Fauna del mediterráneo: ¡Descúbrela!
“Mediterráneamente” no es solo el famosísimo eslogan de una marca de cerveza. También es lo que te responderá un jabalí si le preguntas cómo vive. Él y muchos otros seres, casi tan característicos de la zona como la discoteca Cocoloco de Gandía, demuestran que la fauna del mediterráneo es fascinante. Si quieres saber más sobre estos animales, ¡sigue leyendo!
¿De qué hablamos cuando hablamos del Mediterráneo?
Porque cuando decimos “Mediterráneo” nos podemos estar refiriendo a muchas cosas: el mar Mediterráneo, la película Mediterráneo de Gabriele Salvatores, el restaurante Mediterráneo en Madrid, la canción Mediterráneo de Los rebeldes, la otra película Mediterráneo de Marcel Barrena… Pero hoy estamos haciendo alusión al bosque mediterráneo. Una masa forestal propiciada por el clima, adivínalo… Efectivamente, ¡mediterráneo!
Este clima se localiza en zonas ubicadas entre los 30 y los 45º de latitud, principalmente las regiones al sur de Europa y del norte de África. Aunque también en una pequeña parte del sur de dicho continente e incluso de zonas de Centroamérica, Siria o Australia. Cambia entre estaciones más que las colecciones de El Corte Inglés, con inviernos fríos y lluviosos, veranos muy secos y muy calurosos y primaveras y otoños variables (sobre todo, dependiendo de la zona), tanto en temperatura como en precipitaciones. La fauna de sus bosques es igual de variada. Ahora hablaremos de ella brevemente, pero seguro que en este Curso de Técnico en Animales Exóticos te pueden contar mucho más. En cada lugar del planeta hay animales sorprendentes de los que podrás aprender mil cosas: hasta cómo cuidarlos y trabajar con ellos.
Para empezar a conectar con la fauna del mediterráneo, hablemos sobre el lugar en el que se mueve: esos bosques típicos de la cuenca del mar cuyo nombre ya imagináis, aunque también de California o de Chile. El bosque mediterráneo parece bastante seco, pero hay en él muchísima biodiversidad. Su vegetación está preparada para la escasez de lluvias: encontramos desde especies marescentes, cuyas hojas al morir quedan sujetas al tronco durante un tiempo (ayudando a la planta a aprovechar el agua disponible), hasta pirófilas o adaptadas a los incendios como las jaras, cuyas semillas están recubiertas de unos receptáculos que explotan con el calor, facilitando su dispersión.
Grandes, pequeños y medianos. ¡Hay de todo!
Y es que entre la fauna del mediterráneo encontramos pequeños insectos como moscas (sobre todo en verano, como sabrá cualquiera que haya pasado un julio en Almería), pero también grandes mamíferos. Aquí tenéis, de menor a mayor tamaño, a algunos de los vecinos más populares de estos parajes:
Cetonia carthami: el escarabajo joya
Este pequeño coleóptero de dos centímetros bien podría ser alguna joya egipcia perseguida por Indiana Jones, debido a su color verde metalizado que destella con tonos rojizos y dorados cuando le da el sol. El polen y el néctar son su manjar favorito, y además aprovecha los troncos y las plantas en descomposición para poner sus huevos. Es un habitual en estos bosques de abundante vegetación.
Ranita meridional, ¡querrás besarla!
No voy a mentir, en esta casa nos encantan las ranas. Este anfibio de apenas cinco centímetros (uno de los más pequeños de Europa) no es una excepción.Tiene una piel lisa de color verde claro con dos franjas negras que van desde las fosas nasales hasta sus axilas pasando por sus ojos, convirtiéndola en la reina del eyeliner. Durante el día, la ranita meridional se camufla entre las hojas cercanas a los ríos y, por la noche, sale a alimentarse de arañas e insectos y, de paso, a presumir de maquillaje.
Ratón de campo, un amante de la noche
Este roedor de unos 10 centímetros, sin contar la cola, es el mamífero más común de los parajes ibéricos. También es uno de los clientes más fieles de la vida nocturna del bosque, momento en el que sale, con sus grandes ojos negros adaptados a la oscuridad, a picar algunas semillas, caracoles o, sus favoritos, frutos secos. El resto del día reposa tras la juerga en madrigueras que él mismo construye, cuya cámara se puede encontrar incluso a un metro de profundidad. O en los huecos de árboles viejos, de color similar a su pelaje marrón rojizo.
