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¿Los peces sienten dolor?

15 julio 2024
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En el reino animal, ¿existe este sentimiento? Y en concreto, ¿los peces sienten dolor? Si eres un animal lover sin remedio, no me digas que no te lo has preguntado alguna vez. Aunque el pez payaso más famoso del mundo en la ficción, el entrañable Nemo de la cinta de Pixar, viviera ajeno a ello, otra cosa bien distinta son sus parientes reales. ¿Qué les ocurre a estos animales que habitan en las profundidades marinas? ¿Ni sienten ni padecen? Más bien, todo lo contrario… Hoy te contamos lo que dice la ciencia. ¡No te lo pierdas!

Los peces sienten dolor… Y estrés y depresión

¿Cómo demostrar que estos vertebrados acuáticos sienten dolor y otras emociones? La duda siempre estuvo ahí al tratarse de animales atípicos, carentes de empatía. El medio en el que viven es particular: nada que ver al del hombre ni al de otras muchas especies. Y su fisonomía es preciosa, sí, pero tambien inexpresiva. Ni gritan, ni parpadean, ni sonríen, ni nada por el estilo.

Saber si los peces sienten dolor y cómo lo perciben ha sido motivo de numerosos estudios científicos, y la mayoría lo asegura con un sí rotundo. Pero no siempre ha sido así: entre otras razones, porque no siempre se pensó que el reino animal tuviera capacidad de mostrar sentimientos de ningún tipo. Vivir cerca de los peces y otras especies exóticas, estudiarlas, velar por su bienestar… Debe ser lo más gratificante del mundo cuando eres una de esas personas que ama a los animales y quiere pasar su vida junto a ellos. Piénsate hacer un Curso de Técnico en Animales Exóticos. Será el comienzo de una gran historia profesional y vital.

Volviendo a lo nuestro, si los peces sienten dolor o no, en el siglo XVII el filósofo francés René Descartes creía que estos seres vivos eran autómatas, sin conciencia ni sentimientos. Un pensamiento que marcó la pauta de los siguientes siglos y dejó a nuestros amigos acuáticos en el limbo de la incertidumbre, poniendo en duda su capacidad natural para tenerlos. Por fortuna, la ciencia ha puesto las cosas en su sitio: la falta de empatía de estas criaturas no ha impedido demostrar que son seres vivos sintientes, como lo son los mamíferos, las aves… Y eso significa que pueden sentir estrés, depresión, alegría o miedo.

Todo, gracias a su sistema nervioso y a su cerebro

Además de sentir emociones (aunque no como nosotros), también se ha demostrado que estos habitantes de ríos, lagos y océanos tienen una capacidad de aprender y memorizar notable. Cualidades que, injustamente, no iban asociadas a ellos. Y también se les negaba la capacidad de relacionarse, jugar, tener vida social, establecer jerarquías o desarrollar personalidades únicas. ¡Pero la tienen!

De nuevo, gracias a la comunidad científica se ha sabido que los peces reúnen los requisitos anatómicos y fisiológicos necesarios para sentir dolor. Poseen un sistema nervioso central, nociceptores (los receptores encargados de recibir y procesar las señales de dolor mediante distintos estímulos) y un cerebro, el responsable de interpretar dichos estímulos, con zonas similares a las de los mamíferos y las aves. De manera que la respuesta a la pregunta de si los peces sienten dolor se contesta por sí sola.

De hecho, también ha quedado científicamente claro que su cerebro posee las mismas funciones que el humano, aunque sea diferente al nuestro. Si hubiera que reconstruir un mapa funcional de este órgano, alucinaríamos descubriendo que existe un área que hace que puedan sufrir y sentir dolor.

Bien pensado, es bastante lógico que posean esta percepción real si analizamos por un momento qué es el dolor en sí mismo. Los peces, como el resto del reino animal, persiguen sobrevivir y transmitir su material genético. Por tanto, para ellos el dolor es una respuesta fisiológica antes estímulos peligrosos que pueden poner en riesgo su vida. Y por desgracia, hay unos cuantos: la acción del hombre, con la práctica de la pesca y la contaminación, va a la cabeza.

Qué sucede al pescarlos: ¿sufren?

Entramos en un tema muy sensible para los amantes de la pesca responsable, los acuaristas y el mundo de la acuicultura en general. Siempre ha estado ahí, y ahora choca de frente con el concepto de “sintiencia animal” reconocida en Europa mediante la consagración de la sensibilidad de todos los vertebrados. El concepto viene a reconocer que los seres vivos tienen sentimientos y conciencia, capacidad de reconocer emociones positivas y negativas. Un pequeño paso, pero sin duda significativo a nivel ético, que nos plantea una nueva forma de interactuar con animales como ellos. Y por fin, está claro que los peces sienten dolor.

El libro “Do Fish Feel Pain?”, de la bióloga y científica británica Victoria Braithwaite, tampoco deja ninguna duda ante el debate de si los peces manifiestan sufrimiento cuando son capturados con ciertas prácticas. En una palabra, viven experiencias traumáticas al sentir en su cuerpo elementos invasores, como por ejemplo un anzuelo en la pesca con caña. El mapa detallado que incluye la publicación es la prueba científica de que estas bellezas acuáticas poseen más de veinte receptores del dolor en su cabeza y boca, incluidos los puntos en los que penetra el anzuelo de un pescador. ¡Imposible ponernos en su piel!

Pero aún hay más. Estos animales son verdaderos maestros en el manejo del dolor: pueden aprender de algunas situaciones que se lo han causado para evitar reproducirlas. Y todavía van más allá, porque, al parecer, su organismo crea opioides naturales para suprimir la sensación de dolor en su cuerpo . Por cierto, aunque los pulpos no son peces, el famoso documental ‘Lo que el pulpo me enseñó’ es un ejemplo conmovedor de la sensibilidad de los animales marinos. ¡Ahí lo dejo!

Resumiendo, hay poco margen de error ante tantas evidencias científicas. Los peces sienten dolor, aunque no lo hagan como los seres humanos, sino a su manera. Y probablemente. la experiencia psicológica que viven es bastante parecida a la nuestra. Distinta o menos intensa, pero real, así que es importante ser consciente de que existe y plantear un nuevo debate. ¿Hasta qué punto ese sufrimiento es necesario? ¿Está en nuestra mano que vivan mucho más felices?

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