El rescate de la elefanta Mara
En 2020, y después de más de 50 años en cautividad entre circos y zoológicos, la elefanta Mara experimentó por primera vez la vida en su hábitat natural. El proceso de traslado de este fascinante ejemplar incluyó un viaje de más de 2.000 kilómetros y una compleja operación con numerosos problemas burocráticos. ¿Quieres descubrir todos los detalles de esta bonita historia? ¡Sigue leyendo!
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Historias de zoo: la aventura de la elefanta Mara
Desde sus primeros momentos de vida, el destino de la elefanta Mara parecía condenado a la esclavitud, ya que nació siendo cría de otro elefante cautivo y fue forzada a trabajar en espectáculos de circo y zoológicos, en los que sufrió maltrato durante años.
Sin embargo, gracias a la labor de los técnicos especializados que la han acompañado durante el traslado, Mara disfruta ahora de una vida en la naturaleza. ¿Quieres saber cómo se consiguió este magnífico ejercicio de trabajo en equipo? ¡Vamos a descubrirlo!
Los orígenes de Mara: una elefanta en cautiverio
Los orígenes de Mara han quedado difuminados por el paso del tiempo. Aunque algunos expertos aseguran que llegó al mundo a mediados de los 60, otros datan el nacimiento de este misterioso animal hacia 1970. En cualquier caso, su primera aparición está registrada en la India en los años 70.
La elefanta Mara es un ejemplar de elephas maximus indicus o elefante indio. Pertenece a la subespecie asiática de elefante más abundante, y tiene características diferentes a las del elefante africano o loxodonta.
Por su gran belleza, aspecto exótico y actitud dócil, Mara se convirtió muy pronto en el foco de la atención del público y, en consecuencia, en el objetivo de compañías circenses y de entretenimiento.
Fue comprada para su exhibición en zoológicos por una empresa alemana, Tierpark Hagenbeck, vendida al poco a tiempo a una empresa propietaria de numerosos circos en Uruguay y, posteriormente, fue desplazada de nuevo para formar parte del espectáculo con especies exóticas en un circo de Argentina.
Entre espectáculos circenses y zoológicos
Durante varias décadas, la elefanta vivió en espacios muy reducidos, bajo terribles condiciones de cuidado e higiene, e incluso sufrió el maltrato y la humillación en buena parte de su experiencia como parte de la industria del espectáculo.
A partir de 1995, un decreto prohibió la explotación de animales como Mara en los circos, por lo que fue trasladada al zoológico Ecoparque, en Buenos Aires. Allí, se convirtió en uno de los animales más queridos y representativos del lugar. Sin embargo, fueron años difíciles para la elefanta, algo que se reflejó en los problemas que presentaba en la convivencia con otros animales, incluso de la misma especie, como las elefantas africanas Kuky y Pupy. Además, Mara empezó a presentar problemas de salud: por los años pasados encadenada y sin espacio para moverse, la elefanta orinaba frecuentemente sobre sus patas, generando infecciones y enfermedades.
El traslado de la elefanta Mara y las dificultades por la pandemia
Con el paso del tiempo, la regulación sobre la tenencia de animales exóticos en zoológicos provocó el desplazamiento de numerosas especies a reservas naturales, e incluso la devolución de algunos ejemplares a sus hábitats originales. Tras la experiencia tan positiva de la orangutana Sandra, en 2019, el Santuario de Elefantes de Brasil propuso acoger a la elefanta en su espacio.
El Santuario de Elefantes de Brasil, en Mato Grosso, cuenta con más de 1.100 hectáreas y es un espacio natural habilitado para el cuidado de estos animales.
El traslado a este nuevo hogar aportaría numerosos beneficios para Mara: mayor espacio para movilidad, contacto con otros ejemplares de elefantes asiáticos para renovar su ánimo y sociabilidad, mejora de las condiciones y cuidados específicos, o la aportación de una dieta ajustada a las necesidades del animal, entre otros.
Sin embargo, desplazar a una elefanta de cincuenta años a través de las fronteras argentinas, cerradas por la pandemia del Covid-19, junto a un amplio equipo de técnicos especializados en el cuidado de estos animales, supuso una logística muy compleja. ¿Cómo crees que lo resolvieron? ¡Sigue leyendo!
La llegada de Mara a su nuevo hogar
Por norma general, el traslado de animales entre países supone enfrentarse a una gran cantidad de papeleo. La burocracia es necesaria para evitar el contrabando de especies en peligro de extinción, pero también supuso, con el impacto de la pandemia, una ralentización añadida para todo el proceso.
Superados estos trámites, y con la ayuda de los funcionarios de ambos gobiernos, conmovidos con la peculiar historia de esta elefanta, Mara fue trasladada a través de más de 2.700 kilómetros. Cruzando numerosas fronteras, el desplazo requirió un convoy, una caja de transporte de gran tamaño, y la compañía de cuatro técnicos autorizados. ¡Mara estaba por fin en casa!
A su llegada, lo primero que hizo la elefanta Mara fue estirar las piernas, realizar un primer paseo de reconocimiento por su nuevo hogar, darse un baño de arcilla… y alimentarse con la hierba del suelo, ¡por primera vez!
Desde entonces, Mara disfruta de las mejores condiciones y cuidados. Comparte sus hábitos y rutinas con otros compañeros elefantes como la asiática Ranaz, con la que formó un vínculo rápidamente. ¡Un cambio de vida radical que nos hace reflexionar sobre la importancia de poner fin al cautiverio de estas especies!
¡Conviértete en cuidador de animales de Zoológico!
La fascinante aventura de la elefanta Mara es una de las numerosas historias de rescate de animales que demuestran la importancia de que especies como estas habiten en espacios naturales, disfruten de las mejores condiciones, y reciban los cuidados de profesionales especializados.
Las especies de elefantes en cautiverio pueden vivir hasta una media de 75 años. ¡A Mara todavía le quedan 20 años de aventuras por vivir!
Estos profesionales deben estar familiarizados con todas las características propias de la especie: su alimentación, hábitos de comportamiento, reproducción, cría de nuevas especies… ¡Es una labor muy importante que requiere una buena formación y un alto nivel de especialización!
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