Hay personas que tienen un lazo especial con los animales. Las ves interactuar con ellos y simplemente sabes que encajan a la perfección. Es el caso de Elena Fondón, una antigua alumna a la que la pandemia hizo reflexionar sobre su verdadero objetivo profesional. Después de formarse como Asistente y Auxiliar Técnico Veterinario, ha conseguido un puesto de trabajo en la clínica en la que realizó las prácticas.

“Siempre hubo una parte de mí que deseaba trabajar por y para los animales”, explica, pensando en los valores que le inculcó su familia desde bien pequeña. Un gato persa, un San Bernardo, otras tres gatas rescatadas y un cruce de Border Collie que convive con las tres felinas… Es la manada más cercana a Elena, la que le echa una pata y viceversa a diario, cuando necesita un extra de ánimo.

 

Con ganas de aprender más

Pero cada día que pasa la manada de esta Nubika Lover es más grande porque desde su empleo conoce a muchos pacientes achuchables. “Tuve la suerte de terminar mis prácticas como ATV en una clínica veterinaria y empezar a trabajar allí. Estoy muy feliz, aunque aún queda por aprender”, destaca.

Entre sus quehaceres diarios están la monitorización de pacientes, la ayuda en quirófano, dar amor a los animalitos -como ella misma puntualiza-, atender el teléfono, tareas de laboratorio, albaranes, gestión de pedidos… No tiene cien manos, pero casi lo parece porque es capaz de tejer su agenda con la maestría que lo haría una araña con su tela.

De sus pacientes tiene una pequeña reflexión: “A nuestra clínica acuden gatos y perros, y podría decir que no hay ni mejores ni peores: cada gato es un mundo, los hay que solo tienen miedo, los hay con miedo y, por ello, se convierten en pequeñas fierecillas, y los hay altamente adorables... Con los perrinos… pues suelen ser todos bueninos, pero como en todo, depende del caso”.

 

Conquista por el estómago

De hecho, tras su paso por Nubika, una de sus mejores anécdotas en su puesto de trabajo ha sido ver como una gatita que encontraron en el motor de un coche se ha ido recuperando y confiando en todo el equipo. Eso sí, pechuga de pavo mediante.

“Nubika me ha aportado todo lo vivido en la clínica, porque gracias a decidirme a hacer el curso hoy puedo contar esto. La plataforma está bien, tienes muchos vídeos de veterinarios explicando y te resuelven cualquier duda”. Así que, si te pareces un mínimo a Elena, ¡no te quedes con las ganas de cumplir tu sueño!