La eutanasia animal es una de las decisiones más duras que tomar, pero a veces necesaria para liberar de sufrimiento a un ser vivo con una muerte tranquila y rodeado de sus seres queridos.

Es una técnica rutinaria en las clínicas, practicada por colegiados y asistida por profesionales con un Curso de Asistente y Auxiliar Técnico Veterinario. Descubre qué es, la ética tras esta decisión y el impacto emocional que deja la eutanasia animal.

¿Qué es la eutanasia animal?

En el artículo 3 de la Ley de Bienestar Animal, encontramos un listado de conceptos y definiciones. En el apartado z) facilitan una descripción sobre qué es la eutanasia animal:

“Muerte provocada a un animal por medio de valoración e intervención veterinaria y métodos clínicos no crueles e indoloros, con el objetivo de evitarle un sufrimiento inútil que es consecuencia de un padecimiento severo y continuado sin posibilidad de cura, certificado por veterinarios.”

cura, certificado por veterinarios.”

Cómo se realiza la eutanasia animal: métodos y consideraciones

El sacrificio animal solo pueden practicarlo veterinarios/as en centros autorizados y exclusivamente por motivos que pongan en el centro el bienestar y la calidad de vida del animal.

La eutanasia animal debe aplicarse siguiendo métodos y criterios que garanticen una muerte indolora.

Queda bajo su criterio profesional los métodos y consideraciones para llevarlo a cabo, siempre que sean indoloros y libres de crueldad.

Métodos implicados en la eutanasia animal

Existen una serie de métodos de eutanasia para dejar marchar a un animal sin sufrimientos y crueldad. Un estudio de la Consellería do Medio Rural e do Mar de la Xunta de Galicia aborda los principales:

  • Hipoxia directa o indirecta. Reducir el suministro de oxígeno al cerebro del animal es una técnica de la eutanasia a través de agentes que general distintos niveles de inconsciencia. Debe aplicarse con anestesia.
  • Depresión directa de neuronas esenciales para la función vital. Son agentes que deprimen as células nerviosas, bloqueando la desconfianza o recelo, y la percepción dolorosa, seguida de inconsciencia y muerte.
  • Daños físicos al tejido cerebral. Aplicando descargas eléctricas que conmocionen el flujo directo al cerebro para producir inconsciencia instantánea.

Consideraciones con la eutanasia animal

El estudio de la Consellería de Medio Rural e do Mar, también recoge el criterio que debe seguir la eutanasia animal para que sea lo menos traumática tanto para el animal como para los/as observadores/as. Aquí el listado con los más destacados:

  • Indoloro. Tiene que ser un método que induzca la muerte del animal sin sufrimiento.
  • Rápido. Es importante que se practique una técnica que induzca la pérdida de consciencia en el menor tiempo posible.
  • Eficaz. Debe actuar cumpliendo con los estándares y en pocos minutos.
  • Fiabilidad e irreversibilidad. Debe ser un método que funcione siempre que se aplique.
  • Seguridad. Debe ser una técnica segura, especialmente para el personal que aplica las técnicas.
  • Potencialidad para minimizar la tensión psicológica del animal. Es decir, que no cause ansiedad indebida, alarma, temor, lucha, gritos, espasmos musculares, ni otros síntomas clínicos de activación autónoma.
  • Fácil administración. El personal técnico debe poder aplicarlo con facilidad.
  • Estéticamente aceptable. No debe causar efectos emocionales sobre los observadores y operarios.
  • No creará problemas sanitarios. El resultado de la eutanasia animal no puede ser un riesgo sociosanitario ni causar contaminación ambiental.
  • Sin cambios tisulares. No debe causar cambios tisulares que compliquen la necropsia del animal.
  • Aislado. El procedimiento debe realizarse separada de otros animales, para no causar estrés psicológico en ellos.

Prohibición de la eutanasia animal

El sacrificio animal estaba justificado para otros escenarios, más allá del sufrimiento por una enfermedad incurable. Con la Ley de Bienestar Animal, desde 2023 se establece un marco de prohibiciones para la eutanasia.

Solo puede aplicarse la eutanasia cuando sea para ahorrarle sufrimiento al animal.

Así, ningún centro de protección animal, ya sean públicos o privados, clínicas veterinarias o núcleos zoológicos pueden practicar la eutanasia animal por:

  • Cuestiones económicas.
  • Sobrepoblación.
  • Carencia de plazas.
  • Imposibilidad de hallar adoptantes.
  • Abandono del responsable legal.
  • Vejez.
  • Enfermedad o lesión con tratamiento paliativo o curativo.
  • Problemas de comportamiento que puedan reconducirse.

El impacto emocional de la eutanasia en los propietarios y veterinarios

Aunque la profesión de veterinaria está llena de experiencias gratificantes con los tratamientos, curas y rehabilitaciones, también tiene un lado duro.

Sin duda, la eutanasia animal forma parte de las tareas del día a día que son difíciles de gestionar para cualquier profesional, pues cada caso pesa en el corazón.

La eutanasia animal tiene un impacto doloroso en todo el círculo que lo presencia.

Y no solo duele por la muerte de la mascota, también por sus compañeros/as humanos/as, que pierden a un/a miembro/a de la familia y tienen que pasar por un proceso de duelo.

Problemas de salud mental en el sector veterinario

El acto de la eutanasia animal, sin duda, conlleva un impacto emocional en todo el círculo que lo presencia. Estas son algunas de las consecuencias para el personal veterinario, según un estudio recogido por El Confidencial:

  • Fatiga por compasión. Es un síndrome extendido entre el personal sanitario, pero que se agudiza en veterinaria porque la esperanza de vida en los animales es más corta.
  • Ansiedad. El ejercicio profesional y estar expuestos/as a situaciones estresantes, puede generar cuadros de ansiedad. La eutanasia animal forma parte de estos escenarios.
  • Depresión. Experimentar en el día a día el sufrimiento y dolor animal o lidiar con tutores/as desconsolados puede generar cuadros depresivos entre el personal sanitario.
  • Duelo. En el día a día puedes presenciar casos graves, practicar eutanasia a animales que llevas años tratando o situaciones delicadas. Todo ello puede comenzar un proceso de duelo que es difícil de gestionar.

Fomentando la conciencia y apoyo en la eutanasia animal

Aunque no es fácil y es duro, alguien tiene que dar apoyo tanto a los profesionales sanitarios, como a las familias y, por supuesto, ofrecerle una última experiencia pacífica al animal que debe marcharse.

La eutanasia animal es una tarea difícil. Pero, cuando se hace por motivos éticos, es un acto de compasión y es fundamental que la lleven a cabo profesionales preparados para que sea eficaz e indolora para el paciente.

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Bibliografía: