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Ejemplos de simbiosis: te mostramos en qué consiste

22 enero 2023
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Según la RAE, la simbiosis es la «asociación de individuos animales o vegetales de diferentes especies, sobre todo si los simbiontes sacan provecho de la vida en común» (cómo mola eso de simbiontes). Es algo habitual en el reino animal, y como ves, también en el vegetal. En lo que a nosotros nos importa, los animales, existen ejemplos de simbiosis increíbles. Dignos de salir en una peli de Guillermo del Toro… ¿Te gustaría saber cuáles son? A continuación nos adentramos en este mágico universo, para conocer qué es la simbiosis y qué animales utilizan esta estrategia de la naturaleza para su supervivencia.

 

Está claro: la unión hace la fuerza

La simbiosis, como nos cuentan los expertos académicos, es la asociación entre dos animales, dos plantas o una planta y un animal, gracias a la cual una o ambas partes obtienen un beneficio. Puede ser alimento, protección, cuidados, higiene… Las estrategias que la naturaleza desarrolla para la supervivencia son innumerables, y por supuesto, fascinantes. Quién iba a suponer que un animal y una planta, que en principio no tienen mucho que contarse, podían crear una alianza… Pues sí: se llevan mejor que la mayoría de los partidos políticos.

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Pero volvamos a lo nuestro: los ejemplos de simbiosis que existen, y en qué consiste este tipo de asociación. Antes te contaba que en estos casos, los beneficios pueden ser para una o ambas partes. En base a esto, existen tres tipos de simbiosis en el reino animal/vegetal:

  • Mutualismo. Las dos especies se benefician de la asociación.
  • Comensalismo. Solo una de ellas se beneficia, mientras que la otra no se ve perjudicada (vamos, que se queda como está).
  • Parasitismo. Una especie se beneficia y la otra sale perdiendo. ¡Que se lo digan a los de la película ‘Parasitos’!

Otro tipo de clasificación de la simbiosis es la que se realiza teniendo en cuenta dónde se produce la relación entre ambas partes. Porque las dos especies pueden coexistir por separado, pero también una dentro de la otra… Según esto, existen dos tipos: la endosimbiosis y la ectosimbiosis. ¿¿¿Cómoooo…??? La primera es la que mantienen los seres vivos que habitan en el interior de otro organismo. Es el caso de los microorganismos que residen en el aparato digestivo de algunos animales y de los seres humanos, ayudando a la digestión. En cuanto a la ectosimbiosis, es lo contrario: cada uno vive por su cuenta. Como dice el refrán, juntos, pero no revueltos.

 

La planta carnívora y la hormiga (no, no es una fábula)

Vale, vale… Ya vamos con los ejemplos de simbiosis prometidos. Intentaremos ver uno o más de cada tipo, para que nos quede claro cómo funcionan estas alianzas naturales. Y para seguir el mismo orden, empezaremos por el mutualismo, ese team work en el que todos ganan. Es el caso de la simbiosis entre una planta «carnívora» y una hormiga, dos especies de la isla de Borneo. La Nepenthes bicalcarata, que así se llama la planta, permite que las hormigas de la especie Camponotus schmitzi se paseen por ella como Pedro por su casa, e incluso que naden en su néctar mortal.

¿Qué ganan ambas con esto? Pues según se descubrió en el año 2013, las hormigas se alimentan del néctar e incluso de las presas (o sea, otros insectos) que caen en él para ser procesados y absorbidos después por la planta. A cambio, según parece, los insectos combaten a distintos tipos de mosquitos cuyas larvas atacan a la planta, además de mantener limpias sus «trampas» y generar residuos beneficiosos para ella. Impresionante, ¿verdad?

 

Más ejemplos de simbiosis: comensalismo y parasitismo

Los demás tipos de simbiosis también se pueden ejemplificar con facilidad. Probablemente, el más conocido sea el parasitismo, es decir, esa «convivencia» en la cual una de las especies saca provecho y la otra sale perdiendo. Uno de los ejemplos más claros está en el de los mosquitos o los piojos y el ser humano: los insectos se alimentan de la sangre, y las personas se llevan las picaduras y demás lesiones. Dentro del mundo animal y vegetal son muchos los ejemplos de simbiosis de este tipo, desde los pulgones que chupan la savia de las plantas hasta los gusanos intestinales, como las tenías solitarias o las lombrices.

Y por último, tenemos el caso del comensalismo. Un tipo de simbiosis muy compleja y peculiar, en el que uno se lleva el «premio» y el otro prácticamente ni se entera de la fiesta. Y digo compleja, porque se divide en tres subtipos, a cada cual más interesante. Ahí van:

  • Foresis. En esta simbiosis, la especie (animal o vegetal) de tamaño más pequeño utiliza a otra como medio de transporte. Es el caso de las rémoras, esos peces que se adhieren al vientre de otros más grandes, como tiburones o ballenas, para que les lleven sin pagar billete.
  • Inquilinismo. Una especie utiliza a otra como vivienda o medio de protección, sin causarle daño. Es el caso de muchas especies de aves, que anidan en los huecos de árboles.
  • Metabiosis: Las especies que sacan beneficio aprovechan restos de otras especies ya muertas. Por ejemplo, los cangrejos ermitaños, que utilizan conchas de moluscos vacías para proteger la parte blanda de su organismo. O los animales carroñeros, que se alimentan de restos: buitres, hienas…

 

Esto es solo el principio. ¿Quieres saber más?

Lo poco que puedes aprender en un artículo divulgativo puede ser esa chispa que encienda tus ganas de conocer más. En el caso del mundo animal, hay infinidad de datos y curiosidades que harán que no pases un día sin llevarte una sorpresa. Si estos ejemplos de simbiosis te han parecido fascinantes, imagínate lo que podrás descubrir si te formas como profesional. Y no solo mientras estudias, sino cuando ya estés trabajando… Realizar un Curso de Auxiliar y Asistente Técnico Veterinario no solo llevará tus conocimientos a otro nivel, sino que te abrirá las puertas de un sector con muchísima demanda hoy día.

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