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¿De qué se alimenta una medusa?

11 marzo 2024
¿De qué se alimenta una medusa?

Las medusas son uno de los organismos vivos más antiguos de la Tierra. Sus primeros registros fósiles se remontan a hace 600 millones de años; de todos esos años, los humanos solo llevamos en el planeta 200.000. ¿Cómo es posible que unos seres que simplemente se dedican a flotar, lleven aquí tantísimo tiempo sin haberse extinguido? Puede que una buena alimentación tenga algo que ver… Por si quieres probar una nueva dieta e intentar ser indestructible, igual que ellas, hoy te cuento de qué se alimenta una medusa.

Unos seres llenos de secretos (que ahora vas a descubrir)

Las medusas pertenecen al filo de las Cnidarias, animales marinos que comparten, entre otros rasgos, no tener una cabeza definida y poseer un cuerpo radial. Esto quiere decir que ese cuerpo posee partes iguales, que se extienden de forma simétrica a partir de un eje central. Están compuestas por un 95% de agua, y aunque sí tienen sistemas nerviosos (distribuidos radialmente), no disponen de cerebro. Para moverse, pueden expandir y contraer de forma rítmica sus fibras musculares; pero esto no les permite evitar ser arrastradas por las corrientes marinas. Por tanto, y en definitiva, su principal forma de desplazamiento es dejarse llevar.

Sin embargo, aunque apenas parecen capaces de nada, las medusas tienen una de las picaduras más rápidas del planeta. Algunas son bioluminiscentes y otras incluso son “inmortales”: para retrasar su muerte vuelven a su etapa de pólipo o cría, y hay ejemplares que llevan regenerándose de esta forma… ¡66 millones de años! Además, se les considera uno de los organismos marinos más bonitos del mundo. Tiene que ser increíble observarlas, cuidarlas, estudiarlas y nadar junto a ellas… Si te animas a hacer un Máster en Animales Exóticos y Salvajes, podrás hacerlo. En él aprenderás todo lo necesario para trabajar con medusas y otros animales igual de fascinantes. Si día sí y día también sueñas con vivir rodeado de estos seres, ¡piénsatelo!

De momento, en este “cursillo introductorio” nos vamos a centrar en descubrir de qué se alimenta una medusa. A lo mejor su menú no te convence; pero como ya he dicho, algunas especies son inmortales… Y seguro que algo están haciendo bien. Ya sea porque te encantan estos animales o porque quieres inspirarte para escribir una novela de ciencia ficción, seguro que este artículo te resulta útil. Toma nota.

De qué se alimenta una medusa: qué comen y cómo lo comen

En su etapa de pólipos, las medusas jóvenes se alimentan de plancton, tanto vegetal como animal. Cuando alcanzan su etapa adulta, son animales principalmente carnívoros. Dependiendo de la especie, sus presas serán de mayor o menor tamaño. Las medusas más pequeñas seguirán consumiendo sobre todo plancton, mientras que las más grandes comerán crustáceos, peces o también otras especies de medusas (no, el canibalismo no es un tabú en el mundo cnidario).

Puede que te surja una duda: si las medusas no tienen cerebro y ni siquiera pueden controlar sus desplazamientos, ¿cómo cazan? Tal vez te sorprenda, pero sus tasas de depredación, sobre todo las de las grandes especies, son muy altas. Les hacen la competencia incluso a peces y tortugas. Y esto es así, básicamente, porque, para las medusas, todo lo que tocan es susceptible de ser una presa. ¡Son unas avariciosas!

Las medusas detectan su posible alimento a través de unos receptores sensoriales que tienen en la campana, con los que perciben vibraciones en el agua. En cuanto entran en contacto con una posible presa, sus cnidocitos (unas células urticantes que tienen en los tentáculos) expulsan una toxina cuyo objetivo es inmovilizar a las presas. Una vez conseguido, con esos mismos tentáculos las atrapan y las llevan hacia su boca, situada en la parte inferior de la campana, para darse un festín. Si, al igual que a mí, alguna vez te ha picado una medusa, puedes decir con orgullo que un animal marino te intentó comer y tú viviste para contarlo.

Todo lo que entra tiene que salir…

Seguro que alguna vez, cuando eras niño y estabas en la playa, te dijeron después de comer eso de “¡No te bañes, que hay que hacer la digestión!”. Con las medusas esto no tiene mucho sentido, como puedes imaginar, pero te aseguro que también realizan el proceso digestivo. Si has visto una medusa, te habrás fijado en que tienen un cuerpo bastante básico; por tanto, ahora que ya sabes de qué se alimenta una medusa es posible que te preguntes cómo llevan a cabo esta tarea.

Una vez las medusas han introducido la comida en su boca, la dirigen a una especie de saco que se encuentra justo a continuación, al que llamamos celenterón o cavidad gastrovascular. Cuando el alimento entra en contacto con las paredes de la cavidad, las enzimas digestivas y las células ciliadas se activan para descomponerlo y distribuir los nutrientes. Y no te pierdas lo que viene ahora y apúntalo bien, que te va a venir de maravilla para tu historia de ciencia-ficción.

Porque este órgano multidisciplinar funciona también como aparato excretor. Una vez el proceso de nutrición se ha realizado, el celenteron vuelve a dirigir los desechos no digeridos hacia la boca. Este orificio por el que el alimento había entrado previamente, sirve ahora para expulsar los restos de nuevo al exterior. De esta forma, la apertura que las medusas tienen debajo de la campana funciona al mismo tiempo como boca y como ano. Si el gran David Cronenberg hubiera leído esto en los 80, tendríamos tres películas suyas protagonizadas por medusas…

¿Te sientes “medusa”? ¡Cómete el mundo!

Tanto las medusas inmortales como las bioluminiscentes o esas pequeñas que te pican en las playas de Almería… Todas van con sus tentáculos bien cargados, dispuestas a comerse a cualquiera, grande o pequeño, que se les ponga por delante. Tal vez ese sea su secreto para llevar 600 millones de años dominando los mares. A lo mejor podríamos tomarlas un poco como ejemplo…

Si al igual que ellas, no le temes a nada, ¡rellena este formulario! Te enviaremos toda la información sobre un Máster en Animales Exóticos y Salvajes. Podrás convertirte en un experto en el cuidado, estudio y conservación de animales tan increíbles como las medusas, y trabajar con ellos tanto en su hábitat natural como en centros especializados. Tendrás acceso además a 300 horasde prácticas, perfectas para lanzarte a demostrar todo lo que has aprendido.

Si todo esto te parece emocionante, ¡hay mucho más por descubrir! Déjate llevar como una medusa por los océanos y desvela todos los misterios que el mundo animal tiene por ofrecer.

Bibliografía:

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