¿Quién no ha soñado de niño con tener un gran felino como mascota y amigo incondicional? Leones, leopardos y tigres: su belleza y potencia despiertan auténticas pasiones. Pero de ahí a tenerlos en casa, va un buen trecho... Por eso, seres tan increíbles como el gato savannah se han convertido hoy en las mascotas más deseadas. Si no conoces esta raza gatuna, no te pierdas este artículo donde te explico cómo son estos mininos, cuál es su historia y qué debes hacer si quieres tener uno como mascota. ¿Me acompañas?

Gato savannah: un digno descendiente del serval africano

A no ser que seas Jesulín de Ubrique, es poco probable que puedas tener un gran felino salvaje en casa. Pero es un deseo común a muchas personas, y tan polémico como habitual. Esta es la razón por la que durante décadas se ha practicado la hibridación de razas, enfocada a obtener nuevas especies de gatos con un aspecto más salvaje que el de los michinos domésticos. Una práctica controvertida que en determinados países, como Australia, ha ocasionado la prohibición de tener gatos savannah como animales domésticos.

Si te apasionan los animales y quieres trabajar en su protección, conservación y bienestar, no lo dudes: hacer un Curso de Auxiliar y Asistente Técnico Veterinario te dará la oportunidad de trabajar con mascotas tan bellas y especiales como el gato savannah, y con muchas otras igualmente fascinantes. ¡Piénsalo!

Este precioso animal tiene el honor de ser el gato doméstico híbrido más grande de los que se conocen. Hoy día, el gato savannah está considerado una raza reconocida por la TICA, que lo hizo en el año 2001. Sin embargo, no fue hasta 2012 cuando se permitió su participación en ferias, competiciones y exposiciones felinas. El primer ejemplar nació en 1986, cuando una mujer estadounidense que tenía un serval en casa (hay gente para todo) lo cruzó con su gata siamesa. El nombre de la raza viene precisamente de esa primera cría, a la que se le puso como homenaje al origen africano de su padre el serval.

Un felino con "permiso de circulación"

En nuestro país, el gato savannah está considerado especie exótica. Esto es así porque la otra gran asociación mundial, la FIFe, a la que pertenece la filial española (Asociación Felina Española, ASFE), no lo reconoce como raza. De hecho, la TICA es la única organización que lo hace; y con solo ejemplares a partir de cierta generación. Pero ya hablaremos de eso más tarde.

El hecho de que el gato savannah sea una especie exótica hace que sus propietarios deban contar con permisos específicos para tener un ejemplar en casa. En concreto, la licencia que hay que poseer la otorga el CITES, el Certificado sobre el Convenio Internacional de Especies de Fauna y Flora Silvestre. ¿Por qué tanta prevención? Muy sencillo: estos animales están considerados "razas invasoras", y si son liberados en el medio natural pueden causar daños muy graves en los ecosistemas. Ya conocemos casos como el de las cotorras argentinas... ¡Más vale prevenir!

Por otra parte, no todos los gatos descendientes de servales son considerados gatos domésticos. En los cruces e hibridaciones de animales domésticos, las distintas generaciones se califican con una F y un número. Así, la primera generación de gatitos nacidos de serval y gato será la F1. Cuando se cruza a esta camada con otro gato doméstico, la segunda generación será la F2. Ojo, porque si esta camada se cruza de nuevo con serval, volverá a ser F1... Actualmente, para tener un gato savannah en casa (hablamos de países donde está permitido) debe ser un ejemplar F4, considerado animal no salvaje y con los genes del serval prácticamente diluidos.

¿Cómo es el gato savannah? Un minino con récord Guinness

Polémicas y clasificaciones fuera, está claro que estos animales son una auténtica belleza. Suman el carácter amistoso y hogareño de los mininos caseros al gran tamaño, el pelaje a manchas y la vibrante vitalidad de los felinos salvajes. Por esta razón, son muchas las personas que quieren tener uno... Y ya pueden empezar a ahorrar, porque el precio una cría con genes de pureza puede alcanzar los 10.000 dólares. Su gran tamaño, por cierto, ha logrado que un ejemplar se hiciera con el récord Guinness de altura para un gato doméstico: nada menos que 48 centímetros. ¡Todo un gatazo!

En general, estos gatos tienen un peso entre 6 y 10 kg, aunque algunos ejemplares XXL han alcanzado los 23 kilos. Suelen tener la cabeza pequeña y con grandes orejas, heredadas de su tatarabuelo el serval. Pero si algo caracteriza a estos animales es su bellísimo pelaje: puede ser marrón claro, amarillo oscuro o anaranjado, pero siempre con las características manchas negras que nos recuerdan tanto a las de los leopardos.

Por otra parte, si quieres tener un gato savannah en casa, hay otros aspectos que debes tener en cuenta. Estos animales no son gatos domésticos, de esos que se pasan el día durmiendo en tu manta favorita y se desfogan corriendo por la casa durante 10 minutos. Los savannah necesitan hacer ejercicio: pueden dar saltos de hasta 2,5 metros de longitud. Imagínatelo en el salón de tu casa... No mola, ¿verdad? Si tienes un jardín bien cerrado, genial. En caso contrario, deberás hacerte con un arnés y sacarlo frecuentemente para que se ejercite.

Algo más que debes tener en cuenta es la alimentación del animal. De nuevo, la clásica latita y el pienso para mininos son serán de mucha ayuda... El gato savannah necesita una dieta de alto contenido en carne y sin otros ingredientes, como cereales o verduras. Lo mejor es preguntar a un profesional de la nutrición felina para que planifique una dieta adecuada, y mantener un seguimiento de la salud del animal.

Amamos a los gatos, sí... Pero ¡cuidado con la hibridación!

Está claro que el gato savannah es un animal bellísimo y muy interesante. Pero no hay que olvidar que esta raza no es más que un capricho del ser humano, y que en muchísimos casos el único objetivo de quienes la fomentan es ganar dinero. Los animales no deberían ser objeto de especulación, y mucho menos de manipulación. Convivir con un gato doméstico sin ancestros salvajes, sea adoptado de la calle o de raza, nos ofrece todas las satisfacciones del mundo sin necesidad de alterar el medioambiente cruzando seres salvajes y domésticos.

Por tanto, si quieres vivir la experiencia de tener un felino en casa, ¡apúntate a la adopción! Los gatitos comunes son preciosos, cariñosos y fieles, y convivir con ellos no da más que alegrías. No tendrás que desembolsar un montón de dinero y disfrutarás de su belleza y su carácter indómito. Recuerda: todos los gatos son descendientes de los grandes felinos, de los cuales conservan su carácter y su apariencia. Es el caso, por ejemplo, del gato atigrado, un animal en cuyo pelaje descubrimos los genes de los leopardos, los tigres y los ocelotes.

¿Te gustaría trabajar con gatos, perros y demás "parientes"?

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