Hay pocos animales tan similares a los humanos como los pongos. Estos simios de melena rojiza son primos cercanos de las personas, con las que comparten genoma en un 97%. Al igual que nosotros, se ha comprobado que usan herramientas, se tapan de la lluvia con hojas y presumen de una amplia capacidad memorística. ¿Y en la dieta? ¿también compartimos gustos? Lo cierto es que no. Si observamos qué comen los orangutanes, los parecidos se terminan. Y la respuesta incluso puede sorprendernos.
Para cuidar a esta especie tanto en cautividad como en la jungla, es necesario conocer los nutrientes que extrae de su hábitat. Se trata de animales principalmente frugívoros, pero esconden alguna que otra rareza… ¡Conócelas!
¿De qué se alimenta el orangután?
No hay nada que le guste más a un pongo que una buena macedonia. Las frutas componen su dieta casi al completo, aunque suelen incorporar también hojas, tallos y semillas.
En el bufet libre que es la selva, se decantan especialmente por los alimentos más golosos. Escogen frutos maduros y cargados de azúcar, como el higo, la papaya, el santol y el mangostán, y lo acompañan de cortezas y raíces de árboles.
Si hubiera que destacar un placer culposo entre lo que comen los orangutanes, probablemente sería la miel. A estos simios les encanta consumirla y, al igual que los osos, no deben preocuparse por las picaduras.
Su espeso pelaje les protege y les permite darse auténticas panzadas. Pero no son vegetarianos estrictos. En cuanto tienen la oportunidad, asaltan los nidos de las aves para darse un chute de proteínas a base de huevo.
El sibarita de la selva
Lo que comen los orangutanes abarca una gran variedad de alimentos. Sin embargo, que sean flexibles en su menú no significa que lo sean en las formas. Hablamos de unos simios especialmente selectivos a la hora de escoger fruta. No les sirve todo: prefieren los ejemplares con mucha pulpa, y desechan tanto la piel como las semillas.
Cuando realizan sus ingestas, pueden ayudarse de elementos que encuentran en la naturaleza. Su cuchillo y tenedor son piedras o palos, que les sirven para romper la cáscara y acceder a la sabrosa recompensa del interior.
¿Qué comen los orangutanes?: postres extraños
Cualquiera imaginaría que lo que comen los orangutanes es fruta y hojas. Entonces, ¿dónde está la sorpresa? Pues en que, a veces, su dieta toma carices extravagantes.
Si se encuentran faltos de nutrientes, pueden consumir excrementos, y toman arcilla para paliar los problemas intestinales. En general, sin embargo, su sistema digestivo es muy fuerte, y puede soportar incluso la composición de la Estricnina Alcaloide, un fruto amargo que resulta mortal para otras especies.
Hay que tener en cuenta que los pongos, como cualquier otro animal, están hechos para sobrevivir incluso cuando el hambre aprieta. En esas situaciones, estos simios se vuelven oportunistas, y llevan a cabo comportamientos que, por normal general, no se incluyen en sus costumbres.
Un ejemplo es el consumo de carne, ya que pueden alimentarse de peces o de presas muertas como las ardillas. En la lista de lo que comen los orangutanes están además los pájaros, si son pequeños, y el Loris Perezoso, un primate menor con mordedura venenosa que ingieren los orangutanes de Sumatra.
Quizá lo menos raro de la carta que disfrutan sean los insectos. Se sirven de varios, pero, entre ellos, están las mantis, las cigarras y las babosas. ¡Vaya platos!
Tipos de orangután: el peligro que acecha
La familia del pongo es pequeña en comparación con otras especies. Actualmente la componen tres vertientes: la de Borneo, Tapanuli y la ya mencionado de Sumatra. Lo que comen los orangutanes de cada grupo no difiere demasiado. Destaca en todo caso el de Borneo, que puede tomar hongos, telas de araña o savia.
Esta subespecie es la más grande, tanto en extensión como en número de individuos. Vive en Indonesia y puede sobrepasar los 100 kilos fácilmente. Con todo, ha sido declarado en peligro de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. El riesgo se extiende al orangután de Sumatra, mucho más pequeño y con cada vez menos ejemplares.
En cuanto al de Tapanuli, podemos decir que fue una toda una sorpresa. Los científicos lo localizaron hace pocos años, y puede que la humanidad no lo disfrute por mucho tiempo. La caza ilegal y la destrucción de su hábitat son los principales enemigos de estos pongos, cuyo nombre en malayo invita a la empatía: hombre del bosque. Un símil para replantearse cómo los tratamos.
¿Qué comen los orangutanes en cautividad?
Lo que comen los orangutanes varía inevitablemente si se encuentran en cautividad. En recintos como los zoológicos, muchas veces no es fácil reunir los mismos alimentos que encontrarían si estuviesen libres en la naturaleza.
Los equipos veterinarios de estos centros diseñan dietas similares a nivel nutricional para que vivan sanos y sin que les falte nada. En el caso de los pongos, las raciones se les suelen suministrar individuo a individuo, en su compartimento correspondiente, con el fin de garantizar que se alimentan como deben.
La comida puede esconderse en distintos rincones del recinto para fomentar su curiosidad y mantener su mente activa. A veces, a los pongos les toca probar alimentos que jamás se toparían en la selva, pero que complementan su menú: caldos o infusiones. ¡Un gustazo contra el frío!
Curso de Cuidador de Animales de Zoológico: ¡Cuida la naturaleza!
Los orangutanes son animales inteligentes y curiosos, con muchas destrezas. Lamentablemente, estos simios se encuentran amenazados por la acción humana y, muchas veces, solo esta puede salvarles.
Mantenerlos en cautividad es un modo de protegerlos y asegurar su supervivencia hasta que las poblaciones recuperen su volumen. Pero solo los profesionales con una formación adecuada pueden cuidarlos de forma adecuada y garantizar su bienestar.
Si quieres formar parte del grupo y salvar a especies como esta de la extinción, el curso de Cuidador de Animales de Zoológico y Auxiliar Veterinario es tu camino. En nuestra academia, aprenderás todo lo necesario para garantizar la higiene, las rutinas y, por supuesto, la alimentación de todo tipo de seres silvestres. Empieza por los orangutanes… ¡y sigue la cadena!