Megafauna australiana: los gigantes de las antípodas
La megafauna australiana es uno de los grupos de enormes mamíferos que un día habitaron nuestro planeta (o lo habitan aún), según las zonas geográficas. Estos impresionantes seres han quedado relegados a un segundo plano por la gran fascinación que despiertan los dinosaurios. Pero cuando los conoces, no los puedes olvidar.
Vamos a conocer a los gigantes que poblaron el continente australiano durante parte de la Prehistoria: te garantizo que vas a alucinar.
¿Megafauna? ¿Pero eso no es el nombre de un grupo indie?
En primer lugar, y por si todavía no lo sabes, vamos a ver qué es exactamente eso de «megafauna». El nombre parece referirse a todos los grandes animales de la Tierra, pero por convención se ha decidido otorgarles este título solo a aquellos mamiferos que superan cierta talla XXL. Aunque algunos no parecen demasiado imponentes (entrarían aquellos que pasan de los 44 kg de peso, y concretamente en Australia, los de más de 40 kg), otros superan nuestra capacidad de imaginación.
No te dejes engañar por ciertas películas o libros que muestran al ser humano conviviendo con dinosaurios, mamuts, tigres de dientes de sable y puede que hasta extraterrestres. Por ejemplo, los grandes mamíferos y el ser humano no habitaron nuestro planeta hasta después de la extinción de los dinosaurios y el fin del período Cretácico (hace nada menos que 65 millones de años…).
No voy a extenderme mucho más en aspectos generales sobre el tema. En su lugar, te invito a leer esta completísima guía sobre la megafauna: qué es y qué especies la conformaron a nivel mundial. Un artículo lleno de interés, tan creativo y divertido como completo. ¡No te lo pierdas!
¿Y qué hay sobre la megafauna australiana? Pues si curiosos nos parecen estos enormes animales en general, vas a flipar con los de nuestras antípodas. Un canguro de más de dos metros de altura que podía levantar los brazos sobre su cabeza, un león marsupial tan fiero como letal… Y junto con los mamíferos, también se encontraban otros seres increíbles como una serpiente de 6 metros de longitud y el grosor del tronco de un árbol. ¡Ni el mago Ray Harryhausen hubiera imaginado monstruos como estos!
Megafauna australiana: un dream team demoledor
Vale, vale, vamos al turrón. El dream team de la megafauna australiana está formado por una alineación tan bizarra como increíble. Quédate con sus nombres:
- Wonambi naracoortensis
- Procoptodon goliah
- Thylacoleo carnifex
- Dromornis stirtoni
- Diprotodon optatum
- Palorchestes painei
- Varanus priscus
O mejor, no te quedes con ellos… A no ser que quieras ser todo un experto en el tema. ¿Y por qué no? Un Curso de Especialista en Grandes Mamíferos Terrestres te ayudará a saber mucho más sobre algunos de los animales que conforman la megafauna: los que pasaron a la historia y los que todavía sobreviven. Y además, te formarás para trabajar en zoológicos, parques de la naturaleza y centros de recuperación de especies. Increíble.
Y ahora, vamos a conocer de cerca a los cuatro magníficos de la megafauna australiana (y a otros tres animales enormes y fascinantes). ¿Estás listo?
1. Procoptodon goliah, el canguro descomunal
El tamaño de esta bestia prehistórica le ha ganado con creces su apellido, goliah. Antepasado de los actuales canguros, se diferenciaba de ellos en su envergadura: llegaba a alcanzar los dos metros de altura, solo equiparable a la de los especímenes más grandes de canguros rojos. Y aun así, era el doble de pesado que ellos. Otra peculiaridad era su capacidad para levantar los brazos por encima de la cabeza, algo que los canguros «estándar» no son capaces de hacer. Provistas de grandes garras, las zarpas de este animal podían arrancar así las hojas y los frutos más altos de los árboles.
La especie procoptodon (hoy totalmente extinta) estaba formada por canguros con una cara curiosamente achatada. Muy distinta, desde luego, de la de los canguros que pueblan hoy el continente australiano. Y no debía ser un animal muy simpático: los aborígenes conservan leyendas que hablan de un «fiero canguro de brazos largos». Raro sería que no tuviesen nada que ver…
2. Thylacoleo carnifex: ¡cuidado, que te come el tigre (marsupial)!
Puede que no hay sido el felino más grande de la megafauna, australiana o de cualquier otra parte del mundo. Pero el tylacoleo carnifex fue, sin duda, uno de los más letales. Su tamaño era más o menos como el de un leopardo; pero sus enormes colmillos y sus mandíbulas, provistas de una fuerza descomunal, hacían de él una auténtica máquina de matar. Era también un animal potente y poderoso, que podía alcanzar los 160 kilos de peso.
¿No te lo crees? Pues ahí va la opinión de los expertos: tras estudiar los cráneos conservados de estos animales, el científico Stephen Wroe señaló que si se enfrentase a un león africano, el thylacoleo carnifex tendría todas las de ganar. Eso sí, no sabemos que pensaría de la melena (eso de tener pelos en la comida no mola nada).
