Las características del pingüino: ¡descúbrelas!

Todos conocemos a los pingüinos, esas aves tan simpáticas que no vuelan y que son un poco torpes a la hora de andar. Entre sus filas se encuentran superestrellas como el protagonista de Pingu (“¡Noot, noot!”) los bailarines de Happy Feet o el gran Patrisio, al que quieren empeñar en el vídeo viral. Estos entrañables animales son las aves campeonas de cualquier torneo de natación y también unas de las más extrovertidas. Si quieres aprender más sobre las características del pingüino, ¡sigue leyendo!

Pingüino: características de un animal muy especial

Hasta donde sabemos, existen dieciocho especies de pingüinos. Tal vez la más famosa sea el pingüino emperador, con su cabeza negra de laterales naranjas y su gran pecho blanco con una franja superior también anaranjada. El pingüino emperador es el más grande de todos, pudiendo llegar a pesar más o menos lo mismo que una persona media de doce años… ¡40 kilogramos! 

Además de este grandullón, encontramos especies como el pingüino real, muy reconocible por sus plumas amarillas. Un rastro que, al estar sobre los ojos, se asemeja a unas enormes cejas. También está el pingüino pequeño azul, que midiendo apenas 30 centímetros, es el más chiquitito. ¿Te gustaría saberlo todo sobre todas las especies de pingüinos? Piensa entonces en realizar un Curso de Auxiliar Veterinario y Cuidador de Animales de Zoológico. En él, no solo aprenderás todas las características del pingüino y otros animales fascinantes, sino que podrás trabajar con ellos y cuidarlos. Mola, ¿eh?

De momento, sigamos conociendo a estos “pájaros bobos” o “pájaros niños”. Este fue el mote que les dieron los exploradores europeos que los descubrieron cerca de las costas de lo que hoy es Perú. Su manera de caminar les recordó a la de los niños cuando están dando sus primeros pasos, y por eso los bautizaron con este apodo. Más tarde, los británicos los llamaron “pengwyn”, que en galés significa “cabeza blanca”. Lo hicieron al confundirlos con especies a las que denominaban de esa forma, pero que en realidad poco tienen que ver con nuestros queridos pingüinos. Que, por cierto, han acabado apropiándose del nombre.

¿”Pájaro bobo”? A lo mejor no tanto…

Para empezar, los pingüinos no son pájaros, ya que no reúnen las características para estar dentro de esta orden de aves, sino de la espenciforme. Estas son aves marinas cuyo cuerpo está adaptado para nadar y sumergirse en el agua, trasladarse a través de este medio y cazar peces y crustáceos en su interior. Si los exploradores que los llamaron “pájaro bobo” los hubieran conocido en el mar, a lo mejor habrían cambiado de idea… Pues sus alas, similares a aletas, convierten a los pingüinos en el Michael Phelps de su orden. 

Pueden alcanzar velocidades de 60 kilómetros por hora en superficies acuáticas. Y se ha comprobado incluso que una especie, el Pingus Fjorland, recorre 7.000 kilómetros en dos meses a través de este medio. Son las únicas aves preparadas totalmente para el buceo y pueden aguantar la respiración dieciocho minutazos dentro del agua sin respirar. El récord de apnea lo tiene nuestro amigo el pingüino emperador, que llega a hacer inmersiones de dieciocho metros (parece que el dieciocho es el número de la suerte de los pingüinos) de profundidad.

El pingüino y sus características. ¡Amigables, fieles e inclusivos!

Otra de las características del pingüino es que vive en enormes colonias con otros miembros de su especie. Y fijaos si se llevan bien, que pueden reconocerse entre ellos de un lado a otro de la colonia solo con escuchar sus graznidos. Estas colonias se localizan en costas como las de Argentina, Nueva Zelanda, Perú o Sudáfrica, y también en las Islas Galápagos, el único lugar donde se los encuentra (fuera de zoológicos y reservas naturales) dentro del hemisferio norte. 

Dentro de sus comunas hippingüinas, estos no tan pájaros y no tan bobos suelen escoger un “compañero sentimental” de por vida, siendo unos de los seres más monógamos del reino animal. En su First Dates o ritual de cortejo, los pingüinos macho inflan el pecho mientras echan la cabeza hacia atrás, agitan las alas y el cuello y emiten un sonido similar al rebuzno de un burro. No hay pingüino hembra que se resista a sus encantos, y es así como comienzan su historia de amor. Las parejitas, cuando más tarde ponen huevos, se turnan a la hora de incubarlos y luego acompañan a las crías en su crecimiento, como buenos padres.

Curiosamente, a veces las parejas las forman dos pingüinos machos. Hay casos en los que estos, después de haber intentado incubar piedras sin mucho éxito (por lo que sea), acaban adoptando huevos abandonados o de otras parejas que, por descuido, han roto los suyos en otras ocasiones. ¡Unos pioneros de la inclusividad, estos pingüinos!

¿Te gustaría vivir tu día a día con animales como el pingüino? ¡Ya sabes qué hacer!

¿A que son unos animales increíbles? Pues estas aves acuáticas a las que todos adoramos son uno de los animales a los que se puede alimentar, limpiar y dar cuidados en los mejores zoológicos y reservas naturales. Si te imaginas a ti mismo presenciando el particular ritual de cortejo de los pingüinos y dejándoles buen pescadito para comer, ¡presta mucha atención!

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