Perros con orejas grandes y cómo cuidarlos

Si el universo canino en general tiene ganado el corazón de cualquier amante de los animales, no digamos los perros con orejas grandes. Se llevan el primer premio. Estas razas de rasgos tan característicos despiertan auténtico fervor por su imagen tierna y un tanto melancólica. En las casas triunfan como mascotas, aunque la higiene de sus simpáticas orejotas sea algo delicada porque de ello depende en gran medida su bienestar. Por si tú también tienes uno o te mueres de ganas por saber más sobre los cuidados de estos amigos perrunos, este post va precisamente de ello. ¿Nos sigues?

¿Por qué existen perros con orejas grandes?… Además de largas

¿Quién no se ha quedado más de una vez hipnotizado ante el encanto de estos amigos cuando juguetean por el parque o nos cruzamos con la mascota del vecino en el portal de casa? No se sabe muy bien por qué, pero algo tienen los perros con orejas grandes y alargadas que los convierte en animales irresistibles. Son muchas las preguntas a plantearnos, como por ejemplo cuál es la razón por la cual poseen ese rasgo en su morfología auricular. ¿Siempre han sido así?

Estudios de ADN han llegado a la conclusión de que los perros comparten una buena parte de su historial genético con otros seres; lobos, coyotes y chacales. Por otro lado, cuando el ser humano necesitó alterar las razas salvajes mediante crías selectivas para su empleo doméstico en diversos trabajos, las orejas de algunos canes sufrieron cambios. Sin duda el mundo perruno es fascinante y cuidar de estos seres es un trabajo maravilloso. ¿Te atrae la idea? Un Curso de Auxiliar Técnico Veterinario es lo que necesitas para despegar profesionalmente.

A lo que estábamos. La ciencia y estudios sobre genética animal coinciden en señalar que existe una relación entre la evolución celular y el modo de vida de los canes. Sus células de cresta neural (esenciales para el desarrollo de los seres vivos) se han visto modificadas debido a toda una vida de cuidados caseros y en el caso de los perros con orejas grandes, todo parece indicar que sus cartílagos se han ido debilitando hasta no mantenerse erguidos. Ahora bien, gracias a estas estructuras son excelentes sabuesos; con ellas atrapan las partículas de olor en el aire y las arrastran hacia sus hocicos. ¡Impresionante!

¡Atención a sus orejotas! Un punto «flaco» en su organismo

Con pelo largo o no, colgantes, arrugadas, orejas que trotan al compás del perro… Algunas incluso hasta llegan al suelo. Todos los perros de orejas grandes compiten en belleza y popularidad, aunque sorprenda descubrir que dentro de este rasgo hay diferentes variantes. Puestos a pensar en razas, seguro que conoces a más de una; desde el cocker spaniel, al beagle, el gran danés,  y el elegante e inconfundible setter irlandés. ¡Ah! Y no me puedo olvidar de Lou; una perrita coonhound que ostenta el récord Guinness por la longitud de las susodichas: 33,9 cm.

Podría continuar mencionando, pero el tema de este artículo va del cuidado eficaz de sus orejotas para evitar problemas de salud, como infecciones, aparición de microorganismos o supuración de pus. Si no son tratados a tiempo, cualquier entrañable perro de orejas grandes puede padecer complicaciones más graves. La razón fisiológica de por qué son propensos a todo ello es que el pabellón auditivo de nuestros amigos no suele estar bien ventilado por la inclinación hacia abajo de sus orejas.

Esta particularidad de su morfología hace que sean más propensos a la acumulación de cera, suciedad y también a que no resulte fácil eliminar del todo la humedad tras un paseo con lluvia o una sesión de baño. Por todo ello, estar alerta a ciertos comportamientos «atípicos» en estos animales de rostro tristón cuando son nuestra mascota, o la de nuestra amiga del alma, puede evitar sustos mayores.

Voy con alguno. A veces se muestran agresivos ante un dolor agudo de los oídos que suele  infección auditiva, como una otitis. Otros síntomas habituales de que “algo no va bien” es que se rasquen las orejas con las patas traseras, muevan bruscamente la cabeza hacia los laterales, muestren quejidos o segreguen por los oídos un líquido amarillo o marrón de intenso olor. Cuidadín, cuidadín.

Los cuidados “sagrados” de un día cualquiera y el kit de aseo básico

Al margen de la raza, los perros de orejas grandes y caídas necesitan una higiene meticulosa y rutinaria en ellas en cualquier estación del año. Por cierto, te gustará saber que actúan como barrera para la piel interna de sus oídos y eso impide que algún objeto obstruya el canal auditivo. Vemos en qué consiste ese aseo minucioso en el que no hay que bajar la guardia:

• Limpiar sus oídos desde cachorros. Inculcar este hábito cuando son “babys” hará que no sea un verdadero trauma de adultos. Hay soluciones específicas para su limpieza y es importante que no incluyan en su composición alcohol ni agua oxigenada, suelen irritar los conductos auditivos. Se pueden aplicar con algodón y después hay que secarlos bien.
• Asear la parte externa. Unas toallitas desinfectantes y suaves valen para hacer esta tarea si la suciedad adherida en las orejas es superficial. Al terminar, lo más apropiado es secar el tejido con algodón o una gasa. Pero si están muy sucias, mejor que lo realice el veterinario.
• Recortar el pelo. Solo si sus orejas son de las que tienen el pelo largo. ¿Estás pensando en un precioso teckel? Acertaste. Es necesario cortar los pelos que se pueden meter en sus oídos y cuidar al máximo el que está en contacto con el suelo mientras olfatean y juegan. Unas pinzas de aseo son muy útiles para retirar pelo muerto y otros residuos minúsculos alrededor del canal auditivo.
• Retirar objetos enganchados. Hay que evitar en la medida de lo posible que se enganchen al pelo largo espigas y pequeños fragmentos de plantas durante sus paseos habituales.
• Guerra a los ácaros. A modo preventivo, lo mejor es observar si se producen cambios en el aspecto de las orejas. Por ejemplo, si acumulan ácaros, estos parásitos son unos puntos negros diminutos que suelen extenderse con facilidad.

Por supuesto, si detectamos que nuestro amigo presenta alguna anomalía en sus orejas en una exploración rutinaria (enrojecimiento, inflamación, rasguños, mal olor, etc.) lo más adecuado es consultarlo con un veterinario de confianza y llevarlo a su consulta si se considera oportuno.

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