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Las manías más raras que suelen tener los gatos

12 diciembre 2023
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En mi casa tenemos dos gatos que, como todos ellos, son únicos. Para pedir comida, uno se nos sube encima, pone su cara a escasos centímetros de la nuestra, nos mira a los ojos y empieza a ronronear con todas sus fuerzas hasta que consigue su objetivo. La otra tiene una rutina inquebrantable: por las mañanas está en la silla del estudio; por las tardes sobre la manta de la cama, y por las noches se digna a venir al sofá del salón a tumbarse sobre los humanos.Y es que los gatos tienen manías muy curiosas. Si quieres saber cuáles son las más habituales y qué significan, ¡te lo cuento!

Manías de gatos: mi casa, mis normas

Aquí va uno de mis chistes favoritos: “Los perros piensan ‘¡Me están dando de comer, deben de ser dioses!’ Los gatos piensan ‘¡Me están dando de comer, debo de ser un dios!’”. Aproximadamente en el año 3000 a.C, en Egipto se comenzó a domesticar a los gatos; fueron fundamentales para terminar con plagas peligrosas como las serpientes. De ahí que tanto en su mitología como en muchas otras se les empezase a asociar con seres divinos. Cualquiera que conviva con gatos sabe que en casa, ellos están en lo más alto de la jerarquía (como buenos dioses). Y como son tan generosos, al resto de habitantes nos dejan vivir allí.

Independientemente de otras creencias, todos sabemos que a nuestros dioses gatunos personales hay que venerarlos y darles los mejores cuidados. Luego nos lo agradecen a su manera… Que, no vamos a mentir, nos encanta. En este Curso de Asistente y Auxiliar Técnico Veterinario podrás aprender mucho más sobre ellos y otros acompañantes domésticos. Además de profesionalizarte y ayudar a otras personas a mejorar la calidad de vida de sus animales de compañía, también podrás descifrar los enigmáticos comportamientos de los que convivan contigo. ¡Alabados sean!

Aunque puede que en realidad no sean dioses, sí es cierto que muchas manías de los gatos se deben a que están convencidos de que la casa en la que viven es suya. Son muy territoriales y todo lo que está en su dominio les pertenece… Incluyendo los humanos. Por eso se frotan contra los muebles, las paredes, los cojines o contra nosotros. Están impregnando su olor corporal en sus propiedades para dejar claro de quién son. Por tanto, no eres tú quien tiene un gato, sino el gato el que te tiene a ti. Y frotarse para que sepas que eres su tesooooooro, como diría Smeagol, es solo una de sus manías. ¡Vamos a por más!

Mamá, me aburro… Y otras «costumbres rarunas»

¿Quién no ha visto alguna vez a un gato amasar alguna superficie suave y blanda cual experto pastelero? Las crías de gatos, al amamantarse, “amasan” la zona cercana a las ubres para estimular el suministro de leche. Además, a través de las glándulas odoríferas de las almohadillas de las plantas de sus patas, liberan feromonas que envían mensajes químicos a su madre, principalmente relacionados con el vínculo. 

Cuando lo hacen en su etapa adulta, se debe a la neotenia o conservación de conductas asociadas a la edad juvenil. Suele significar que se sienten cómodos y que se consideran vinculados de forma positiva con aquello que amasan. Así pues, si tu gato hace esto contigo, no te está intentando convertir en una hogaza de pan, sino transmitiendo que se siente relajado contigo y que, a su manera (como siempre), te aprecia.

Además de esta costumbre tan adorable, los gatos tienen otras manías bastante infantiles. Aunque por un lado se consideran a sí mismos criaturas divinas, por otro son como niños y tienen una facilidad asombrosa para aburrirse. Hay que tener en cuenta que no dejan de ser depredadores y les encanta cazar, así que van a intentar llevar a cabo esta actividad todos los días y a todas horas. Si tienes gatos y se ha colado una mosca en casa, es probable que les hayas visto mirándola fijamente, muy tensos, moviendo la boca con frenesí y haciendo un ruido similar a “iik iik iik”. ¡No es otra cosa que su instinto cazador saliendo a la luz!

