¿Qué es el piojillo en las gallinas?
Quizá tu cariño hacia las aves de granja te venga de la infancia, y la culpa la tenga la televisiva gallina Caponata. O simplemente, que te interese todo lo relacionado con el mundo de la avicultura. Sea cual sea el origen, si te gusta estar al día en sus patologías y enfermedades parasitarias no dejes de seguir leyendo: porque te lo vamos a contar todo sobre el piojillo de las gallinas. Igual te suena, pero solo por encima…. Es el momento de presentarte a este ácaro que las mata callando. ¡Por si algún día decides cuidar de estas criaturas tan populares!
El piojillo en las gallinas, un enemigo con sello de exclusividad
Este parásito, tan extendido entre las granjas de todo el mundo, es sin embargo bastante más desconocido de lo que podríamos imaginar. ¡mpecemos con las presentaciones! Estamos delante del ácaro rojo (Dermanyssus gallinae) y la gallina es su “anfitrión” favorito: de ahí el nombre común, piojillo de las gallinas. Aunque ella sea la elegida, conviene apuntar que otros animales pueden albergarlo y transmitirlo. Por ejemplo, los pájaros silvestres.
La facilidad de su contagio es sorprendente porque este insecto sin alas, a diferencia del piojo blanco, vive más bien en el gallinero y no propiamente sobre sus víctimas. Solo acude a ellas para picarlas. De ahí que su exterminio sea un verdadero quebradero de cabeza para avicultores y criadores. ¿Te encantaría dedicarte a las aves y sus cuidados, a nivel profesional? Plantéate hacer un Curso de Asistente y Auxiliar Técnico Veterinario: puede ser un antes y un después en tu vida.
Volviendo al piojillo en las gallinas y a su “modus operandi”, este insecto de color blanco (solo se vuelve rojo al estar lleno de sangre) aumenta sus ataques cuando llega la época del calor. Y prefiere atacar durante la noche: de esa manera puede ocultarse en grietas y rendijas durante el día, una estrategia inteligente que pone difícil su eliminación.
Otra particularidad de este ectoparásito es que, a diferencia de otros ácaros, él se alimenta a través de la ingesta de la sangre de sus víctimas porque es hematófago. Y aunque las gallinas son sus víctimas favoritas, en ocasiones menos frecuentes también puede picar a mamíferos e incluso al hombre. Sobre todo, a criadores que se enfrenten a infestaciones graves en sus granjas y centros de avicultura… Se mueve por cualquier rincón, incluso debajo de los nidos de puesta.
El retrato robot de este ácaro y su ciclo vital meteórico
Imagínate un insecto con aspecto de araña, de cuerpo plano, cabeza redondeada y seis patas. Así de insignificante puede parecer el piojillo en las gallinas. Su vida media es de 90 días, una vida breve pero muy bien aprovechada: y que tiende a reproducirse intensamente cuando encuentra las condiciones óptimas.
Las medidas de este personaje ayudan a entender que sea invisible para el ojo humano. Cuando alcanza la madurez suele medir entre 0,5 mm y 1 mm, que es el máximo al que llega una hembra. Ese es el mejor momento para localizarlo dentro de las granjas. En cuanto a su ciclo vital, es para recordarlo… La reproducción del piojillo puede completarse en cinco días, y eso implica que podrá depositar una gran cantidad de larvas sobre sus víctimas en un santiamén. Cuando son ninfas ya comienzan a alimentarse de su sangre para saciar su voraz apetito, y este fenómeno biológico favorece la aparición en muy poco tiempo de grandes infestaciones de ácaros rojos en centros avícolas. ¿El resultado? Un verdadero problema biosanitario.
Para la comunidad científica, este ectoparásito representa la mayor plaga sufrida por las gallinas de puesta en las últimas décadas: su población habita en todos los continentes. Su tamaño imperceptible y sus hábitos nocturnos no ayudan a erradicar a un parásito con un instinto de supervivencia nato. Este personaje puede permanecer escondido en lugares oscuros, húmedos y poco ventilados hasta cinco meses. Una pasada.
Un temible enemigo que, en realidad, no es una sola especie. Según un informe sobre parasitología en las gallinas publicado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación existen varias. Las principales son:
- Piojo de la cabeza o Lipeuro. De cuerpo alargado, vive en la superficie de la piel.
- Piojo grande del cuerpo o Menacanto. Sobre todo, vive bajo las alas de las aves.
- Piojo pequeño del cuerpo o Menopón. Por lo general, se suele encontrar sobre las plumas.
¿Ha picado a tu gallina? ¡Ojo con ciertas enfermedades!
Está claro. Lo ideal es prevenir la aparición del piojillo en las gallinas; pero cuando ya es tarde, su picadura provoca en los animales síntomas bastante evidentes. En concreto, sufren intensos picores e irritación en la piel que pueden llegar a desencadenar severos cuadros de estrés. Algunos ejemplares incluso se automutilan con el pico al intentar aliviar el malestar causado.
Detectar a estos parásitos en las aves no siempre es fácil; básicamente, porque se esconden entre su plumaje. De ahí que sea muy recomendable efectuar inspecciones oculares en la base de las plumas de forma periódica, verificando con ello que están libres de este enemigo.
¿Cómo saber si lo tienen o no? Es bastante normal que presenten una serie de señales, indicios de que el ácaro rojo ha hecho de las suyas:
- El ave deja de poner la misma cantidad de huevos.
- Ha empezado a bajar de peso.
- El pecho y la cola han perdido su color habitual por anemia.
Lo peor de este parásito no se queda aquí, también debilita considerablemente a nivel nutricional a nuestras amigas. Los nutrientes de su dieta no llegan a ser asimilados en el organismo, porque este parásito los emplea para su propia nutrición y desarrollo metabólico al ingerir su sangre. Es muy importante tratar a tiempo la infestación, pues es la mejor manera de evitar que el animal sea vulnerable a cuadros de anemia graves, en ocasiones letales.
Otros riesgos para su salud son las enfermedades que pueden transmitir los ácaros rojos, ya que alojan y transportan en su organismo agentes patógenos. Entre las más frecuentes figuran: espiroquetosis, cólera aviar y tifosis aviar (el ácaro rojo es portador natural de la salmonella gallinorum).
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Estas gallinas no son como la parlanchina Caponata, esa grandullona de 2 metros de alto que conquistó el corazón de pequeños y grandes en el programa infantil “Barrio Sésamo”. Son seres vivos reales, pero también despiertan cariño entre los humanos. Se hacen querer, y desde luego, necesitan atenciones sanitarias precisas para garantizar su buena salud y bienestar animal. ¿Te ves como candidato? Pues te sigo contando.
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