Beneficios de la terapia asistida con animales, ¿cuáles son?

La terapia asistida con animales (TAA) tiene beneficios importantes en el bienestar físico y psicológico de las personas. Sirve de apoyo ante situaciones leves como la soledad o el estrés, pero también frente a cuadros más patológicos, como las demencias.

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1. Reducción del estrés

El uso de animales de terapia para la ansiedad está muy extendido. Hay numerosos estudios que acreditan la estabilidad emocional que da convivir con nuestros compañeros de cuatro patas, tanto a nivel mental como físico.

El ronroneo de los gatos, por ejemplo, reduce la tensión arterial. La compañía que dan estos animales y el vínculo que se forja con ellos permiten del mismo modo que disminuyan potenciales disparadores de graves enfermedades mentales como puede ser la depresión.

La compañía de los animales promueve el equilibrio mental y la gestión de las emociones

Incluso aunque no se viva con ellos, su participación en sesiones terapéuticas ya tiene un efecto beneficioso para los/as pacientes. Lo demostró en un informe el Hospital Clínic de Barcelona, que detectó una bajada significativa en las crisis emocionales de sus usuarios/as al emplear esta terapia.

2. Mejora del estado de ánimo

Otro de los beneficios de la terapia asistida con animales es el aumento del optimismo y de la capacidad para afrontar desafíos vitales. Al realizar actividades en compañía de un ser que no les juzga y sin la complejidad de las relaciones humanas, los/as pacientes se sienten más tranquilos y libres para expresarse como son.

En consecuencia, al/la terapeuta le resulta más fácil conectar con ellos/as y ayudarles a avanzar. De hecho, el contacto con los animales produce incluso efectos a nivel físico:

• Reducción del cortisol: la famosa hormona del estrés se equilibra ante los animales. La interacción con ellos es una distracción frente a los pensamientos negativos.
• Relajación de la musculatura: acariciar a un perro o cepillar a un caballo propicia la producción de endorfinas y destensa el cuerpo.

3. Estímulo social

Uno de los objetivos de la terapia asistida con animales es la socialización. Y es que la TAA mejora sustancialmente la capacidad de las personas para crear vínculos, ya que lo que se establece con el animal no deja de ser una conexión.

Con él se entrenan habilidades como la empatía, la responsabilidad o la comunicación, que, después, pueden aplicarse a las relaciones humanas. Además, los/as usuarios/as se sienten más respaldados con sus compañeros peludos, lo que puede ayudarles a afrontar situaciones sociales que, a priori, les estresarían.

4. Aumento de la motivación

Un perro o u gato de terapia son, en ocasiones, la solución a pacientes con anhedonia o que no tienen incentivos. Suponen un buen punto de entrada al proceso terapéutico, ya que las personas se sienten más proclives a interactuar con las mascotas.

Si, además, tienen que educarlas o cuidarlas, es probable que vean cómo aumenta su autonomía e incluso que sientan cierta sensación de éxito. A la larga, eso creará nuevas conexiones neuronales que reforzarán esas actuaciones —la mente buscará cómo volver a sentir el bienestar de ese triunfo— y que les ayudarán a mejorar su calidad de vida.

5. Desarrollo de habilidades motoras

De los tipos de terapias asistidas con animales que se emplean para mejorar el movimiento y la coordinación, la equina es probablemente una de las más populares. Se ha demostrado que la equinoterapia ayuda mucho a niños/as con autismo severo, pero también a pacientes con artrosis, alzhéimer o esclerosis múltiple.

Cepillarlos o cabalgarlos les permiten trabajar la musculatura y los sentidos. Entre otras cosas, la terapia asistida con animales tiene beneficios en su higiene postural y en habilidades cognitivas tales como la concentración y la memoria.

6. Mejora de la autoestima

La sensación de éxito de la que hablamos en el anterior epígrafe tiene otras consecuencias sobre la salud de las personas. Concretamente, sobre su autoestima, porque alcanzar una meta hace que mejore el concepto que tenemos sobre nosotros/as mismos/as.

La cadena de pensamientos que se produce es la siguiente: “si soy capaz de conseguir esto, también podré enfrentarme a eso otro”. De esta manera, la persona gana cada vez más confianza y se valora más positivamente.

La terapia con animales está especialmente recomendada para personas que han sufrido rechazo o abandono

A este respecto, un perfil que obtendrá grandes beneficios de la terapia asistida con animales es aquel que haya sufrido algún tipo de rechazo o abandono, o que haya pasado por una situación traumática. La razón es que la fauna ofrece un afecto incondicional, que hará que el/la paciente se sienta comprendido/a, aceptado/a y valorado/a independientemente de lo que le haya ocurrido o de sus características particulares.

Por ejemplo, la TAA ha sido empleada exitosamente en menores víctimas de violencia sexual, así como en niños/as marcados/as por la negligencia de sus progenitores/as o de sus seres queridos.

7. Reducción de la sensación de soledad

Si se llaman animales de compañía, es por algo muy evidente: hacen que nos sintamos menos solos/as. Así, un perro, un gato o un caballo de terapia reducirá el sentimiento de soledad de los/as pacientes aislados/as y favorecerá que entablen conversaciones con otras personas a raíz del animal.

Los efectos frente a la reclusión se han puesto a prueba, sobre todo, en la población más sénior. Se ha comprobado que la terapia con animales para ancianos/as tiene muchos beneficios entre los/as mayores, como ayudar a que se mantengan activos/as y a que conserven sus capacidades durante más tiempo. Del mismo modo, la TAA alivia los síntomas de las principales enfermedades que afectan a este segmento poblacional, como las crisis de ira de los pacientes con alzhéimer.

¡Explora el lado más curativo del afecto animal!

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Bibliografía