Hay tres camellos cuya casa tenemos bien localizada: a unos veinte años luz de la Tierra, entre las estrellas Alnitak, Alnilam y Mintaka del cinturón de Orión. Estos, por supuesto, no son otros que los camellos de los Reyes Magos. Pero el resto de ellos no son aliens (hasta donde sabemos) y sus características están pensadas para adaptarse a lugares y climas muy concretos dentro de la Tierra. Si quieres saber dónde viven los camellos, ¡te lo contamos!
Vamos de paseo… Donde viven los camellos
¿Sabías qué los camellos vienen de América del Norte y que son de la familia de los camélidos (Camelidae), la misma que las llamas y las alpacas? Fue durante la glaciación acaecida hace 3 millones de años cuando algunos miembros de la familia emigraron a Sudamérica y otros a Europa, África y Asia a través del espejo de Bering.
Colón y Magallanes, ¡unos aficionados en comparación! Europa no pareció convencerles y desaparecieron, pero en los otros dos continentes sí se quedaron. Empezaron a evolucionar y por eso ahora los lugares donde viven los camellos son las zonas más secas de Asia y África.
Seguro que el hábitat de muchos otros mamíferos de gran tamaño también te genera curiosidad: desde la región ártica hasta los montes más altos o la profundidad de las selvas tropicales. Si quieres descubrir más sobre estos seres y los lugares que habitan, ¿qué tal suena un Curso de Especialista en Grandes Mamíferos Terrestres? En él, aprenderás todo lo necesario sobre el camello y muchos otros animales, e incluso tendrás la oportunidad de trabajar con ellos. ¡Un gustazo!
De momento, adentrémonos un poco más en los hogares de los camellos. Los desiertos de Medio Oriente, Asia Central y África son lugares en los que el agua escasea. En su lugar, hay arena y viento por todas partes. No parece un panorama muy alentador, pero nuestros amigos camélidos son unos aventureros, preparados cual Action Man para la vida en estas regiones inhóspitas.
Por ejemplo, tienen varias armas para luchar contra los vendavales y las tormentas de arena, como las larguísimas pestañas que les protegen los ojos. O las fosas nasales, que desde fuera parecen simples líneas y que impiden que nada penetre a través de ellas.
¿Calor? Los camellos se ríen de eso…
¡Qué bien pasaríamos el verano en Madrid si fuésemos camellos! Y es que nuestros amigos jorobados tienen una cualidad que los hace muy especiales: son los únicos mamíferos que pueden permanecer en zonas en las que la temperatura externa es bastante más alta que su temperatura corporal. Ni siquiera empiezan a sudar, por lo que pierden muy poca agua.
De hecho, están acostumbrados a pasar mucho tiempo sin beber, pudiendo llegar a sobrevivir diez días a 50ºC sin una sola gota. Por supuesto, para ser capaces de tal hazaña se guardan un as en la manga. Encontrar agua en el desierto no es tarea fácil, y los camellos lo saben.
Así, su metabolismo les permite almacenarla en su circulación y estar preparados para, cuando llegan hasta zonas con agua, ingerir más de cien litros de una sola sentada (cantidad que mataría a animales más grandes). ¡Ni en una Oktoberfest verás a alguien beber tanto de golpe como a un camello!
Todo el que haya caminado descalzo por la playa cuando el calor aprieta sabe lo fácil que es terminar dando saltitos, para no abrasarte las plantas de los pies antes de llegar a la toalla. Pero ¡cómo no! Los camellos también están listos para caminar por las ardientes dunas desérticas como si no pasara nada. Su piel es tan seca y dura que, al pisar la arena, apenas aprecian eso que para nosotros es como caminar sobre las mismísimas llamas del infierno.
¿Qué pasa entonces con los camellos que viven en las estepas de Mongolia y en el desierto del Gobi? Aunque en verano están a 45ºC, ¡en invierno están a 40 bajo cero! No os preocupéis por ellos. También lo tienen bien ensayado, y cuentan con una espesa capa de pelo a modo de rebequita que se les cae cuando llega la primavera.
Dónde viven los camellos: ¡no te joroba!
Lógico: si en el desierto no hay mucha agua, la vegetación tampoco es abundante. Y cuando eres herbívoro, como los camellos, eso puede ser un problema. Hay ramas secas, maleza o cactus; y sí, hasta eso son capaces de comer. Pero les gustan más otras cosas, sobre todo los dátiles.
Y para conseguir tanto estos frutos como otras hojas y plantas más nutritivas, los camellos realizan largas caminatas por el desierto para llegar a las zonas de lluvia donde vuelven a alimentarse en condiciones. ¿Cómo se lo montan? ¿Pasan varios días comiendo los cactus espinosos que encuentran a su paso? Una vez más, los camellos han hackeado el juego para poder aguantar todo ese tiempo sin probar bocado. Y es por eso que tienen sus inconfundibles gibas o jorobas.
Estas jorobas les sirven para almacenar grasa de la comida que ingieren e ir consumiéndola lentamente, lo que les evita en muchas ocasiones tener que detenerse a tomar un tentempié durante sus travesías. Si alguna vez ves a un camello con una joroba caída, como si se hubiera vaciado, no sufras por él: no está enfermo. Solo se le han acabado las reservas de grasa. En cuanto el animal coma de nuevo y descanse, quedará bien erguida.
Sí, hay camellos que tienen una giba y otros que tienen dos. Los que tienen una son los dromedarios o camellos arábigos, que viven en gran parte de África. Y los que tienen dos son los camellos bactrianos, presentes en regiones de Asia. El motivo de esta la diferencia en número de jorobas es, de nuevo, adaptarse al hábitat en el que viven: el desierto del Gobi es una zona todavía más recóndita que el del Sahara. Y por eso, según parece, el almacenamiento de grasa debe ser mayor.
¿Quieres saber más sobre camellos y su hábitat? Presta atención
Desde sus pestañas hasta su metabolismo o su giba, los camellos se han convertido en todos unos supervivientes del desierto. Por eso, no muchos pueden vivir donde viven los camellos, estos animales que pueden parecer una invención de Julio Verne. Hay mucho más que aprender sobre ellos y sobre otros grandes mamíferos terrestres. ¿Te atreves a averiguarlo?
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¿Te gustaría dar dátiles a los camellos para que sus gibas se alcen bien alto? ¡Seguro que ellos lo están deseando!