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¿Por qué hibernan los animales?

24 junio 2024
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Llega el invierno, hace mucho frío y se hace de noche a las siete de la tarde. ¿Qué te apetece más? ¿Ir a pasear toda la tarde y tomar un helado, o quedarte en casa debajo de las mantas haciendo maratón de la última serie a la que te has enganchado? Si te quedas con la opción de “serie and chill” a lo mejor te gustaría hibernar, al igual que muchos animales. ¿Quieres saber por qué lo hacen? ¡Vamos a descubrirlo!

Hibernar, o sea, dormir a pata suelta

Es verdad que los humanos tenemos complicado hibernar. Además de que la sociedad en la que muchos nos movemos no nos lo pone fácil, nuestro cuerpo no está preparado para ello. También es cierto que no lo hemos necesitado: desde las pieles de otros animales que nuestros ancestros utilizaban para cubrirse, a las calefacciones o los suelos térmicos, hemos desarrollado todo tipo de sistemas para refugiarnos de las bajas temperaturas.

Aunque nosotros no lo hagamos, hay un montón de seres que hibernan. Entre ellos, muchas especies de osos. Si estos grandullones peludos te encantan, podrás descubrirlo todo sobre ellos realizando un Curso de Especialista en Grandes Mamíferos Terrestres. Aprenderás sobre su hábitat, sus cuidados o su estado de conservación para poder trabajar con ellos, tanto en la naturaleza como en cautividad. ¡Bienvenido al mundo de los gigantes!

Y cuando hablamos de que los osos y otros animales hibernan, ¿a qué nos referimos exactamente? Se trata de un mecanismo de defensa contra las temperaturas frías extremas y los problemas asociados a ellas. Durante el proceso, los animales “desactivan” sus organismos de forma temporal, entrando en un estado de letargo hasta que su hábitat vuelve a tener unas condiciones más apropiadas para su vida. Aunque hemos oído hablar mucho de esta forma de supervivencia, si lo piensas un poco parece casi ciencia-ficción…

Abejas que se dan calor y ranitas que se “congelan”

Al hibernar, el metabolismo de los animales se ralentiza para permitirles conservar mejor la energía. Su ritmo respiratorio también baja, al igual que ocurre con su temperatura corporal, ya que el calor se concentra en sus órganos vitales. Además, durante estos periodo, los “hibernadores” no comen, beben, orinan o defecan. De hecho, es habitual que los animales que, durante los meses previos al frío extremo, se pongan las botas a comer: necesitan almacenar grasa para compensar la que no van a ingerir durante su letargo.

Los dos principales motivos para hibernar son las bajas temperaturas propiamente dichas, que pueden poner en riesgo la vida de estos animales, y la falta de alimento que esas temperaturas implican. Y por esas dos razones, estos son algunos de los seres que realizan este fascinante proceso:

  • Murciélagos: son muchas las especies de estos mamíferos voladores a las que hibernar les parece buena idea. Para ello, buscan cavidades artificiales o naturales con mucha humedad en las que la temperatura se mantenga constante. Hace poco un estudio reveló que para los murciélagos este mecanismo es especialmente importante, ya que el bajo consumo de energía retrasa su proceso de envejecimiento biológico. Gracias a la hibernación, ¡pueden llegar a vivir hasta 30 años!
  • Abejas: al principio del invierno y tras expulsar a los zánganos de la colmena, las abejas obreras se colocan muy juntas dentro de ella para crear una barrera térmica que les permita conservar una temperatura mayor a 10 grados centígrados. La reina se sitúa en la zona donde más calor hace, entre 32 y 37°C. En ese momento, la colonia reduce su ritmo metabólico y comienzan una hibernación conjunta. Aseguran así la supervivencia de la reina, que puede regresar al exterior cuando el frío desciende y volver a anidar para crear una nueva colonia.
  • Ranas: el caso de muchos de estos anfibios es impresionante. Hasta cierto punto, se podría considerar que resucitan. Cuando llega el frío las ranas se acuestan en un tronco, en un montón de hojas o en una madriguera. En ese momento dejan de respirar y el latido de su corazón se detiene. Su temperatura corporal baja tanto, ¡que hasta se forman cristales de hielo en su sangre! Cuando el calor retorna su temperatura corporal sube de nuevo, vuelven a respirar… Y como si nada hubiera pasado.

Hay muchos otros animales que hibernan. La mayoría son pequeños mamíferos como ardillas, erizos o marmotas. Por su parte, el chotacabras pachacua es, hasta donde sabemos, el único pájaro que hiberna. Y por otro lado, hay otros seres, tanto vertebrados como invertebrados, que realizan un proceso muy similar. Pero en este caso, lo hacen para evitar lo contrario que con la hibernación… Te lo cuento a continuación.

Hibernar en verano: la estivación

Hemos visto que muchos animales hibernan, mientras nosotros estamos en casa viendo ‘Los Bridgerton’ debajo de ocho mantas. Otros lo hacen en pleno agosto, cuando nosotros estamos comiendo flashes, dándonos duchas frías y buscando cualquier ventilador o aire acondicionado. Entonces comienzan su estivación, un proceso muy similar a la hibernación, con la diferencia de que, en vez de ser una lucha contra las bajas temperaturas, lo es contra las altas.

Del mismo modo que los animales que hibernan, los que pasan por este proceso descienden su ritmo cardiaco, desaceleran su metabolismo y no se alimentan. Cuentan además con diferentes mecanismos que evitan la pérdida de agua, aumentando sus posibilidades de supervivencia. La mayoría de animales que realizan este proceso son de sangre fría: al contrario que los mamíferos y las aves, no pueden disminuir su temperatura corporal mediante la evaporación. Y de no realizar esta estivación, podrían morir por hipertermia.

Entre los animales que desarrollan este mecanismo hay anfibios como el sapo de las planicies, reptiles como la serpiente cascabel o moluscos como los caracoles (no, no es casualidad que siempre aparezcan cuando llueve). Incluso se pueden encontrar algunos peces, como el pez pulmonado africano, que se envuelve en lodo para mantener su temperatura constante y puede permanecer así incluso durante un año.

Deja de “hibernar”, ¡y empieza a formarte!

Como ves, estos procesos increíbles son más comunes de lo que parecen. Y como ya te he contado antes, muchos osos también hibernan. Lo hacen de forma regulada, al igual que los murciélagos, y solo cuando la bajada de temperaturas ha hecho que las presas escaseen o que los árboles pierdan todos sus frutos y hojas. Si han encontrado suficiente alimento a lo largo del año o si no hace mucho frío, pueden decidir no hacerlo. Eso sí, cuando lo hacen, llegan a perder hasta un 40% de su peso… Así que, ¡más vale que coman bien antes!

Y ahora, para terminar, ¿qué tal si te animas a enviar el formulario? Si lo haces, recibirás toda la información sobre un Curso de Especialista en Grandes Mamíferos Terrestres donde descubrirás mucho más sobre los osos y otros gigantes que viven entre nosotros. Podrás además realizar hasta 300 horas de prácticas para lanzarte al terreno profesional y demostrar todo lo aprendido. No todos los días puede uno trabajar con un oso, ¿verdad?

La estivación y la hibernación están muy bien si eres alguno de estos seres que hemos visto. Pero tú y yo no podemos esperar tanto. Contacta ahora y, ¡atrévete a conocer a los más grandes!

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