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¿Por qué brillan las luciérnagas?

10 julio 2024
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“No creerías lo que ven tus ojos si diez millones de luciérnagas iluminaran el mundo mientras me quedo dormido”. Así comienza la exitosísima canción de 2009 Fireflies (Luciérnagas), de Owl City. Su compositor, Adam Young, usó como inspiración una experiencia durante una acampada en el norte de Minnesota, en la que vio muchos de estos insectos luminiscentes en mitad de la noche. Si quieres conocer más sobre el origen de esta canción, ¡te explico por qué brillan las luciérnagas!

Por qué brillan las luciérnagas: bioluminiscencia

Hay un proceso que permite a algunos seres vivos producir luz, muy habitual, por cierto, en especies marinas. Y es que aproximadamente el 76% de los animales que habitan en los océanos, desde microorganismos como el fitoplancton a algunos peces, calamares o medusas, pueden hacerlo. Esta capacidad les permite defenderse, comunicarse o encontrar presas entre las aguas saladas.

Este proceso se llama bioluminiscencia, y a los humanos nunca dejará de sorprendernos. Y no lo dudes: hay muchas otras habilidades de los animales que te dejan con la boca abierta. Si te animas a realizar un Curso de Técnico en Animales Exóticos, podrás descubrirlo todo sobre ellas. Aprenderás todo lo que necesitas para poder trabajar con animales que presentan características tan fascinantes como la bioluminiscencia, y mucho más. Solo necesitas un poco de esfuerzo para convertirte en experto…

Vamos con lo que vamos. Si la mayoría de animales bioluminiscentes son marinos, ya que les aporta ciertos beneficios en su hábitat, ¿por qué brillan las luciérnagas, entonces? No son los únicos seres terrestres capaces de generar luz propia. Además de hongos como la mycena lucentipes, también pueden hacerlo ciertos escarabajos como el carbunco (Pyrophorus noctilucus). De hecho, algo que no mucha gente sabe es que las propias luciérnagas son escarabajos. Si quieres saber exactamente cuál es el proceso que les permite brillar y de qué les sirve, no dejes de leer: ahora te lo cuento.

¿Cómo se enciende la luz? ¡Todo es química!

Para entender por qué brillan las luciérnagas tendremos que volver a las clases de Biología de primaria, así que espero que tengas un cuaderno a mano. No sé si recuerdas las enzimas, unas proteínas complejas que producen cambios químicos específicos en el organismo, desde la descomposición de alimentos hasta la coagulación de la sangre. Entre ellas hay una enzima llamada luciferasa; en otros animales está ahí sin más, pero las luciérnagas tienen en su interior un compuesto llamado luciferina sobre el que actúa esta encima.

Por otro lado, en su zona abdominal estos preciosos seres cuentan con unos órganos plagados de unas células especiales llamadas fotocitos. Imaginemos ahora que la luciferina ha recibido el efecto de la enzima (luciferasa) y se encuentra dentro de los fotocitos. Cuando esto ocurre, se junta con otros elementos como el magnesio o el oxígeno y genera una reacción química que provoca que, sin apenas emitir calor… ¡Se haga la luz!

Teniendo en cuenta esto, puede que te preguntes si las luciérnagas realizan este proceso de forma constante. O sea, si brillan todo el tiempo. Podría ser… Si no fuera porque las luciérnagas pueden regular la cantidad de oxígeno que fluye por su abdomen, a través de unos tubos de aire muy abundantes en los fotocitos. Cuando no entra suficiente oxígeno en estas células lumínicas especiales, no se produce la reacción; y, por tanto, no brillan. Sí, eso es: las luciérnagas pueden encenderse y apagarse como bombillas.

Una advertencia y un cebo para comer

Existen unas 2.000 especies de luciérnagas en todo el mundo, repartidas en zonas cálidas o templadas. Como he dicho, el proceso químico que les hace brillar apenas emite calor (en caso contrario, les sería imposible sobrevivir) y, por tanto, la luz que emiten es fría. Sin embargo, cada especie de luciérnaga tiene su forma única de brillar y, además, está diferenciada por sexos.

Según muchos estudios, al principio las luciérnagas solo se iluminaban en su fase larvaria para ahuyentar a depredadores. Al parecer, la luz les advierte de su sabor amargo; pero a algunos les da igual y, de hecho, les permite detectarlas con mayor facilidad. Incluso hay ranas o sapos a los que se les puede ver brillar después de que se hayan comido unas cuantas.

No es un método muy efectivo para evitar convertirse en presa. ¿Tal vez sea para atraer a las suyas? Esto se podría aplicar a las larvas, que, bajo tierra, comen gusanos y babosas. En cambio, en su fase adulta, las luciérnagas se nutren principalmente de polen y néctar… Y hay algunas que incluso no ingieren alimento.

Cuanto más y mejor brillo, más molo

Y si no es para comer o para evitar ser comidas, ¿por qué brillan las luciérnagas? Si a nosotros nos parece romántico estar en el campo con la noche iluminada por estos insectos luminosos, a ellos también: aunque algunas especies de luciérnagas no son bioluminiscentes en su fase adulta y utilizan feromonas para atraer a posibles parejas, el brillo de las que siguen siéndolo se ha convertido en su ritual de cortejo.

Parece que a las hembras les atraen los machos cuya luz es más intensa, y que “mejor” realicen unos patrones específicos dependiendo de la especie. Cuando encuentran a uno que les parece adecuado, ellas mismas comienzan también a emitir sus propios patrones. Estos patrones les comunican a los machos mensajes que están dispuestas para comenzar la cópula; entonces se unen, y se van a hacer bebés luciérnagas de lo más luminosos.

Descubre por qué brillan las luciérnagas… ¡Y mucho más!

Todo este proceso químico y biológico ha provocado, para los humanos, las luciérnagas se conviertan en un animal muy poético. Si no, que se lo digan a Adam Young y al éxito de ‘Fireflies’. Pero hay muchos otros procesos como este que convierten el mundo animal en toda una obra de arte. ¿Quieres saber más sobre ellos?

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¿Creerías lo que ven tus ojos si diez millones de luciérnagas iluminaran el mundo, mientras te quedas dormido? Si te quieres más sobre ellas e incluso llegar a presenciar ese espectáculo, ponte las pilas. ¡Ha llegado tu momento de brillar!

Bibliografía:

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