¿Cuáles son los animales rumiantes?

¿Has visto alguna vez a una vaca masticando sin parar? ¿Te has fijado en que las ovejas parecen estar siempre moviendo las mandíbulas? Esto es así por una razón: son animales rumiantes. Se trata de una categoría de herbívoros con una característica de lo más peculiar. Muchos de ellos son mamíferos de gran tamaño, tan espectaculares como interesantes. Anímate a descubrir cómo son estos animales, qué características los unen y cuántos tipos hay.

Por qué se llaman animales rumiantes

La razón, obviamente, es porque rumian. Y esto nos lleva a la siguiente cuestión: qué es rumiar. Recurrimos a la RAE, que limpia, fija y da esplendor al lenguaje (o eso dicen), para ver la definición oficial en español. «Masticar por segunda vez, volviéndolo a la boca, el alimento que ya estuvo en el depósito que a este efecto tienen algunos animales». ¿Un depósito? ¿Mandeee…?

Pues sí: los animales rumiantes tienen un depósito que es, en realidad, una parte de su estómago. A diferencia de la mayor parte de los animales, incluyendo los seres humanos, el suyo está compartimentado en cuatro partes, cada una con su función. Aunque no te vayas a quedar con los nombres, ahí van: retículo, rumen, omaso y abomaso. Vamos, que nos dicen que son cuatro hermanos de Juego de Tronos, y nos lo creemos.

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Aún me falta algo por aclarar. La palabra «rumiar» viene de «rumia», que es el alimento que ya ha sido masticado una vez, enviado al compartimento correspondiente del estómago (el rumen) y devuelto a la boca para seguir siendo masticado. Sigue leyendo para ver cómo termina el proceso…

Un estómago con cuatro cavidades. ¿Se puede ser más raruno?

Pues sí, así son los animales rumiantes. El motivo por el cual su aparato digestivo es tan complejo es muy simple: su dieta está formada por fibras duras y de difícil digestión. Hablamos de hierbas, hojas, plantas duras… Estas fibras necesitan una masticación prolongada, ayudada de distintos procesos digestivos. Las fases son las siguientes:

• Tras la primera masticación el bolo alimenticio pasa al retículo, la primera cavidad del estómago. Ahí se realiza un proceso de selección: las partículas más pequeñas pasan directamente al omaso, la tercera cavidad, mientras que las más grandes van al rumen.
• En el rumen se produce la primera digestión bacteriana. Desde esa cavidad, los animales rumiantes devuelven la rumia a la boca y se produce la segunda masticación.
• A continuación, la rumia pasa al omaso (la tercera cavidad). Allí se procesan las partículas que no se han podido digerir bien.
• Por último, el abomaso recibe el alimento ya procesado para la digestión final. Esta cavidad es la más similar a nuestro estómago, y su función es exactamente la misma.

Tipos de animales rumiantes: una gran familia

Además de su aparato digestivo y la costumbre de rumiar, hay más aspectos que unen a la gran familia de los animales rumiantes. Los que viven en estado salvaje suelen trasladarse en busca de pastos cuando cambia la estación; en ocasiones, generan grandes migraciones de miles de individuos. Muchos de ellos tienen cuernos, y en su dentadura no hay caninos ni incisivos superiores.

Pero también hay características que los separan por grupos y establecen distintas especies. En total existen cerca de 250 especies, todas ellas pertenecientes al género Artiodactila y repartidas por todo el mundo. A grandes rasgos los podemos estructurar en seis grandes grupos:

• Bóvidos. Es la familia más grande de rumiantes. Integra a los antílopes, las cabras, las vacas y los toros y las ovejas. En esta familia también se incluyen animales de gran envergadura, como los búfalos o los bisontes.
• Cérvidos. Los ciervos o venados configuran esta gran familia de herbívoros, acompañados de grandes bestias como el alce, o pequeños animales como el pudú o venadito del Norte.
• Jiráfidos. Evidentemente, esta familia está formada por las jirafas… Y también por otro curioso rumiante, el okapi. Ambos se encuentran únicamente en el continente africano.
• Tragúlidos. Bajo este extraño nombre se agrupa a una serie de especies bastante poco comunes. Son herbívoros rumiantes de pequeño tamaño, entre los que se encuentran los dorcaterios, los ciervos ratones y las vioñas.
• Mósquidos. Esta familia está formada por un solo género, Moschus, que integra a siete especies. Son los llamados ciervos almizcleros.
• Antilocápridos. Nuestro último grupo corresponde a una familia de antílopes que es endémica de Norteamérica. A día de hoy sólo sobrevive una especie: el berrendo o antílope americano.

Es probable que te estés preguntando por qué no menciono a los camellos, cuando es tan habitual verlos masticando. La razón es que la familia de los camélidos, en la cual se engloban (junto con otros herbívoros como las llamas, los dromedarios o las vicuñas), no está formada por animales rumiantes sino pseudorrumiantes. Los estómagos de estos animales no están divididos en cuatro cavidades, sino solo en tres; ellos también rumian, pero su organismo es ligeramente distinto.

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