • Temperatura ambiente idónea. En invierno acusan el frío bastante. Conviene taparlos con mantas y prendas de gatos para mantenerlos en calor.
  • Higiene auricular. Para evitar acumulación de cera en los pliegues de las orejas.
  • Alimentación. Algunos poseen un metabolismo acelerado que acelera su apetito; por eso, es básico garantizarles una alimentación variada y abundante.
  • Salud ocular. Hay razas que carecen de pestañas. Debido a ello, es necesario limpiar los lagrimales de los ojos a diario.

 

Si adoras a los animales, ¡prepárate para ser un experto!

Quizá no te valga con ser su amigo y compañero. Porque lo tuyo va más allá y sientes que podrías aportar mucho desde el lado profesional. Si tu vocación es trabajar con perros, gatos y todas esas mascotas que adoras, ¿a qué estás esperando? Un Curso de Asistente y Auxiliar Técnico Veterinario te permitirá volcarte en su bienestar, hacerlos más felices… Y qué tú también lo seas.

¿Admites un consejo? No dudes en rellenar y enviar el formulario que aparece aquí, en esta web. En menos de lo que piensas te llegará información detallada sobre su programa formativo, con un temario bien estructurado y sin exceso de tecnicismos. Cada vez se demandan más expertos en el mundo de la veterinaria: porque, no lo dudes, son muchísimos los hogares donde las mascotas han revolucionado la vida de la familia. Con ellas, ¡es mil veces mejor!