Halcón blanco: un ave rapaz espectacular

No es muy común, y por eso, históricamente fue el ave de la realeza. Hoy, con su enorme envergadura y sus tonos nieve, el halcón blanco continúa siendo uno de los pájaros más impresionantes que pueden verse surcando el cielo. Con todo, observarlo en directo es difícil, a no ser que esté en manos expertas o lo empleen los cetreros en sus cacerías. En este artículo, podrás echarles un vistazo y conocer los detalles que lo convierten en un prodigio de la aerodinámica. ¡Adelante!

Todos los detalles sobre el halcón blanco

Se llama halcón blanco, pero parece más un tablero de ajedrez. Las manchas negras adornan su plumaje, a veces tintando grandes áreas como la cola y otras como mero adorno en las plumas de mayor tamaño.

Además de por su rareza, el leucopternis albicollis destaca por la amplitud de sus alas y por su envergadura, que puede sobrepasar los 50 centímetros. Es un ave rapaz, por lo que está preparada para la caza: tiene unas afiladas uñas, engarzadas en tarsos dorados, y un pico ganchudo diseñado para despedazar a sus presas. 

Sus ojos, además, hacen honor al dicho. Dispone de una “vista de halcón”, extremadamente potente para poder visualizar objetivos mientras vuela. Tampoco se queda atrás su rapidez en el aire. Es liviano, aerodinámico y robusto, y, en el cielo, capaz de alcanzar velocidades de vértigo.

¿Qué tipos de halcón blanco existen?

Como en la mayoría de especies, la del halcón blanco se divide en varias subramas. Las variaciones no son demasiado notables entre ellas, más allá del color o el tamaño que presente su cola. 

Podemos encontrar a cada una en una zona específica, siempre a lo largo de la franja que se extiende entre México y Brasil. Cuanto más al norte miremos, más puro será el tono hueso de sus plumas, que se oscurecen a medida que nos aproximamos al sur.

Concretamente, las subespecies del leucopternis albicollis son:

• Leucopternis albicollis ghiesbreghti: propio de México, Guatemala y Belice.
• Leucopternis albicollis costaricensis: oriundo de Panamá, Colombia y la región de Honduras.
• Leucopternis albicollis williaminae: comparte con el Costaricensis el territorio colombiano, pero también puede hallarse en Venezuela.
• Leucopternis albicollis albicollis: es una de las variedades más extendidas. Se distribuye por Perú, Bolivia, la Guayana Francesa, Trinidad y el Ecuador, así como por Venezuela, como el Williaminae.

¿Qué alimentación tiene el halcón blanco?

Una máquina de vuelo, y una de matar. Así es el halcón blanco, un poderoso carnívoro con una larga lista de opciones para sus ingestas.

En sus estudios, los expertos han determinado que son pocas las cosas que no puede llegar a consumir. Se alimenta de reptiles, anfibios, insectos y otras aves, así como de mamíferos o, si la situación lo requiere, carroña.

Uno de sus platos favoritos son las serpientes, especialmente las de coral, y también las lagartijas, las larvas y los pasálidos. Pero lo que más inquieta de su menú es que no duda en atacar a parientes próximos. Pensemos por ejemplo en los búhos, los tucanes y los manakines. Todos deben ir con cuidado, porque tienen muchas probabilidades de acabar en su mesa. 

El halcón blanco come reptiles, anfibios, insectos y mamíferos, así como otras aves

 ¿Y de qué modo? Pues de uno bastante peculiar, sobre todo, si lo comparamos con el de otros halcones. La mayoría de estas aves rapaces atacan desde el aire, pero el halcón blanco es un depredador más calmado. 

En lugar de fatigarse dibujando círculos en el cielo, se lanza sobre su presa desde las ramas de los árboles. Dos buenas armas aseguran su éxito: por un lado, las uñas como cuchillas y, por el otro, un pico que puede usar para dar el golpe de gracia.

¿Cómo se crían los halcones blancos?

Criar a un halcón blanco es un asunto extremadamente complejo. No solo es muy delicado en sus primeros meses de vida, sino que también suele desconfiar de las personas, lo que complica la construcción de un vínculo.

Para criarlo en cautividad, habrá que tener paciencia y vigilar varios factores. Uno de los principales es el peso, ya que puede influir tanto en su salud como en su potencia a la hora de probarse en el aire.

Lo más adecuado es esperar a que supere las primeras semanas bajo el cuidado de sus progenitores. Son los padres los que le ofrecen carne fresca en el tamaño aconsejado, y los que les enseñan a capturarlas y a volar.

Sin embargo, tampoco hay que dejar que madure completamente. Si se le quiere entrenar para la caza, hay que intervenir cuando aún es joven y, por lo tanto, todavía maleable.

Las crías de halcón son muy delicadas. El apoyo de sus padres es fundamental para que puedan sobrevivir

El modo de ganar su confianza es mediante la comida. Se le deben proporcionar pequeños trozos para que los relacione con la presa y para que sea capaz de localizarla ya en libertad. 

Para este entrenamiento, suelen emplearse cometas con un señuelo que les tiente. Es importante dejar que vuelen al menos una hora al día, ya que tienen que fortalecer sus alas y muscular su cuerpo. 

El veterinario, siempre la mejor idea

Cualquier animal, pero especialmente los pájaros, necesitan a especialistas que velen por su salud cuando se encuentran en cautividad. Eso se aplica a la cetrería, pero también a otros tipos de cuidados. 

Por ejemplo, que te encuentres con una cría demasiado joven desprovista de la protección de sus padres. La mortalidad infantil del halcón blanco es muy alta en esta primera etapa de su vida, por lo que deberás acudir a un experto para garantizar su bienestar.

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