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¿Cómo se reproducen las mariquitas?

11 julio 2024
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En Cuba se las llama cotorritas. En Chile, chinitas; en México, catarinas; en Argentina, vaquitas de San Antonio…. Y, en la mayoría de países hispanohablantes, se las conoce como mariquitas. Seamos sinceros: ¿a quién no le gustan estos pequeños coleópteros con cuerpo redondeado, colores vibrantes y puntitos? Si eres de su club de fans, estás de enhorabuena… Porque hay unas 5.000 especies en todo el mundo. Y para que entiendas por qué hay tantísimas, hoy vamos a ver cómo se reproducen las mariquitas.

Cómo se reproducen las mariquitas: necesidades externas

Cuando una mariquita surge del huevo, pasa por tres fases distintas. Comienza siendo una larva no desarrollada. Después entra en su fase de pupa, momento de transición en el que crea una crisálida en la que se refugia, y en la que experimentar cambios físicos internos y externos muy significativos. Por último, sale de ella en su etapa adulta, con su color alegre, sus puntitos y su adorable look. Una vez llegado este punto y alcanzado el momento de madurez sexual, ya puede reproducirse.

Muchas personas crían estos animales en terrarios caseros. De esa forma pueden observar cómo se reproducen las mariquitas, observar su ciclo de vida y concienciar (por ejemplo, a los niños) sobre responsabilidad y cuidado del medioambiente. Hay lugares donde este proceso se puede llevar a cabo de forma profesional. ¿Querrías trabajar con estos adorables insectos? Si te formas con un buen Curso de Técnico en Animales Exóticos, estará en tu mano. Aprenderás todo sobre el cuidado y la investigación de todo tipo de insectos, y de muchos otros seres igual de curiosos. ¡No te lo pierdas!

Una de las curiosidades que presentan estos insectos es que su época de reproducción varía en función de la especie. Sin embargo, todas parecen estar de acuerdo en que las temperaturas extremas no son buenas para el proceso… De hecho, si la cópula se ha producido poco antes de una sequía o de temperaturas muy frías, las hembras entran en un periodo de diapausa. Esto implica que almacenan el esperma en su interior (vamos, que viven una especie de «standby» en el proceso reproductivo) hasta que las condiciones vuelven a ser favorables.

Un cortejo y una gestación de lo más peculiares

Las mariquitas ya han entrado en su etapa adulta y les gusta el tiempo que hace; así que vamos a ver, ahora sí, cómo se reproducen. Llegamos al ritual de cortejo. Los coleópteros utilizan feromonas para comunicarse químicamente e indicar que están listos para la reproducción. Los machos se acercan a las hembras para observarlas y montarlas. Hay veces que intentan copular con las que aún no han alcanzado la madurez sexual, y, cuando eso ocurre, son rechazados. Además, las hembras de especies con patrones coloridos muestran preferencia por los machos de mayor tamaño y tonos más vivos, ya que son características hereditarias que ahuyentan a los depredadores.

Imaginemos entonces que un macho bien colorido y fuerte ha logrado copular con una hembra madura, y también fecundarla. Probablemente no sea el único que lo haya hecho, ya que ambos sexos, durante el periodo reproductivo, pueden juntarse con varios individuos incluso el mismo día. ¡Si es que son de lo más liberales! Tras la fecundación, los huevos se desarrollan en el interior de la hembra. ¿Recuerdas el periodo de diapausa? Pues le permite mantener esos huevos dentro durante semanas (o incluso meses) gracias a su capacidad de oviposición atrasada. Así se asegura de realizar la deposición en condiciones óptimas.

A la hora de poner los huevos, las hembras eligen ramas, orificios o la parte baja de las hojas de algunas plantas con el objetivo de protegerlos. Estos huevos tienen un color amarillo anaranjado, forma ovalada y alargada, y miden entre 1 y 2 milímetros. Las mariquitas pueden poner desde unos veinte hasta unos cincuenta huevos. Entre unos tres y diez días después, dependiendo de la especie, los huevos eclosionan y las larvas salen de ellos.

Chiquitas, pero matonas

Al contrario que ocurre en otras especies, las hembras de mariquita se desentienden de los huevos una vez puestos. ¡Suficiente tienen con mantenerlos dentro durante meses, y luego colocarlos en lugares seguros! Pero además, lo tienen todo planeado: muchas especies realizan la oviposición en plantas infectadas por pulgones. Por muy monas que sean y aunque algunas son herbívoras, la mayoría de las mariquitas son depredadoras voraces.

Desde el momento en el que el huevo eclosiona, la larva se pone a buscar comida como si fuese Pac-man; y los pulgones y sus huevos son una presa estupenda. Por tanto, cuando las hembras depositan sus huevos en estos lugares no solo los protegen, sino que además se aseguran de que puedan atiborrarse todo lo que quieran. Una sola larva puede comer entre 50 y 200 pulgones al día.

Es verdad que, llegada su etapa adulta, no necesitan tanta cantidad de alimento y reducen su consumo a un máximo de 60 pulgones. Teniendo en cuenta que una mariquita vive alrededor de un año… Si te atreves, ponte a calcular todos los pulgones que come a lo largo de su vida. La conclusión es que son muchos, y eso convierte a las mariquitas en unas aliadas estupendas para los agricultores. A la mayoría nos encantan simplemente porque son bonitas y pequeñas, pero además a ellos les ayudan a mantener a raya las plagas. Son un insecticida natural, gratuito, ¡y monísimo!

Descubre más sobre cómo se reproducen las mariquitas

Con este artículo, ya tienes claro cuáles son los fundamentos básicos de la reproducción de estos coleópteros. Entre el posible periodo de diapausa y la estrategia casi militar a la hora de colocar los huevos, es un proceso realmente curioso… Pero es solo el primer paso: el mundo de los insectos es tan increíble como interesante. Y si ya hablamos de anfibios, reptiles, peces y aves, ¡nos puede volar la cabeza!

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A base de comer pulgones y salir de su crisálida, las mariquitas han conquistado nuestros corazones. Seguro que, si aprendes a cuidarlas y mantenerlas como es debido, también conquistarás el suyo. ¡Atrévete a dar el paso y fórmate como experto!

Bibliografía:

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