Abordaje integral de la obesidad canina en la práctica veterinaria

La obesidad canina está cada vez más presente en las mascotas. Este problema de salud es cada vez más común reduciendo la calidad de vida de los canes. Contar con las herramientas adecuadas para prevenirla o solucionarla es clave para ayudar a los perros que la padecen.

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Definición y repercusiones de la obesidad en perros

La obesidad es una condición metabólica y un estado de enfermedad que implica la excesiva acumulación de grasa en el cuerpo del can. Este problema médico afecta gravemente al animal pudiendo reducir su esperanza de vida o generando otras enfermedades.

Para diagnosticar obesidad a un perro el porcentaje de grasa corporal debe situarse entre el 20 y el 30 %. En aquellos casos inferiores al 20, pero superiores al 10 % se considera que el cánido padece sobrepeso.

La obesidad en un perro tiene graves repercusiones para su salud. Las principales son la restricción de movilidad y la falta de capacidad para realizar ejercicio, aunque aparecen otras más peligrosas:

• Problemas ortopédicos y locomotores.
• Baja tolerancia al calor.
• Desórdenes endocrinos.
• Problemas cardiorrespiratorios.
• Desarrollo de cáncer.

Análisis de los factores de riesgo asociados con la obesidad en perros

El desarrollo de la obesidad en perros depende de una gran variedad de factores. Estas causas genéticas y ambientales provocan un desequilibrio energético, es decir, el animal consume más calorías de las que gasta provocando que el sobrante se acumule en forma de grasa.

La obesidad es provocada por factores ambientales y genéticos

Algunas de las principales razones son las siguientes:

• Problemas de alimentación: los premios excesivos, el consumo a demanda, la baja calidad de la comida o una dieta hipercalórica son algunas de las causas más frecuentes en el desarrollo del sobrepeso del perro.
• Sedentarismo: la falta de ejercicio provoca que el animal no queme la energía que consume.
• Predisposición de la raza: algunas razas de perro son más propensas a sufrir esta enfermedad por los componentes genéticos. Labrador, bóxer o terrier son algunos ejemplos.
• Edad: los perros ancianos tienen un metabolismo más lento y suelen realizar menos ejercicio.
• Fármacos: está considerado un efecto secundario de algunos fármacos.
• Enfermedades subyacentes: los problemas endocrinos como el hipotiroidismo aumentan el riesgo de obesidad.
• Esterilización: los animales vaciados son más propensos al sobrepeso.

Métodos diagnósticos para identificar la obesidad canina

El diagnóstico de la obesidad canina se basa en la observación. Lo más importante es llevar un control frecuente del peso del animal, lo más recomendable es realizarlo de forma trimestral para comprobar que se mantiene en el óptimo.

En el momento que se nota un aumento se recurre al conocido como ICC (Índice Condición Corporal). Mediante la palpación y la observación el veterinario o ATV sitúa al cánido en una escala (1 a 10) en la que 4-5 es el peso ideal, 6-7 sobrepeso y 8 o más obesidad. Puedes consultarlo al detalle en la siguiente imagen distribuida por la World Small Animal Veterinary Association para la concienciación de la obesidad canina.

Estrategias de manejo: enfoques dietéticos y de ejercicio

Para frenar y corregir el problema de obesidad de un animal es necesario seguir un doble enfoque. Hay que destacar dos aspectos íntimamente relacionados: la nutrición y el ejercicio.

El enfoque dietético frente a la obesidad de los perros

La nutrición es el principal aspecto que vigilar en los perros con obesidad. Es clave controlar la ingesta de calorías que realiza el animal, lo primero es calcular la actual y comenzarla a reducir paulatinamente para evitar problemas de comportamiento.

Además, es necesario vigilar el equilibrio de los nutrientes para garantizar todas sus propiedades. Para conocer todos los detalles es importante especializarse en nutrición canina con una formación de calidad e impartida por profesionales.

Existen varias soluciones para controlar y regular la dieta del perro, las dos más frecuentes son las siguientes:

• Piensos para dieta: existen comidas específicas para estas situaciones que cuentan con un menor índice calórico.
• Comida natural: consiste en preparar alimentos convencionales para el animal calculando las cantidades y el aporte calórico de los ingredientes.

Para tomar cualquiera de estas medidas con un perro que padece obesidad es importante seguir las pautas marcadas por un especialista en nutrición animal. Así, el proceso se realizará controladamente ayudando a la salud, comportamiento y bienestar general de la mascota.

Ejercicios para tratar la obesidad canina

Realizar ejercicio la mejor manera de que el can consuma las calorías que ingiere. En caso de tener diagnosticada una obesidad uno de los primeros ejercicios será caminar. Hay que empezar con paseos cortos e ir aumentando su duración.

Otro gran ejercicio son los juegos de búsqueda, estos pueden desarrollarse tanto en el exterior como en el interior aportando una gran versatilidad. En estos casos es preferible llevarlos a cabo son su juguete favorito, el perro consumo una gran cantidad de energía durante la búsqueda, además ayudan a desarrollar el olfato.

Mientras realiza ejercicio, el perro tiene que contar con una fuente de hidratación y evitar las altas temperaturas.

Por supuesto, existen otras posibilidades como los juegos de pelota o la natación, pero estos deberán incluirse cuando el perro haya adquirido una buena condición física.

La importancia de un plan de manejo a largo plazo para perros obesos

Alcanzar los resultados deseados con el tratamiento no implica volver a la situación previa al diagnóstico. Es importante mantener un plan a largo plazo que evite la aparición de sobrepeso u obesidad de nuevo.

Una vez alcanzado el estado ideal se debe volver a un equilibrio entre las calorías ingeridas y consumidas por el perro. Para ello, se desarrolla un nuevo plan nutricional que busque esta situación. Esto supone eliminar piensos o alimentos de bajo aporte calórica y crear una dieta acorde a la actividad y la situación específica del animal.

Es importante mantener vigilado su peso y grasa corporal para corregir su alimentación si fuera necesario. La nutrición debe vigilarse en todo momento, con independencia del desarrollo de esta enfermedad.

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Bibliografía

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