Por poco que nos guste, nuestras mascotas no están libres de contraer virus y parásitos que pueden afectar a su salud. Afortunadamente, el diagnóstico de enfermedades microscópicas dentro de la veterinaria ha avanzado un montón gracias a las nuevas técnicas serológicas: y la prueba ELISA en perros es una de ellas. Si quieres saber en qué consiste, qué enfermedades detecta y por qué los veterinarios cada vez la emplean más, estás en el lugar perfecto. ¡Sigue leyendo!

La prueba ELISA en perros… ¡y en otros animales!

El ensayo clínico ELISA (Enzyme-Linked Immunosorbent Assay / Ensayo por Inmunoabsorción Ligado a Enzimas) ha transformado el mundo de la veterinaria: tanto la forma en que sus profesionales afrontan el diagnóstico de enfermedades microscópicas, como el modo en que los investigadores detectan y cuantifican antígenos y otros agentes específicos. Pero aún hay más: también se ha convertido en una valiosa herramienta para la vigilancia y seguimiento de ciertas patologías, en perros y en otros animales. La lista es larga: desde cerdos a roedores, caballos… y un largo etcétera.

La prueba ELISA en perros es una técnica de laboratorio que permite detectar anticuerpos o agentes infecciosos sobre muestras clínicas, por lo general de sangre. Una de sus particularidades es el uso de enzimas para sus métodos de detección, dada su gran capacidad para generar señales detectables. Si te interesa este mundo, ¿qué te parecería trabajar como parasitólogo o inmunólogo en salud animal? Un Máster en Laboratorio Veterinario puede ser una excelente opción para especializarte en este campo, especialmente si cuentas ya con formación previa. ¡No te arrepentirás!

Volviendo a este ensayo, las enzimas producen un cambio de color cuando son añadidas a la mezcla de la muestra biológica. A su vez, esta variación cromática se mide cuantitativamente por medio de un espectrofotómetro, proporcionando datos relevantes sobre la cantidad de antígenos o anticuerpos presentes en la muestra. Otras veces las señales que proporcionan las enzimas no son de color, sino fluorescentes o luminiscentes.

Prueba ELISA en perros: de antígenos y de anticuerpos

La prueba ELISA es una técnica muy extendida en laboratorios clínicos a nivel mundial, en los que se trabaja en campos como la parasitología, la bacteriología, virología o microbiología animal, entre otros. Las razones por las que está considerada una valiosa herramienta de diagnóstico son su elevada sensibilidad y especificidad (en algunos casos llega a ser del 95%).
Su realización permite hallar concentraciones muy bajas de antígenos o anticuerpos en el organismo animal, algo esencial en diagnósticos tempranos de enfermedades graves para los perros (el moquillo, sin ir más lejos). Podemos identificar dos tipos, dependiendo del objetivo a localizar:

  • Cuando la prueba está enfocada a una proteína situada sobre la bacteria o virus, se llama ELISA de antígenos. En el caso concreto de los canes, este tipo de prueba ELISA en perros es capaz de determinar si un peludo ha estado en contacto con un virus determinado.
  • Pero si el objetivo del test es ver la respuesta de anticuerpos del animal frente a parásitos o virus, se trata de una prueba ELISA de anticuerpos.

Aparte de estos métodos, diseñados para centrarse en una o dos proteínas, existen ensayos pensados para dirigirse a un mayor número de proteínas. De hecho, muchas de estas pruebas son así.

¿Qué enfermedades detecta la prueba ELISA?

Algunas de las infecciones virales más conocidas que pueden aquejar a nuestras mascotas son detectables con la prueba ELISA y otras pruebas de laboratorio, entre ellas las hematológicas. Son obligatorias para un diagnóstico veraz y para poder actuar cuanto antes en su tratamiento, siempre pautado y supervisado por un veterinario.

Pero no solo se queda ahí. Este método o ensayo también es eficaz para detectar ciertos parásitos microscópicos, capaces de causar enfermedades graves a nuestros perretes. Por ejemplo:

  • Moquillo canino. Considerada la patología vírica más grave, con una alta mortalidad, su agente etiológico es el virus del distemper canino (VDC).
  • Parvovirosis canina. Es una de las enfermedades infecciosas más frecuentes entre los perros, puede ser mortal y el causante es el parvovirus tipo 2 (CPV-2).
  • Virus de la encefalitis transmitido por garrapatas. Se transmite mediante la picadura del género Ixodes. Al poder estar afectado el sistema nervioso central del perro, es preciso realizar pruebas específicas, como una PCR o ELISA, de su líquido cefalorraquídeo.
  • Leishmaniosis canina. El parásito que produce esta enfermedad es la Leishmania, y se transmite por la picadura del insecto flebótomo. Un veterinario puede realizar esta prueba ELISA en perros para ver si ha contraído la enfermedad o no. A partir del suero del perro infectado, lo que detecta la prueba es la producción de inmunoglobulinas específicas frente al parásito, cuantificando el nivel de anticuerpos. Este puede ser leve (significa que hay bajo grado de infección) o elevado (alto grado de infección).

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