Azor, la rapaz más esquiva
Se trata de un ave rapaz mediana, de unos 55 centímetros de tamaño y 110 de envergadura. Como ocurre con la mayoría de rapaces, las hembras azores son más grandes y se ocupan de cazar animales terrestres como conejos o lagartos. Por su parte, los ágiles machos capturan al vuelo otros pájaros como palomas o perdices. Desde las alturas, esta experta en camuflaje se funde entre los árboles y busca a sus presas desde las ramas más altas durante el día. Y por la noche descansa tras la larga jornada.
Lucio europeo: cuidado con él…
Como buenos bosques, los mediterráneos también tienen ríos llenos de vida. Y este pez que suele medir aproximadamente un metro (aunque se han encontrado hembras de metro y medio) es vida a lo grande. Oculto entre raíces sumergidas y aguas fluviales, el lucio acecha a cangrejos y peces entre otros para cazarlos con un rápido movimiento cuando pasan junto a él. Cuando es autóctono de un lugar, el lucio ayuda a regular la superpoblación de especies… Pero cuando, como ha ocurrido en alguna ocasión, es introducido en los ríos artificialmente, puede acabar con la diversidad de la fauna.
Culebra bastarda, dos metros de reptil
Este reptil es una de las serpientes europeas más grandes, de aproximadamente unos dos metros. Dispone de unos colmillos con los cuales inocula veneno a sus presas, desde roedores a aves o ejemplares más pequeños de su especie. Como recomendación, si te la encuentras, dirígete a ella por su nombre científico (Malpolon monspessulanus) en vez de como “culebra bastarda”; no creo que quieras ofenderla. Es verdad que su veneno no es letal para los humanos, pero un mal rato, un dolor intenso y una buena hinchazón sí te vas a llevar.
Oso pardo, el rey de los bosques
El rey de todos los integrantes de la fauna del mediterráneo es este mamífero, de hasta 2,80 metros de envergadura. A pesar de su enorme tamaño, es raro que devore a otros animales: prefiere optar por bayas, panales, tubérculos o castañas. Es cierto que normalmente prefiere una vida tranquila y que es raro que ataque a no ser que se sienta amenazado. Aun así, por favor, no toméis las películas Disney como referencia: tiene una mandíbula que no sé si le permitirá cantar ‘Busca lo más vital’, pero sí destrozar a un animal de su mismo tamaño.
El ser humano: la principal amenaza para la fauna del mediterráneo
Hay muchísimos otros animales que forman parte de este ecosistema, como ardillas, lobos ibéricos, jabalíes, lechuzas, gatos monteses o distintos tipos de mariposas. Como he señalado, la biodiversidad es enormemente rica. Sin embargo, ahora mismo muchos de ellos se encuentran en peligro de extinción, o están desapareciendo de ciertas zonas. Y esto no se debe a que los depredadores estén acabando de forma natural con ellos, sino a que la mano humana puede despoblar los bosques mediterráneos.
He mencionado el caso del lucio europeo, que, al ser llevado a ciertos ríos de las cuencas españolas, aniquiló a distintas especies. Lo mismo puede ocurrir, por ejemplo, con los jabalíes: una de las especies invasoras (es decir, introducidas en ciertos hábitats por personas) más dañinas que puede haber. Además de esto, la caza furtiva también ha reducido la población de lobos.
La disminución del número de estos animales provoca que desaparezcan como depredadores naturales, y que se ponga en riesgo la regulación de especies. Junto a este tipo de prácticas, la destrucción y modificación de hábitats (provocadas por construcciones e incendios de origen humano) ha puesto en peligro de extinción a especies tan conocidas como el águila imperial o el lince ibérico.
Aun así, gracias a acertados programas de conservación, algunas cosas han mejorado. La cantidad de lobos ibéricos en los bosques mediterráneos va en aumento, y el lince ibérico ha pasado de estar en peligro crítico de extinción, con apenas 52 ejemplares en 2012, a un riesgo menor (ahora hay unos 700).
La fauna del mediterráneo no es más que el comienzo…
Aunque hayas visto más veces la palabra “mediterráneo” en este artículo que Joan Manuel Serrat a lo largo de toda su vida… ¿Te gustaría trabajar en alguno de estos programas de conservación? ¿O en un centro de interpretación de los bosques? Entonces atento, porque esto te interesa…
Rellena el formulario que hay en esta web. Cuando lo hagas, recibirás toda la información sobre un completo Curso de Técnico en Animales Exóticos. Además de aprender muchísimas cosas interesantes sobre miles de animales, te darála oportunidad de realizar 300 horas de prácticas con ellos. ¡Una pasada!
Desde el pequeño y brillante Cetonia carthami hasta el enorme y peludo oso pardo, los miembros de la fauna del mediterráneo te esperan para que colabores en su bienestar y su mantenimiento. ¡No esperes más para ayudarles!