El descubrimiento de Cristina Mancera

Cristina estaba cansada de su trabajo en una reconocida juguetería, no sentía que ese fuera su lugar, ni tampoco su pasión. Un día decidió que no podía seguir así, que era el momento de emprender un cambio de rumbo. En ese momento, todavía desconocía cuál era su vocación, pero por casualidad o destino, la encontró en los animales.

Descubre la experiencia de Cristina

A Cristina siempre le habían gustado los animales y aunque nunca se había planteado trabajar con ellos. Cuando todo lo que ansiaba era dar un giro a su vida profesional, se encontró con una noticia que le hizo pensar que formarse en algo relativo al mundo animal sería una buena oportunidad laboral. En ese momento se puso a buscar cursos de Asistente y Auxiliar Técnico en Veterinaria (ATV) y en su búsqueda nos encontró.

Nuestra web le transmitió unas buenas sensaciones, le atrajo y la motivó a solicitar más información sobre el curso.   Aunque en un principio Cristina solo quería informarse, cuando recibió nuestra llamada, lo tuvo clarísimo y se matriculó con nosotros.

Cristina quería estudiar, pero necesitaba que la escuela en la que se fuera a formar se ajustara a sus necesidades. Ante todo, buscaba facilidades y flexibilidad para poder sacar el máximo partido del curso y compaginarlo sin problemas con el trabajo y con su vida personal. Para ella era fundamental una formación online, que le permitiese gestionar sus estudios de acuerdo con sus propios tiempos. Le dimos la libertad de marcar su propio ritmo y establecer sus propios plazos, y muy pronto se convirtió en toda una Animal Lover.

Aunque el único requisito que ponía a la formación era la flexibilidad para poder gestionarse como ella quisiera, reconoce que sí que miró el temario, ya que lo que ella no quería bajo ningún concepto era formarse para quedarse en la recepción con funciones similares a las que hacía en tienda. Estaba cansada del trabajo de tienda y buscaba un cambio real, y viendo nuestro temario sintió que, de hacer el curso, podría dedicarse a algo super distinto.

Ella explica que empezó el curso sin ningún tipo de expectativa, se matriculó por probar, por buscar alternativas e incluso con cierto miedo pues algunos conocidos le decían que no le serviría de nada, pero se llevó una grata e inesperada sorpresa: Tan pronto empezó el curso se dio cuenta de que le encantaba. “Me encantó desde la primera clase, por eso le metí tanta caña y me lo saqué super deprisa” comenta.

Se matriculó por ver si se sentiría más a gusto con animales que en tienda, sin pensar que le iba a gustar, pero nada más empezar, descubrió su pasión, y sus objetivos cambiaron rápidamente. De repente, solo pensaba en aprender cuanto fuera posible, hacer las prácticas y trabajar en clínica con animales. “Me encantaba la teoría, pero me moría de ganas de empezar las prácticas, pasar a la acción y tener unos compis que me enseñasen como hacer las cosas. Por eso, cuando me ofrecieron las prácticas, pedí el máximo, 300 horas” explica Cristina.

Mi experiencia la valoro con un 10, no he tenido ningún problema.

Cristina se muestra encantadísima con la formación que ha recibido y dice que no tiene ni una queja al respecto. Cuenta que, si tuviera que quedarse con algo de este curso se quedaría con tres cosas. Por un lado, con la flexibilidad para gestionarse según sus propias necesidades, por otro, el temario, y hace especial énfasis en su profesor, Guillermo Hueso, al que califica de profesorazo. “Guillermo es todo un acierto como profesor, tiene muchísima paciencia y habla super claro. Yo, que partía de cero, le entendí siempre todo perfectamente” señala. Por otro lado, indica que “es de valorar que haya un seguimiento, que estén pendientes de ti” en relación con el trabajo de las tutoras.

¿Cómo consiguió su objetivo?

Esta Animal Lover ha conseguido convertirse en ATV, gracias a un gran esfuerzo, aunque como le gustaba tanto, no lo percibió como tal. “Yo intentaba fijarme mi rutina en la que, por las mañanas, antes de irme a trabajar trataba de ponerme un ratito, y cuando venía de trabajar sobre las 19h, me ponía otra vez… hasta dedicarle unas 8 horitas al día. Le metí mucha caña, porque cuando empecé me gustó tanto, que quería llegar al objetivo final” relata.

También se dirige a aquellos que se estén mirando hacia este curso. “A alguien que se esté pensando hacer este curso o que se acabe de matricular le diría que se viera todo el contenido que pudiese, que no solo se quedara con la clase o con el temario, que también preste atención a las masterclass y demás contenidos añadidos. Y después que tengan curiosidad e indaguen más allá de lo que ofrece Nubika” aconseja.

Me he pasado años buscando algo que me gustase, lo dejaba todo a medias y a mis 33 años lo he encontrado ¡Ojalá lo hubiera sabido antes! ¡Ha sido todo un descubrimiento para mí!

“Desde que empecé con este curso, me noto y me notan muchísimo más feliz” confiesa. Cuenta que va feliz a trabajar, que es algo que no le cuesta nada y da la razón a esos que dicen que, si trabajas en algo que te gusta, es como si no trabajaras. En este sentido, comenta que lo que más valora de su nueva ocupación es el estar a gusto, el ir al trabajo con ganas y no sentirlo como una carga.

Para Cristina, lo mejor de ser ATV es el trato con los peludos. Además declara que ha descubierto que se le dan mucho mejor de lo que ella le imaginaba, que tiene como una conexión con ellos.

Volveré a formarme con Nubika

Ahora Cristina ha dejado su trabajo en la juguetería y está trabajando en la misma clínica en la que ha hecho las prácticas. Está muy centrada en aprovechar la oportunidad que le han dado y en seguir aprendiendo, pero tiene claro que se quiere seguir formando y que, para ello, volverá a contar con nosotros.

¡Gracias Cristina! Te estaremos esperando.