Un poco hooligans, pero siempre adorables

Piensa un momento: ¿cuántos vídeos hay de gatos empujando con la patita un objeto hacia el borde de una mesa, hasta que lo tiran? Y por si fuera poco, se quedan mirándolo con cara de “se ha caído”. Normalmente se debe a su faceta depredadora; si no la ven satisfecha, como he dicho, se aburren. Buscan algo que les pueda servir como presa: si la presa no existe la crean ellos mismos, aunque muy pronto descubren que no es tan divertida como una que se mueve por sí sola y pierden el interés.

Mi gata, que tiene un lugar preferido para cada momento del día, es toda una “conquistadora del Everest”. En cuanto ve un lugar alto al que no ha subido aún, incluyendo el canto superior de las puertas (un sitio al que todavía no tengo muy claro cómo puede acceder), allá va a hacerse con la cima. Esta manía de los gatos también puede ser consecuencia de su condición de depredadores: las alturas les permiten detectar posibles presas y lanzarse a por ellas. Sin embargo, muchas veces también lo hacen para demostrar dominancia respecto a otros gatos cercanos, para tenerlo todo controlado o simplemente para explorar.

¿Qué hago con las manías de mis gatos?

Como ves, algunas de estas conductas demuestran que los gatos se sienten a gusto, sobre todo cuando van acompañadas de ronroneos. Por muchos cabezazos que te den o por mucho que, en sus prácticas de panadería, claven un poco las uñas, estas manías son señales de satisfacción. Cuando lo hagan, acarícialos; y, de vez en cuando (tampoco les atiborres), dales alguna chuchería felina. Así interpretarán que su disfrute es bien recibido y premiado.

Tampoco es preocupante que, de vez en cuando, tus gatos tiren alguna cosa al suelo. A no ser que sea un huevo de Fabergé. Si es algo que hacen de forma constante, están pidiendo a gritos “un poco de marcha”. Necesitan perseguir alguna presa. La convivencia para todos los habitantes de la casa será mucho mejor si se sienten realizados en este sentido. Un puntero láser o algún juguete podrían ayudar, sobre todo si los controlas tú, a que sientan que te implicas en su juego. ¡Fácil, sencillo y divertido!

No pasa nada porque a tu gato le guste subirse a las alturas, sea cual sea el motivo. Si notas que está aburrido o muy alterado de forma habitual y no tiene lugares altos accesibles en casa, un rascador con distintos niveles puede ser una solución que le ayude a entretenerse y a sentirse satisfecho. Como buen dios que piensa que es, su ideal es poder mirarnos a todos desde arriba.

No te limites a leer: ¡trabaja con ellos!

Hay otras manías gatunas muy corrientes de las que no he hablado. Por ejemplo, si alguna vez has comprado un juguete para tu gato y ha preferido, de primeras, la caja en la que venía el juguete, ¡no te ofendas! Les encantan las cajas, porque los lugares pequeños y cerrados les hacen sentirse protegidos. De hecho, tener siempre una caja en la que refugiarse en algún punto de la casa puede hacer que se sientan más a gusto en el hogar.

Seguro que hay muchas otras costumbres raras (o menos raras) de los gatos sobre las que te gustaría saber más. En ese caso, rellena este formulario y te enviaremos información sobre un Curso de Asistente y Auxiliar Técnico Veterinario. Aprenderás todo lo necesario sobre manías, alimentación y cuidados de gatos, perros y otros animales domésticos.  Después del curso y hasta 300 horas de prácticas incluidas, estarás más que preparado para comenzar tu andanza profesional en el mundo veterinario.

¿Te gustaría ayudar a que nuestros felinos se sientan tan a gusto como para pasarse el día amasando cosas y ronroneando? Si quieres dedicarte a trabajar con animales, este es tu momento. ¡Conquista tus sueños cual gato que conquista las alturas!

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