Pez león: ¡descubre sus características!

Algunas criaturas del reino animal son tan fascinantes. como peligrosas para los que les rodean. Una contradicción que el pez león ejemplifica como nadie. Hipnótico y digno de encabezar las listas de los seres más espectaculares de los fondos marinos. Pero este habitante de aguas tropicales se ha convertido en una especie invasora, que es preciso controlar. ¿He despertado tu curiosidad? Sigue leyendo para conocer de cerca a este animal, que ha colonizado muchos de los mares del planeta.

Pez león, un viajero entre arrecifes de coral. ¿Y ese nombre?

Por muy alucinante que sea el aspecto y el patrón de colores del pez león (que lo son), en realidad se tratan de advertencias. Están diciendo: “No te acerques”. Perteneciente al género Pterois, se trata de una especie venenosa y su forma de advertirlo a sus posibles depredadores no puede ser más inteligente. Las rayas verticales pardas, rojizas y blancas de sus aletas y espinas indican que contienen veneno, listo para inocular cuando se siente amenazado. Puro sistema defensivo, que activa desde sus 18 aletas dorsales punzantes.

En cuanto a su nombre común, solo hay que observar detenidamente el conjunto de sus aletas: nos recuerdan a la melena de un león. Curiosísimo. Estudiar la vida y comportamiento de seres vivos como él es toda una vocación, así que… ¿Cómo verías hacer un Curso de Técnico en Animales Exóticos? No te faltarán las oportunidades laborales; es una vía perfecta para adentrarte en el campo del cuidado animal, dada la cada vez mayor presencia de mascotas exóticas en nuestros hogares.

Volviendo al pez león, además de la melena posee otros rasgos muy característicos que no podemos dejar de señalar. Apréndetelas, y entonces no habrá vídeo de National Geographic en el que no reconozcas a esta especie. Empezando por la cresta de espinas que recorre su espalda, más la forma de sus aletas dorsales y pectorales: al abrirlas, parecen abanicos. Sin pasar por alto el par de antenas que luce sobre sus ojos saltones. Algo de miedín sí que da…

Aunque se trate de una maravilla de la naturaleza, esta especie está considerada invasora. (luego pasaremos a ese tema). Pero su hábitat de origen son las aguas cálidas del océano Índico y Pacífico. Otro dato interesante es que es un pez bentónico; vamos, que vive en los fondos marinos. De ahí que una escena habitual sea verle surcando lentamente arrecifes de coral y rocas.

Ni una, ni dos, ni tres: nada menos que doce variedades surcando los mares

De hábitos nocturnos, territorial y (gracias a sus tonalidades), muy hábil para mimetizarse con las rocas. Al parecer, las grietas son su escondite favorito. Así es el pez león en su día a día. En su entorno natural, su dieta se basa en peces vivos de pequeño tamaño, invertebrados y moluscos. Aunque ante todo es un animal carnívoro depredador, también es generalista: eso le permite ingerir todo lo que puede, que no es poco.

La táctica que emplea para cazar a sus presas demuestra que se trata de un enemigo implacable cuando quiere alimentarse, con una gran velocidad de asalto. Lo habitual es que se deje llevar por la corriente hasta encontrar a sus presas, para luego atraparlas escupiendo chorros de agua sobre ella. Así las desorienta para después, devorarlas. Todo un estratega, el pez león.

En total, nos encontramos con doce especies con ciertas variaciones en su anatomía. Aunque comparten el mismo hábitat, pueden encontrarse en distintas regiones. Las más populares son:

• Pez león colorado. De nombre científico Pterois volitans, mide unos 35 cm y destaca por sus aletas plumosas. Un verdadero espectáculo.
• Pez león de aletas blancas. El Pterois radiata alcanza los 25 cm de largo y es también una pasada. Aunque es más oscuro, su barbilla blanca rosácea y los radios, totalmente blancos, le dan un aire majestuoso.
• Pez león soldado. El Pterois miles es quizá el que más se diferencia: tiene una cabeza algo más redondeada y su patrón cromático es aún más blanco.

Pez león: un invasor que se debe controlar

Es una triste realidad que el pez león está diezmando la biodiversidad marina, tras haber invadido mares que no son su hábitat natural. Habita en el Caribe, en el Atlántico y más recientemente en el Mediterráneo (en Israel se capturó un ejemplar por primera vez en 1991). Una colonización que le ha permitido acosar a las especies autóctonas, convirtiéndose en una seria amenaza para el medioambiente, la pesca y el desarrollo de muchos puntos del planeta.

En el Mediterráneo, todo apunta a que es letal para los ecosistemas. Según se ha podido documentar, hasta el 95% de su dieta se compone de especies de gran valor ecológico y económico. Aunque se desconoce el modo (o los modos) en que las primeras poblaciones de pez león llegaron a estas aguas, sí se sabe que su capacidad reproductiva es asombrosa.

Esta criatura tan alucinante suele desovar a lo largo de todo el año, cada dos o tres días. Como libera los huevos en aguas abiertas, hay millones de posibles crías diseminadas por mares y océanos. Además, el apetito voraz que le caracteriza explica que sea tan agresivo con las presas autóctonas, que no conocen a su nuevo enemigo y no saben cómo evitarlo.

También los depredadores de estas zonas sufren su presencia, pues ven reducidas sus presas habituales, con el desequilibrio que conlleva para el ecosistema. Son muchas las prácticas encaminadas a reducir su expansión; entre ellas la pesca selectiva, para mantener las poblaciones bajo control.

Otra forma es a través del consumo de ejemplares en los hogares y en algunos restaurantes de alta cocina. Su carne es rica en Omega 3 y calcio y se presta a numerosas elaboraciones. Devolver el equilibrio a nuestros ecosistemas marinos es prioritario: y para ello, el pez león debe dejar de ser una amenaza.

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