¿Cuál es el mono más grande del mundo?

Qué tendrán los primates, monos o simios que tanto nos gustan… Está claro: esa similitud con el ser humano, tanto física como en lo que respecta a su comportamiento, hace de ellos un espejo en el que no podemos evitar mirarnos. Estos animales, sin embargo, son mucho más que un simple reflejo de las personas: son seres fascinantes, inteligentes y muy especiales. Sobre todo, si hablamos de especies que se salen de lo habitual. Por ejemplo, el mono más grande del mundo, que llegó a alcanzar los 3 metros de altura. ¿Te lo imaginas? Hoy conoceremos un poco su historia y descubriremos qué «parientes XXL» siguen poblando nuestro planeta.

Mi idea es dividir este artículo en dos partes. La primera la dedicaremos al gigantopiteco (Gigantopithecus blacki), un enorme simio ya extinto hace miles de años. Y en la segunda hablaremos sobre los simios más grandes que aún se pueden encontrar sobre la tierra. De todas formas, si quieres profundizar en el estudio de los titanes del mundo animal, te animo a informarte sobre la posibilidad de realizar un Curso de Especialista en Grandes Mamíferos Terrestres. Con esta formación, no solo te harás experto sino que podrás llegar a trabajar con ellos…

El mono más grande del mundo: un King Kong inofensivo

Como te comentaba, el mono más grande del mundo fue el gigantopiteco. Este primate sigue siendo un gran desconocido para los expertos que estudian su paso sobre la Tierra. A día de hoy se sabe muy poco sobre él, ya que no se han conservado muchos fósiles y nunca se ha encontrado un cráneo completo. Lo que sí se sabe es que podía alcanzar los tres metros de altura y superar los 600 kilos de peso, algo increíble incluso para los gorilas más grandes. Por supuesto, el gigantopiteco no le llegaría a King Kong ni a la suela del zapato… Según un divertido cálculo que se realizó a partir de la película Godzilla vs. Kong (2021), la altura de ambos seres rondaría los 103 metros.

Sin embargo, a pesar de su enormidad (que tres metros también tienen lo suyo), este gran simio era completamente inofensivo. Los estudios que se han realizado a partir de su dentadura han permitido determinar que se alimentaba de bambú y frutas. Además, parece ser el que el gigantopiteco y el ser humano convivieron durante un tiempo. Hay expertos que opinan que esta coincidencia, junto con los cambios en el clima y la vegetación de las zonas donde habitaba, pudo ser una de las causas de la extinción de la especie.

El descubrimiento del mono más grande del mundo tiene una historia interesante. En el año 1935, el cazador de fósiles Gustav Heinrich Ralph von Koenigswald (no sé qué es más bizarro, si su trabajo o su nombre) descubrió un diente de gran tamaño en una tienda de Hong Kong. El diente, que estaba fosilizado y se vendía como «diente de dragón», no era de un dragón… Sino de un gigantopiteco. Se trataba de un molar, y estudios posteriores revelaron que había pertenecido a una hembra.

Los dientes de este tipo, fósiles o no, se han empleado tradicionalmente en China y otras partes de Asia para la preparación de remedios naturales. Esto ha provocado que se hayan encontrado muy pocos para su estudio; y por tanto, a día de hoy los primates extintos y los homínidos asiáticos siguen siendo bastante desconocidos. Afortunadamente, el gigantopiteco ha sido una excepción, gracias a nuestro amigo Gustav Heinrich Ralph…

Y el mono de mayor tamaño que vive aún sobre la Tierra es…

Acabamos de ver cuál fue el mono más grande que ha habitado nuestro planeta. Pero si queremos saber cuál es el mono más grande del mundo HOY, nos tenemos que olvidar del gigantopiteco y sus tres metros de altura. Aunque en realidad, no es lo que se dice un mono… Sino un simio de mucha mayor envergadura. Hablamos de un gorila; concretamente, del gorila de montaña (Gorilla beringei beringei).

Estos enormes primates, inteligentes y esquivos, alcanzan una altura de entre 1,5 y 1,8 metros. No parecen muy grandes, ¿verdad? Pero si te digo que con los brazos estirados tienen una envergadura de 2,5 metros, la cosa cambia. Además, pueden llegar a pesar hasta 227 kilos, lo que hace de ellos unos animales realmente espectaculares. No apetece mucho encontrarse con uno…

A pesar de su potencia y su fuerza, estos animales corren el riesgo de sufrir la misma suerte que su antepasado extinto. Actualmente se considera una especie amenazada: en 2021 se contabilizaron un total de 1.063 ejemplares en los el Parque Nacional del Bosque Impenetrable de Bwindi, y el Parque Nacional de Gorilas de Mgahinga en Uganda. Sin embargo, aunque no lo parezca son buenas noticias, ya que en 1991 solo se contabilizaron 620 gorilas. ¡Bien por ellos!

Estos maravillosos animales, inofensivos y pacíficos (menos cuando se sienten amenazados), tuvieron su momento de gloria a finales de los años 80. Concretamente, cuando en 1988 se estrenó la película ‘Gorilas en la niebla’, inspirada en el libro escrito por Dian Fossey sobre su experiencia con estos animales. Protagonizada por Sigorney Weaver, la emocionante historia convirtió al filme en todo un éxito. Y aunque adoramos a Sigourney, sin duda las estrellas fueron sus compañeros y compañeras de reparto: los gorilas de montaña.

Ahí va un dato curioso. En 2019, los expertos que seguían monitorizando al grupo de gorilas que estudió Fossey perdieron la pista de Poppy. Se trataba del último ejemplar que quedaba con vida de los que convivieron con la científica. En su libro, Fossey habla de ella como una «niña pequeña y adorable»; los antropólogos dan por hecho que ha fallecido a los 43 años de edad.

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