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Así es la rana arlequín

3 octubre 2024
Rana-arlequin

¿Llevas dentro de ti un herpetólogo? O, como mínimo, ¿te apasionan los anfibios por encima de otros bichos de la Tierra? Te invito a descubrir a la rana arlequín, una amiga saltarina con unos “colorinchis” en su piel que advierten de su veneno… Pero dificilísima de ver en los bosques recónditos donde habita, y seriamente amenazada. Prepárate para flipar con este invertebrado, que lucha por no extinguirse y también responde al simpático apelativo de “rana payaso”. ¡Por qué será!

Rana arlequín, una belleza que lucha por sobrevivir

Por ganas que tengas de ver a una rana arlequín dentro de nuestra geografía o en Europa, olvídate. Este anfibio anuro se distribuye por América Central y el Sur: en concreto, desde Costa Rica al sur de Bolivia; e incluso se ha podido ver en la Guayana Francesa. En realidad, existen muchas especies: más de cien conocidas. La mala noticia es que un elevado porcentaje sufre el peligro de extinguirse (o ya lo ha hecho), al igual que les sucede a muchos anfibios…

Según el último análisis de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), de las 96 especies evaluadas de este género (Atelopus varius), 62 están clasificadas en Peligro Crítico. Y puede que 39 estén extintas. Estudiar a fondo a invertebrados como ella, y a otros muchos reptiles que son un tesoro para el reino animal y nuestros ecosistemas… Es un auténtico lujo para cualquier amante de estos seres vivos.¿ Te animas a realizar un Curso de Herpetología: Especialista en Anfibios y Reptiles? Todo un privilegio de profesión para alguien como tú.

Volviendo a la rana arlequín, si por algo sobresale sobre el resto de los ejemplares de su familia Ranidae es por la carta de colores intensos y manchas (o rayas) que luce en su piel. ¡Parecen sacados de la paleta de Andy Warhol! Aparte del verde, fíjate bien: naranja, rojo, azul, amarillo, marrón, morado… Sí, de ahí le viene lo del apelativo rana payaso. Y aún hay más. La rana arlequín de la noche estrellada es una rara especie de color negro y pintas blancas, que había desaparecido para la ciencia hace la friolera de 30 años y ha sido redescubierta en 2019. Una maravilla, ¿verdad? Luego te cuento sobre ella.

A nuestra “peligrosa” ranita le gustan los sitios húmedos

Por muy alucinantes que sean los colores de esta amiga saltarina, al parecer son mucho más una advertencia de su toxicidad. Sin duda, una forma inteligente de alertar a los depredadores habituales del medio natural donde habita y disuadirles de su ataque. O de lo contrario, tendrán que atenerse a las consecuencias. Mejor contemplarla de lejos, ¡y nada de tocarla!

Hablando de su hábitat natural, estos anfibios anuros (batracios sin cola) tan particulares prefieren vivir en bosques de montaña, junto a cascadas, quebradas y otros lugares húmedos, como los departamentos de Antioquía, Valle del Cauca y Risaralda, todos ellos en Colombia. Pero eso no quiere decir que no se las pueda descubrir en tierras bajas tropicales en pleno día, puesto que son animales diurnos.

Una joya minúscula que “saluda” al sexo opuesto

La mayoría de las especies son difíciles de avistar, en especial los machos, dispersos en bosques densos. Su tamaño tampoco ayuda, pues las medidas de una rana arlequín son mínimas; las especies más pequeñas no superan los 2,5 cm. Sin embargo, el escenario cambia bastante durante la temporada de reproducción; entonces, ellos bajan a los arroyos en busca de pareja. Lo más curioso es cómo algunos ejemplares reconocen al sexo contrario: si cada uno está a un lado del río y el sonido del agua les impide escucharse, hacen algo así como un “saludito de mano”. Son lo más…

Su forma de apareamiento se llama amplexo, es propio de los anfibios anuros y tiene su particularidad. Se trata de un “abrazo nupcial” con su punto erótico con el cual los machos se adhieren a las hembras, a veces durante semanas. Ellos vivirán por y para que la reproducción sea un éxito; a veces eso implica dejar de comer, aunque conlleve una pérdida importante de su peso corporal (hasta el 30%). El que algo quiere, algo le cuesta.

Con el cielo a cuestas: la rana arlequín de la noche estrellada

Y ahora, sí: ¡hablemos de ella! Descubrir que algunas de estas especies consideradas extintas no lo estaban marca un antes y un después a la hora de reevaluar su estado actual, desarrollar estrategias de conservación, etc. El caso más destacable puede ser el de la rana arlequín de la noche estrellada (Atelopus aryescue): su último avistamiento tuvo lugar hace 30 años, y todo parecía apuntar a su desaparición en el reino animal debido al quítrido, un hongo patógeno mortal para los anfibios.

Sin embargo, en 2019 se la volvió a ver en las inmediaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta de Colombia, una de las cordilleras costeras más elevadas y remotas del mundo. Según han reconocido los científicos que participaron en su redescubrimiento, la colaboración del pueblo indígena Arhuaco, de la comunidad Sogrome, ha sido fundamental. La rana arlequín (“gouna” en arhuaco) es sagrada para los miembros de esta comunidad, que la ha protegido durante todos estos años, conservando su hábitat y vida silvestre.

El hermoso aspecto de este anfibio, así como los cielos estrellados y oscuros de este enclave natural, inspiraron el nombre común de la especie (que solo vive allí). Negra reluciente, con motas blancas y apenas cinco centímetros de longitud, la comunidad científica está de enhorabuena por poder volver a documentar e investigar a este anfibio tan singular. Y nosotros, ¡tan contentos como ellos!

¿Por qué estos anfibios están tan amenazados?

Desde principios de los años 80, muchas poblaciones de especies de la rana arlequín han venido sufriendo declives importantes. Este fenómeno es causado por una lista de amenazas, que ponen difícil la supervivencia de este grupo taxonómico a nivel mundial. Por aquí te dejo las más graves:

  • Enfermedad mortal (quitriomicosis)
  • Pérdida o degradación de sus hábitats naturales.
  • Cambio climático.
  • Especies invasoras introducidas.
  • Comercio ilegal.
  • Extrema sensibilidad a su entorno a través de su piel (perciben cualquier cambio en el agua, el aire y la tierra).

¿Quieres trabajar en el cuidado de seres tan especiales como la rana arlequín?

Cuando ya sabemos que la respuesta es sí, es el momento de pasar a la acción. Más claro: de plantearte un futuro cuidando de anfibios y reptiles, volcarte en su bienestar y contribuir a su conservación, formándote con un curso de calidad y especializado. Puedes empezar por rellenar el formulario de esta web; en menos de lo que canta (o croa) una rana arlequín, te llegará información detallada sobre un Curso de Herpetología y Especialista en Anfibios y Reptiles.

Su propuesta formativa se adaptará a tus necesidades (se estudia en modalidad online o presencial) y te conectará con el mercado laboral al que quieres pertenecer a través d e u programa de prácticas de hasta 300 horas. Podrás ejercer en centros de recuperación, reservas naturales, zoológicos, tiendas especializadas…

Quizá algún día se cruce en tu nueva vida laboral una rana arlequín de la que ya sabemos alguna cosilla. Y, con suerte, podrás aportar tu grano de arena para acabar con su extinción. Tanto si es ella u otro paciente de estos maravillosos seres, por fin podrás demostrar que has nacido para ser un cuidador de los que dejan huella. ¿A que pinta bien?

Bibliografía:

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Herpetología: Especialista en Anfibios y Reptiles
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