Tortuga caimán: ¿cuáles son sus características?
Tortuga caimán: solo el nombre ya resulta inquietante, ¿verdad? Y sin lugar a dudas, despierta nuestra curiosidad. Las tortugas son seres que descienden directamente de los grandes saurios prehistóricos, y cuyo aspecto ha evolucionado muy poco de las primeras que pisaron la Tierra. Pues bien: en el caso que nos ocupa, esto es mucho más cierto. Por su aspecto, la tortuga caimán es digno de figurar en cualquier película «de monstruos» que se precie. Y además, su mordedura es temible. ¿Quieres saber más sobre ella? ¡Sigue leyendo!
¿Por qué se llama «tortuga caimán»?
Habrá quien piense que este nombre es debido a su voracidad y agresividad. Hombre, es bastante menos pacífica que las tortugas domésticas habituales (y su alimentación también difiere)… Pero en realidad no es esa la razón. Si te fijas en su caparazón, está formado por tres hileras paralelas de picos (hileras osteodérmicas), similares a las que adornan los lomos de los caimanes.
Esto, unido a su poderosa mandíbula, le han otorgado su nombre común. En inglés también, ya que se las conoce como alligator turtles. Pero en realidad, la nomenclatura latina a la que responde esta especie es Macrochelys temminckii. El nombre se le puso como homenaje a zoólogo Coenraad Jacob Temminck. ¿Quieres ampliar tus conocimientos sobre esta y otras especies fuera de lo común? Pues no dudes en informarte sobre la posibilidad de hacer un curso de Técnico en Animales Exóticos. Y entretanto, sigamos conociendo a estas fantásticas criaturas.
La potente mordida de la tortuga caimán tiene poco que envidiar a la de los grandes reptiles carnívoros. Por supuesto, al igual que el resto de las tortugas, no tiene dientes; pero sus mandíbulas ejercen una fuerza extrema, capaz de romper incluso huesos. Esta es una buena razón para pensárselo muy bien a la hora de tener una tortuga caimán como mascota… Pero ya volveremos luego a eso.
Una tortuga más americana que Biden
Estos singulares animales tienen su hábitat en Norteamérica. Concretamente, es una especie endémica de Illinois. Sin embargo, en la actualidad ya no quedan individuos en estado salvaje; los que existen son resultado de la cría en cautividad, destinada a la perpetuación de la especie (y en algunos casos, a la venta).
Aunque esto no es del todo cierto. Según esta sorprendente noticia publicada por National Geographic, en el año 2017 se localizó en Illinois un ejemplar no registrado. Desde el año 1987 no se había tenido noticias de ninguna tortuga salvaje; las que sobreviven en el entorno natural proceden de centros de reproducción y están anilladas y controladas.
Al parecer, un herpetólogo que estaba realizando el seguimiento de un ejemplar liberado se encontró con algo que no esperaba: una tortuga caimán totalmente desconocida para él. Se trataba de una hembra de 18 años sin dispositivo de rastreo. El espécimen fue convenientemente catalogado y registrado, si bien su dispositivo perdió la señal al poco tiempo de volverlo a liberar.
Si quieres tener una tortuga caimán como mascota, ¡ojo!
Creo que no es necesario decir que estas no son unas tortugas de esas que puedes dejar tranquilamente en su acuario. Por una parte, son enormes: pueden alcanzar los 80 kilos de peso. Por otra, necesitan estanques grandes para sumergirse y nadar. Y por último, algo muy importante: son animales salvajes, no domésticos. Esto quiere decir que pueden ser peligrosas.
La mordida de la tortuga caimán es muy poderosa, ya que tiene unas mandíbulas muy fuertes. Es cierto que no son animales muy agresivos y que solo muerden cuando cazan, comen o se sienten en peligro. Pero aun así, tenlo en cuenta.
De hecho, tener una tortuga de estas características no es una buena idea. Hablamos de animales que no están acostumbrados a interactuar con los seres humanos: ser mascotas no está en su naturaleza. Al final, no deja de ser un capricho que de ningún modo mejorará la vida de la tortuga ni el futuro de la especie en general. ¡Piénsalo bien!
Características físicas de la especie: más cosas a aprender
Además de su gran tamaño y su potente mordedura, esta tortuga tiene otras características que la hacen especialmente interesante. Como es normal teniendo en cuenta la envergadura de las mandíbulas, su cabeza es muy grande. Tiene una cola muy larga comparada, y atención, porque su lengua es también bastante peculiar. Es larga y estrecha, similar a un gusano; y en ocasiones, la tortuga caimán la usa como cebo para cazar. ¿Es o no es un bicho de lo más curioso?
La alimentación de estos animales es fundamentalmente carnívora y piscívora. Tampoco rechazan las algas y otros vegetales, y en cautividad comen a menudo frutas y verduras. Su potente mordida y su agilidad en el agua (en la que pasan el 90% de sus vidas) les permite incluir entre sus presas a ranas, peces grandes, cangrejos e incluso pequeños mamíferos, como ratones.
Una de las características más peculiares de estos animales es su increíble longevidad. ¡Una tortuga caimán puede llegar a vivir hasta 200 años! Sin embargo, en cautividad se les calcula un máximo de 70 años. Vamos, que si por cualquier motivo se te ocurriera adoptar a un animal de esta especie (algo que, como comentaba antes, no es en absoluto recomendable), prepárate: es probable que viva más que tu. Una herencia bien curiosa para dejar a tus hijos…
Trabajar con tortugas caimán: ¿es una opción?
En este caso, y a diferencia de lo que comentábamos sobre las mascotas, la respuesta es sí. En España no es ilegal tener tortugas caimán en cautividad, siempre que se cuente con los permisos necesarios y se disponga de un hábitat adecuado para ellas. Y por lo tanto, también es necesario que haya profesionales formados para cuidar de su bienestar.
Por lo tanto, si te gustan los animales que se salen de lo común, formarte para trabajar con ellos es una opción más que interesante. Y no solo para ayudar a sus dueños a cuidarlos, sino también como parte de los equipos que trabajan en zoológicos, parques de la naturaleza, centros de recuperación de especies… ¡No es tan sencillo encontrar a profesionales con formación específica!
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