3. Diprotodon optatum, tan grande como bonachón
Si raros son ya para nosotros los uombats (marsupiales australianos de la misma especie que los koalas, mucho más populares y famosos), qué vamos a decir de este increíble integrante de la megafauna australiana. La especie diprotodon vivió en nuestras antípodas desde hace 1,8 millones de años (año arriba, año abajo) hasta su extinción total hace unos 40.000 años. Dentro de la especie, el diprotodon optatum tiene a gala ser el mayor marsupial que ha pisado alguna vez nuestro planeta. Eran animales hervíboros de un tamaño descomunal: cerca de 3 metros de altura y casi tres toneladas de peso.
Al parecer se trataba de animales pacíficos y lentos, lo que hacía de ellos una presa perfecta para los depredadores. Hablamos de carnívoros como el thylacoleo carnifex, por supuesto; pero también el ser humano. De hecho, hay numerosas teorías que sugieren que la llegada de nuestra especie supuso el principio del fin para los pobres diptrodones, y para muchos animales… Aunque también hay teorías que contradicen esta información.
4. Palorchestes painei, más destructivo que Atila
La leyenda dice que por donde pasaba Atila, rey de los hunos, no volvía a crecer la hierba. Pues por donde circulaba el palorchestes painei las consecuencias para el paisaje eran aún peores, porque este animal no tenía ningún problema en cargarse todos los árboles que encontraba a su paso. Su aspecto era similar al de un tapir y era también un mamífero marsupial, muy cercano a la familia de los uombats.
Su tamaño era más o menos el de una vaca grande. Con una longitud que alcanzaba los 2,5 metros de longitud y provisto de fuertes garras, podía arrancar la corteza de los árboles y excavar para sacar sus raíces. La lengua alargada y retráctil recuerda mucho a la de las jirafas, que también la emplean para arrancar hojas y cortezas; pero esto es todo lo que este extinto mamífero y las elegantes habitantes de la sabana africana tienen en común.
No son estrictamente megafauna australiana, pero… ¡Nos encantan!
Y ahora, vamos con tres «gigantes» que no eran mamíferos, pero sí seres casi mitológicos. Enormes y muy peligrosos, este trío de ases está formado por un pájaro, una serpiente y un dragón. ¿Qué mas se puede pedir?
3. Dromornis Stirtoni, el pájaro Roc que no podía volar
Si has leído las historias de Simbad el Marino o has visto la película Simbad y la princesa (una maravilla de los efectos especiales y el cine fantástico de los años 50), sabrás de qué estoy hablando. Junto con la megafauna australiana se podía encontrar también faltar un pájaro gigantesco, papel que el dromornis stirtoni cumple a la perfección. El pájaro Roc era un ave mitológica que aparece en los viajes de Simbad, y por su enorme tamaño bien podría ser pariente de nuestro amigo australiano.
A diferencia de este animal de fantasía, la que nos ocupa vivió en Australia en el Mioceno superior (hace unos ocho millones de años) no podía volar. Sus pequeñas alas eran meros adornos, incapaces de elevar por el aire el corpachón de 3 metros de altura y 450 kilos de peso. A pesar de su estrafalario y divertido aspecto, había que tener cuidado con el dormornis stirtoni; hay expertos que aseguran que su poderoso pico estaba diseñado para una alimentación carnívora. ¡Brrr…!
7. Varanus priscus, un auténtico dragón de 7 metros
Antes hablaba sobre el thylacoleo carnifex como el depredador más peligroso de la megafauna australiana. Pues tan peligroso como él, o más, el varanus priscus (también conocido como megalania, «gran errante») podía superar su capacidad destructiva. Este animal era un lagarto de dimensiones colosales, tan agresivo y peligroso como cualquier inquilino del Jurassic Park de Spielberg.
Hablamos del lagarto más grande que jamás haya pisado la faz de la Tierra. Los restos fósiles han permitido a los paleontólogos calcular que el varanus priscus podían alcanzar los 7 metros de longitud y las casi dos toneladas de peso. Su velocidad era similar a la de un cocodrilo, y atacaba a todo tipo de presas. A día de hoy, lo más parecido que encontramos en nuestro planeta es el famoso dragón de Komodo, un peligroso reptil XXL que habita en Indonesia.
8. Wonambi naracoortensis, una serpiente casi mitológica
Este espectacular animal podría ser el protagonista de una película de terror. Casi como el temible Basilisco de Harry Potter, ese cuyos susurros escuchaba el atribulado protagonista de la saga, era de un tamaño increíble. Se trataba de una serpiente que vivió en el Sur de Australia durante el Pleistoceno. Su nombre tiene dos orígenes: la palabra wonambi procede del término aborigen «serpiente arco iris», mientras que naracoortensis se refiere a la región de Naracoorte, donde se encontraron los restos que permitieron identificar al animal.
Las dimensiones de esta serpiente eran realmente fabulosas. Podían alcanzar los seis metros de longitud y su cuerpo tenia un grosor de entre 15 y 20 centímetros. Al parecer, era un animal que cazaba al acecho; y a pesar de su enorme presencia, su cabeza era bastante pequeña y esto hacía que solo pudiera cazar presas pequeñas. ¡Imagínate la frustración del pobre reptil!
Conoce a fondo la megafauna australiana y otros maravillosos animales
Son tan increíbles, espectaculares y poderosos, que es difícil imaginar un planeta donde habitaban estos animales. Pero existieron, y a día de hoy sus genes se perpetúan en otros seres que pueblan distintas regiones de la Tierra. Muchos de los grandes mamíferos terrestres son descendientes de seres tan impresionantes como los que forman parte de la megafauna australiana; si te han gustado estos, seguro que también te apasionan los demás.
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