¿Cuál es el animal más sensible del mundo?

Una gran parte de los seres vivos que pueblan la Tierra sienten y padecen, y eso les hace ser aún más fascinantes. Estar felices o tristes no es una condición exclusiva del hombre, aunque no todas las especies lo viven con la misma intensidad. ¿Alguna vez te habías hecho esta pregunta?  Dentro de todos, hay un animal más sensible que se desmarca con diferencia del resto. Seguro que te mueres de ganas por saber de quién estamos hablando y qué cualidades le hacen ser así. Una pista: es una auténtica belleza, que es incluso capaz de aburrirse….

El animal más sensible es… Un gran amigo del hombre

Algunas historias contadas por el cine ya han sabido retratar las emociones del animal más sensible. En ‘El Hombre que susurraba a los caballos’, Tom Booker (un Robert Redford impecable) es un vaquero con un don especial para hablar, curar y rehabilitar a equinos traumatizados por sucesos vividos con sus jinetes. Más allá del celuloide, la evidencia científica destaca a este mamífero como una de las criaturas con mayor empatía de la Tierra.

Si este amigo fiel e inteligente estaba dentro de tu lista de favoritos y hace tiempo que te conquistó, ¡enhorabuena! Al parecer, su sensibilidad es tal que reconoce las emociones de las personas. Trabajar en el cuidado de seres como él es un privilegio… ¿Opinas igual? Pues plantéate realizar un Curso de Asistente y Auxiliar Técnico Veterinario y podrás velar por su bienestar, conocer su comportamiento… Formarás parte de un sector cien por cien vocacional.

¿Animales sensibles? Sí, y las leyes los protegen

Hablando de bienestar, algo ha cambiado para bien (y definitivamente) en nuestro país en lo que concierne al estatuto jurídico de los animales. Gracias a la reforma del Código Civil, la Ley Hipotecaria y la Ley de Enjuiciamiento Civil, ya son considerados seres vivos dotados de sensibilidad, en lugar de “cosas”. Y más logros importantes: se concede la misma importancia al bienestar animal que al de las personas, a la hora de dictar resoluciones.

Esta buenísima noticia afecta a cualquier ser vivo, pero sobre todo beneficia al “mundo mascota”, al margen de hablar o no del animal más sensible del planeta. La razón es que establece una serie de medidas con un trasfondo emocional. Por ejemplo, se impide que estos seres tan queridos sean motivo de embargo en una sentencia. Ahora, se antepone el valor sentimental y emocional de la relación entre cuidador y animal de compañía.

Un volcán de emociones… ¡Y de reacciones!

Pues sí, uno de los animales más sensibles del planeta es el caballo. Aunque este équido de la orden perisodáctilos lleva ligado al hombre toda una vida (echar un vistazo a las pinturas rupestres ayuda a corroborarlo), a veces sorprende descubrir que su sensibilidad sea única. su Su potente físico tampoco invita a pensar en su sensibilidad… Una curiosa contradicción.

Sin embargo, este grandullón de porte majestuoso (los ejemplares salvajes pueden pesar entre 200 y 500 kilos) es capaz de llegar a sentir afectos que le acercan aún más al hombre. El corazón de cualquier belleza equina está preparado para mostrar simpatía, soledad, celos, amor…. Un ejemplo más concreto: la ausencia de su jinete habitual puede hacer que los caballos se muestren triste durante meses.

Su elevada sensibilidad no quiere decir que vaya cabizbajo por el mundo, pero sí que sea un fiera interpretando gestos, palabras y lenguaje no verbal de otros seres vivos. A esta conclusión han llegado diversos estudios, confirmando que los caballos “pueden leer” el estado de ánimo de las personas cercanas a ellos. Y, sobre todo, captar emociones visibles en el rostro por sus expresiones, y en esto coinciden con los perros.

Estas investigaciones también investigan sus reacciones. Ante una persona enfadada reaccionan con todo su cuerpo, lo más habitual es que su corazón se acelere y que devuelvan una mirada amenazante, girando su cabeza. Por el contrario, con las personas felices interactúan amablemente, muestran gestos de cariño y se dejan acariciar.

Sensibilidades aparte, otros estudios científicos han demostrado que son un crack para oler el miedo y la felicidad de los humanos. En concreto, identifican las señales químicas emitidas por una emoción puntual, sobre todo a través del sudor. ¿Un ejemplo? Notan cuándo una persona siente temor por su presencia. ¡Impresionante!

¿A qué se debe tanta sensibilidad? Atención a su lenguaje corporal

Que este sea considerado el animal más sensible con el que convive el hombre, no es algo aleatorio. Psicoterapeutas y expertos en coaching de caballos insisten en la teoría de que siempre ha sido un ser con los sentidos muy agudizados, al tratarse de un animal de presa cuando vive en libertad. Es decir, su instinto es de huida; ha estado obligado a defenderse de todo tipo de depredadores en su hábitat natural, incluidos los humanos.

Conocer cómo nos comportamos o qué sentimos ha sido una poderosa herramienta que ha permitido a los caballos sobrevivir y evolucionar durante más de 70.000 años. Todo ello ayuda a entender que posea un lenguaje corporal alucinante, y un sofisticado sistema de comunicación que también le permite expresar todo tipo de sentimientos.

Veamos qué significan algunas de estas posiciones corporales, sutiles o muy evidentes:

• Orejas. En función de su posición se puede conocer su estado de ánimo, e incluso saber si se trata de un ejemplar “enamorado”. Por ejemplo, unas orejas relajadas significan que el animal está feliz por el entorno donde se encuentra o por la compañía, humana o no.
• Cuello y cabeza. En ellos se concentran infinidad de movimientos que se identifican con situaciones de riesgo, alertas y ciertas emociones. Si está emocionado, los mantendrá erguidos; o tal vez dé empujones con la cabeza como una llamada de atención (sí, como los gatetes…).
• Cuerpo entero. Solo hay que observarlo con calma para descubrir todo un cuadro de emociones. Si tiembla suele ser un síntoma de miedo o nerviosismo. Y mucho ojo si sus músculos son pura rigidez: puede indicar un cuadro de estrés o que un estado de dolor.
• Cola. Seguro que ya te imaginas que esta parte del cuerpo es pura expresividad emocional. Levantada, es el mejor síntoma para saber que nuestro amigo está pletórico; pero enroscada es un gesto de temor o sumisión.

¿Te imaginas a ti mismo“susurrando” al animal más sensible?

Da igual que sea el animal más sensible del planeta, o cualquier otra mascota que nos llegue a lo más hondo del corazón. Cuando alguien se declara un enamorado incondicional, no hay distinciones. Y por supuesto, nos preocupa muchísimo el bienestar físico y emocional de estos seres alucinantes. Pero tratarlo de forma profesional implica formación; por ejemplo, realizar un curso de Asistente y Auxiliar Técnico Veterinario.

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