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¿Por qué no son buenos los cascabeles en gatos?

10 junio 2024
cascabeles en gatos

“Juntáronse los ratones / para librarse del gato; y después de largo rato / de disputas y opiniones, / dijeron que acertarían / en ponerle un cascabel, / que andando el gato con él, / librarse mejor podrían”. Así comienza el poema infantil Los ratones, de Lope de Vega. Como ves, en el siglo XVII el cascabel ya era un complemento que solía utilizarse con los mininos. Sin embargo, en los últimos años se ha comprobado que esto puede ser problemático. Si quieres saber por qué los cascabeles en gatos no son nada recomendables, ¡sigue leyendo!

Cascabeles en gatos: por qué se usan

Aquellos mininos a los que se les permite salir a la calle tienen la costumbre de dejar algunas de sus presas en la puerta de sus amigos humanos. Para ellos es una forma de interacción social y de compartir sus trofeos. Qué tierno, ¿no? Pero para las personas, normalmente, no es tan agradable. Por ello, hay quienes les ponen un cascabel con el mismo propósito que los ratones del poema de Lope: advertir a posibles víctimas y evitar que sean cazadas.

Tanto si permites que los gatos que viven contigo salgan, como si optas por mantenerlos siempre en casa, hay mucho que aprender sobre sus cuidados. Un Curso de Asistente y Auxiliar Técnico Veterinario te permitirá, además, trabajar con ellos y muchos otros animales domésticos para ayudar a que estén lo más sanos posible. Si te encanta convivir con animales y te gustaría poder dedicarte a ellos de forma profesional, ¡piénsatelo!

Un experto con la debida titulación es el más indicado para explicar a los humanos que viven con gatos por qué no es del todo bueno ponerles un cascabel. Hay algunas personas que lo utilizan para tener controlado al animal o para poder encontrarlo con mayor facilidad, en caso de que se pierda. Si es un gato que no sale de casa, no hay ninguna necesidad; y si es un gato aventurero… Una vez que esté en la calle, difícilmente escucharás el cascabel.

Los problemas de esta práctica

En la cultura popular también hemos visto muchos cascabeles en gatos. Desde el que luce Snowball en ‘Stuart Little’, hasta el que lleva el gato cósmico Doraemon. Es verdad que, siendo este último un felino robótico del futuro, tal vez no le afecte igual que a uno cualquiera. Sin embargo, el hecho de que lo veamos tan a menudo ha fomentado que mucha gente use este complemento con sus michis, simplemente por cuestiones estéticas.

Pero el uso de collares con cascabel, por muy bien que les queden, puede generar trastornos en tus mascotas. Es cierto que el sonido del cascabel alcanza aproximadamente 60 decibelios, y hay estudios que indican que a los gatos no les afectan los sonidos de menos de 80. Pero al mismo tiempo, se ha comprobado que hay muchos a los que sí les crea problemas. Los gatos tienen el oído mucho más desarrollado que nosotros: el hecho de tener un sonido tintineante cerca de su pabellón auditivo durante años puede suponer, en primer lugar, una pérdida progresiva de la capacidad de audición.

Por otro lado, son animales que adoran el silencio. Cierto es que tienen tendencia a montar las mayores fiestas del siglo a las tres de la mañana, pero también necesitan soledad, tranquilidad y pasar inadvertidos de vez en cuando. El cascabel no solo dificulta esta tarea al permitir que otros les detecten, sino que puede hacer que desarrollen ansiedad: cuando tienes un tilín-tilín que te acompaña de forma constante, el silencio no es una opción.

Y no solo eso. El hecho de que el cascabel ahuyente a las presas puede ser muy frustrante. Los gatos son animales cazadores, que se valen de su sigilo a la hora de depredar. Si algo espanta de forma sistemática a los seres que acecha, su instinto puede no desarrollarse bien. Y a la larga, es probable que se vuelvan apáticos y poco activos.

¿Qué soluciones alternativas hay?

Para evitar los problemas que, en teoría, solventan los cascabeles, hay distintas opciones. Hay una que lo soluciona prácticamente todo: criar a los gatos que viven contigo sin que salgan de casa. Al no frecuentar la calle no se convertirán en una amenaza para la fauna silvestre, no te llevarán animales muertos a la puerta, no se perderán y habrá mucho menos riesgo de que sufran accidentes o contraigan enfermedades. Todo esto les proporciona seguridad y estabilidad, y aumenta su esperanza de vida.

Si, por el contrario, decides que tu gato pueda salir a la calle, hay varias cuestiones que debes tener en cuenta. Para empezar, la mejor forma de asegurar la localización de tu michi es un microchip. Su uso es obligatorio para cualquier gato doméstico y, en caso de que se pierda, quien lo encuentre podrá averiguar los datos del humano con el que convive.

Aun así, si decidieras ponerle un collar (aunque sea sin cascabel) para que se le pueda identificar como gato casero o evitar que sea confundido con gatos con un pelaje similar, no elijas uno cualquiera. Asegúrate de que tenga un tamaño apropiado para el diámetro de su cuello, que sea elástico y que cuente con un sistema anti-ahorque para que pueda liberarse fácilmente de él si se queda enganchado con algo. Acostúmbrale, además, a que lo lleve en casa antes de salir a la calle con él. Y nunca se lo pongas a un gatete de menos de seis meses.

Es verdad que todo lo relacionado con la caza es más complicado de solucionar. Pero los expertos insisten en desaconsejar el uso del cascabel. Puede que a algunos gatos no les genere problema alguno; pero hay otros que, como hemos visto, desarrollan problemas auditivos, neurológicos y de comportamiento. Por tanto, repito que, si quieres proteger a la fauna local (y, de paso, no encontrar cadáveres todos los días en el felpudo), lo mejor es que mantengas a tu gatito en casa.

Cascabeles en gatos… ¡Y mucho más!

En lo referente a ponerles cascabeles a los gatos por una cuestión estética, creo que la cosa está bien clara. ¿Acaso no son ya suficientemente bonitos como para tener que adornarlos con algo que les molesta? Cuando decidimos acoger a un animal con nosotros, se convierte en nuestra responsabilidad. Por tanto, nos corresponde asegurarnos de que tenga la mejor vida posible. ¿Te gustaría descubrir más sobre cómo conseguirlo?

Te propongo que rellenes el formulario que ves más arriba para recibir la información sobre un Curso de Asistente y Auxiliar Técnico Veterinario, completo y actualizado. Aprenderás todo lo necesario para asegurar la calidad de vida mascotas y animales domésticos, y tendrás la oportunidad de realizar 300 horas de prácticas en clínicas veterinarias para aplicar todo lo aprendido.

El poema de Lope de Vega termina diciendo: “¿Quién de todos ha de ser / el que se atreva a poner / ese cascabel al gato?”. Aunque puede que los ratones de la poesía tengan otra opinión, ya sabes por qué es mejor que no lo haga nadie. Y hay mucho más que puedes descubrir sobre los gatetes: anímate a hacerlo, pero ya… ¡Como “pro”!

Bibliografía:

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