La salud de las mascotas es algo que a nosotros, sus compañeros y amigos humanos, siempre nos mantiene alerta. Pocas cosas hay que nos causen tanta pena como ver a nuestro perro en actitud triste, desganada y lastimera por culpa de una enfermedad.

El edema pulmonar en perros, por ejemplo, es un problema que puede tener consecuencias muy graves, incluso fatales. Si quieres evitar que tu can lo padezca, o por lo menos ser capaz de identificarlo lo antes posible para poner el tratamiento adecuado, no te pierdas este artículo. Te lo contamos todo, con pelos y señales.

 

¿Qué es el edema pulmonar en perros? Una patología con distintas causas

En realidad, el edema pulmonar en perros no es una enfermedad. Más bien se trata de un síntoma de que algo no anda bien en el animal, y puede ser causado por distintas patologías. En general, se trata de una acumulación de líquido en los pulmones que genera hipoxia (es decir, escasez de oxígeno en la sangre). El líquido se acumula en dos zonas concretas: el intersticio y los alveolos.  Estos son los órganos donde la sangre coge oxígeno para llevarlo a las células; si tienen agua, se crea una barrera que impide la captación. El resultado: el paciente, sea animal o humano, presentará dificultad en la respiración.

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En principio, el edema pulmonar puede ser de tres tipos: cardiogénico, no cardiogénico y neurogénico. El de tipo cardiogénico es un síntoma derivado de alguna enfermedad cardiaca crónica, que se manifiesta a lo largo de los años. Aunque lógicamente es molesto y hay que preocuparse por él, los canes que lo padecen pueden vivir muchos años bajo la vigilancia constante del médico veterinario. El edema pulmonar no cardiogénico, se manifiesta de forma aguda y puntual, causado por un problema de salud o una circunstancia concreta. Y por último, el neurogénico es también puntual y suele darse en episodios de convulsiones.

 

El edema pulmonar como síntoma

Como comentaba antes, el edema pulmonar en perros puede ser causado por distintas enfermedades o circunstancias. Estas son algunas de las patologías que lo pueden provocar:

  • Anemia.
  • Obstrucción respiratoria (por ejemplo, por haberse tragado algo).
  • Neumonía.
  • Miocardiopatía. Es una enfermedad que provoca que al corazón le cueste más esfuerzo bombear la sangre al resto del cuerpo.
  • Hipoproteinemia. Es la escasez de proteínas en la sangre del animal, causada por una alimentación deficitaria.

¿Cómo lo podemos identificar? Las señales de que nuestro mejor amigo padece un edema pulmonar son bastante significativas. En estos casos, el perro suele toser y expulsar flemas. Seguramente presentará disnea (dificultad para respirar), causada por la hipoxia derivada del bloqueo que el líquido genera entre los alveolos y el corriente sanguíneo. Los canes que padecen este problema suelen mostrarse muy inquietos y nerviosos, y en casos graves se puede llegar a detectar cianosis al más mínimo movimiento (coloración azul o morada de las mucosas de nariz, boca...). También puede generar muchos mocos, a veces con sangre, y mostrar una extremada debilidad.

En ocasiones, las causas del edema pulmonar no tienen que ver con enfermedades o problemas de salud, sino con accidentes o circunstancias. El perro puede manifestar estos síntomas tras haber recibido un shock eléctrico, por asfixia, septicemia (infección generalizada en todo el organismo), inhalación de humo, golpes y traumatismos, envenenamientos, intoxicaciones... Al final, la causa es importante, pero más lo es saber identificar que el can tiene un problema grave, y que hay que acudir de inmediato a urgencias veterinarias.

 

¿Qué tratamiento seguir en casos de edema pulmonar en perros?

Como cualquier experto en salud animal sabe, conocer la causa de una enfermedad o síntoma es el primer paso para curarlo. Frente a un edema pulmonar, lo primero que hay que hacer es atajar los síntomas que están haciendo sufrir al animal. La falta de oxígeno y la dificultad para respirar generan ansiedad y nerviosismo en nuestras mascotas, algo que no nos interesa en absoluto, ¿verdad? El tratamiento del edema pulmonar en perros puede variar, pero en general sigue unas pautas determinadas.

En primer lugar, hay que realizar una exploración diagnóstica que confirme la patología. Para ello, el médico veterinario y el asistente técnico veterinario colaborarán para auscultar al "paciente". También se suelen realizar radiografías de tórax y ecografías; y por supuesto, habrá que hacer una analítica de sangre completa. Todas estas tareas se deben hacer con muchísimo cuidado, ya que en casos graves el perro puede experimentar dolores o molestias que le hagan la respiración más difícil aún.

¡Vamos con el tratamiento! Una vez se confirme el diagnóstico, si el perro está realmente grave y nos encontramos ante una urgencia, el primer paso es suministrarle oxígeno. En general, en casos de edema pulmonar, lo habitual es tratar al animal con diuréticos que faciliten la eliminación del líquido, combinados en ocasiones con medicamentos vasodilatadores. Hay que vigilar que el can no se deshidrata, manteniéndole en observación.

Una vez nuestro amigo esté estabilizado y tengamos claro el tratamiento, ya podemos respirar con tranquilidad. Pero los cuidados no terminan ahí, sobre todo cuando hablamos de un edema pulmonar cardiogénico (que se mantiene a lo largo de los años). En estos casos hay que ser muy estrictos con el tratamiento y la medicación, y cuidar mucho la alimentación y la hidratación del perro. Con unos buenos cuidados y un seguimiento constante por parte de los profesionales, un animal con edema pulmonar cardiogénico puede vivir muchos años y ser totalmente feliz.

 

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