Anfibios urodelos: ¿qué debes conocer?
No todos los animales tienen un hábitat único. Algunos viven a medio camino entre varios, como los anfibios urodelos, que se desarrollan entre el agua y el medio terrestre. A lo largo del planeta es posible encontrar más de 650 tipos distintos, muchos en reservas o en terrarios de particulares. Deben recibir cuidados concretos, sobre todo en cuanto a alimentación y temperatura, pero sus fascinantes características hacen que merezca la pena. ¡Descúbrelas!
Los anfibios: maestros de la doble vida
La familia de los anfibios está formada por tres grupos: los urodelos, los anuros y los ápodos. Cada uno tiene sus peculiaridades, pero comparten varios rasgos.
Por ejemplo, son animales de sangre fría, por lo que dependen del exterior para regular su temperatura corporal. Esto significa que su organismo se “desactiva” si hace demasiado calor o frío, ya que no es capaz de funcionar en temperaturas extremas.
A pesar de esta limitación, su cuerpo está muy lejos de ser ineficiente: ¡están adaptados a dos medios en lugar de solo a uno! Mientras son crías, tienen branquias para respirar en el agua. Al crecer, se desplazan a tierra y pasan a hacerlo a través de la piel y los pulmones, aunque algunos anfibios urodelos las conservan y continúan viviendo en zonas acuáticas.
¿Cuáles son los anfibios urodelos?
Los anfibios urodelos son muy fáciles de distinguir de sus parientes. Para empezar, conservan su cola (al contrario que los anuros y los ápodos), y tienen cuatro patas de tamaño parejo. No saltan como los anuros, ni se deslizan bajo la superficie como los ápodos. Utilizan sus extremidades para caminar por la tierra, y suelen impulsarse con el rabo para nadar.
Sus dimensiones son alargadas y varían mucho en función de la tipología, pudiendo ir desde los cuatro centímetros hasta el metro y medio. Como el resto de su familia, poseen una piel húmeda, pero no cuerdas vocales así que… ¡son mudos!
¿Y venenosos? Pues depende de sobre cuáles hablemos. El gallipato, por ejemplo, utiliza unas glándulas que posee en las costillas para defenderse de sus atacantes.
Otras peculiaridades de estos vertebrados son igual de impresionantes, como su capacidad para regenerar cualquier tejido que hayan perdido. No es cierto que resistan el fuego, como dicen los rumores, ¡pero son supervivientes en estado puro!
Otras características de los anfibios urodelos: ¿de qué se alimentan?
La alimentación de los anfibios urodelos varía según la especie concreta. En general, son animales carnívoros, y comen principalmente insectos.
Algunos pueden consumir incluso a otros anfibios o mamíferos de pequeño tamaño, pero la mayoría optan por bichos vivos. Esto último es importante, ya que, si los conservas en cautividad, puede que se nieguen a ingerir presas inmóviles.
¿Y entre qué insectos elegir? ¡Pues hay muchos! Los anfibios urodelos tienen una dieta muy rica, en la que caben desde los pulgones hasta las lombrices o los ciempiés. Las especies que continúan en el agua durante la edad adulta se inclinan por moluscos, crustáceos o moscas de agua. En terrario, se puede completar su menú con vitaminas específicas que les ayuden a mantenerse en un buen estado de salud.
Reyes de la noche: el comportamiento de los anfibios urodelos
Los anfibios urodelos son eminentemente nocturnos. Es entonces cuando salen a buscar comida desde sus escondrijos, que suelen ubicar debajo de las piedras, los arbustos o los troncos de los árboles.
La mayoría solo regresan al agua para reproducirse, por lo que suelen vivir cerca de zonas acuáticas. Prefieren las que no tienen peces, ya que así sus crías peligran menos, y las que se conservan limpias y sin movimiento.
La forma que tienen de conquistar a sus parejas es cuanto menos elaborada. Algunos machos llegan a hacer piruetas o liberar feromonas. La reproducción más común es la interna. Se vuelca el esperma bajo el agua y, posteriormente, las hembras lo recogen para fecundar los huevos.
Ejemplos de anfibios urodelos
Diminutos, de brillantes colores o del tamaño de un adulto pequeño. Los anfibios urodelos se cuentan por centenares, y cada uno es un mundo en sí mismo.
El más conocido es sin duda la salamandra, pero existen muchos otros a las que vale la pena descubrir. Te dejamos una selección de los más interesantes. ¡Anímate a conocerlos!
Salamandra común
La salamandra es de los anfibios urodelos más comunes. Mide alrededor de 20 centímetros, y su piel tiene manchas negras y amarillas. A través de ella, exuda sustancias tóxicas para defenderse de sus depredadores. Habita los bosques europeos, y en cautividad necesita terrarios con buena ventilación y humedad.
Salamandra gigante del Japón
Uno de los mayores anfibios urodelos es la salamandra gigante del Japón. Como su nombre indica, esta especie es propia de Asia, y puede superar holgadamente el metro de longitud. Su dieta está formada por peces y posee una cabeza aplanada. Se trata de una especie longeva, ya que puede llegar a vivir hasta medio siglo.
Gallipato
El gallipato tiene uno de los métodos de defensa más impresionantes. Cuando le atacan, saca sus costillas a través de su piel, y las clava como si fueran agujas en sus depredadores. Estos punzones son venenosos, así que ¡cuidado si te lo encuentras! Por lo demás son animales pacíficos, muy presentes en la Península Ibérica, y con una piel que cambia de lisa a rugosa cuando pasa del agua a la tierra.
Ajolote
Si buscas anfibios urodelos con cara de simpáticos, inevitablemente acabarás dando con el ajolote. Esta especie no muda al alcanzar la madurez, por lo que conserva su aleta y unas branquias que le rodean la cabeza. Su boca siempre exhibe una graciosa mueca y su hábitat es muy exclusivo: no salen del agua y solo están en México.
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Tanto los anfibios urodelos como los anuros y los ápodos están muy extendidos, pero eso no quiere decir que no necesiten protección. Muchas de las especies de esta familia están en riesgo, por lo que el trabajo de las reservas y de los profesionales veterinarios es de vital importancia.
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