Espasmos en gatos: comprendiendo las causas y soluciones

Los espasmos en los gatos son un fenómeno bastante común. En muchos casos su causa es inocua y no tiene relevancia, pero algunas veces son un signo de que existe una dolencia que conviene tratar.

Si la conducta se repite con una alta frecuencia y el animal presenta algún cambio en su comportamiento, será el momento de ponerse alerta. Las formaciones como los cursos de asistente y auxiliar técnico/a veterinario/a te darán ventaja para identificar las señales sospechosas, pero te recomendamos que siempre acudas a una clínica para determinar con seguridad por qué ocurren. ¡Lee y descúbrelo todo sobre estas convulsiones!

¿Qué son los espasmos en gatos y por qué ocurren?

Los espasmos, tanto en los gatos como en el resto de los seres vivos, son movimientos bruscos e involuntarios del cuerpo. Es decir, una especie de temblor violento, que puede centrarse en un punto localizado de la anatomía o afectar a grandes áreas de la musculatura.

La mayoría de las veces, lo que las familias presencian son espasmos nocturnos, convulsiones provocadas por los estímulos nerviosos del cerebro que hacen que el felino se mueva mientras duerme. Por lo general, los temblores se dan en las patas y en el rostro, especialmente en la zona de la mandíbula.

No obstante, los espasmos en gatos también pueden tener una causa patológica. Eso significa que existe una dolencia de fondo que los provoca, que va desde las bajadas de azúcar hasta los problemas neurológicos de gran calado.

Identificando los síntomas: cuándo preocuparse

Si percibes espasmos en tus gatos, ¡mantén la calma! Lo más probable, como hemos dicho, es que no se trate de nada demasiado importante.

Sin embargo, debes vigilar a tu amigo para ver si existe otra sintomatología. Algunos de los signos que deben disparar tus alarmas son:

• Desorientación y movimientos torpes. Es lo que se conoce como ataxia en los gatos.
• Existencia de contusiones o de cojeras.
• Comportamientos obsesivos o agresivos, acompañados o no de un excesivo maullido y de “carreras” por la casa.
• Inactividad o falta de hambre.
• Vómitos y diarrea.
• Descenso o ascenso anormal de la temperatura del cuerpo.
• Pérdida de la consciencia.
• Aumento de la salivación.

Principales causas de los espasmos en felinos

En el caso de los espasmos en los gatos de origen clínico, encontramos varias afecciones que responden rápidamente a un tratamiento. Un simple cambio en la dieta o el suministro de medicamentos pueden acabar con las convulsiones y restablecer la salud de tu animal de compañía.

Si lo que está dañado es el cerebro u otros órganos como el hígado o los riñones, el abordaje de la dolencia será un poco más complicado. A continuación, vamos a explicarte las causas más frecuentes de los temblores en los gatos. ¡Toma nota!

Fase REM o hipotermia

Empezamos con dos de las causas más inocuas de los espasmos en gatos. La primera es que, sencillamente, están durmiendo y se mueven porque sueñan. La segunda, la hipotermia, son puros temblores causados por el frío. Dale un poco de calor a tu compañero y acude a un/a veterinario/a si las convulsiones no se detienen.

Hipoglucemia

Aquí hay dos posibles causas: una bajada de azúcar provocada por una mala alimentación o diabetes, que en los gatos también se produce. En ambas situaciones habrá que realizar cambios en la dieta, aunque la diabetes —al ser una enfermedad autoinmune—, requerirá de inyecciones de insulina y controles periódicos de los valores glucémicos.

Intoxicación

Los espasmos en los gatos también pueden deberse a una intoxicación alimentaria. Hay que tener muy claro qué pueden comer los gatos y, si se cree que han tomado algún alimento dañino, llevarlos lo antes posible a la clínica veterinaria.

Del mismo modo, te animamos a revisar el menú que suele consumir tu amigo peludo, ya que a veces el problema no está en lo que come, sino en no comer. La desnutrición es otro factor que desencadena las convulsiones. ¡Comprueba que ingiere las calorías, vitaminas y minerales que necesita para mantenerse sano!

Traumatismos

Cuando los felinos se dan un golpe, pueden realizar movimientos involuntarios al desplazarse o en los picos de dolor. Ocurre lo mismo en enfermedades con manifestaciones dolorosas, como las reumáticas, las digestivas o los problemas de páncreas.

Hiperestesia felina

La hiperestesia felina es una enfermedad que provoca espasmos en los gatos, principalmente desde el lomo hasta la cola. Se producen dentro de ataques en los que los animales también experimentan:

• Pupilas dilatadas.
• Lamido excesivo y violento.
• Carreras y arremetidas contra presas invisibles.
• Incontinencia urinaria.
• Maullidos intensos.

No se tiene claro cuáles son las causas, pero se cree que está relacionado con altos niveles de estrés, o con ciertos trastornos nerviosos o dermatológicos. Y es que los felinos sufren una hipersensibilidad en la dermis, que les da la sensación de que hay algo en su piel que tienen que combatir.

Epilepsia

La epilepsia en gatos también genera espasmos, como les ocurre a las personas afectadas por esta enfermedad. En este caso, hablamos de un problema de tipo neurológico, es decir, causado por una alteración en el cerebro: cuando un grupo de neuronas aumenta de manera excesiva su actividad, se desencadenan los ataques, protagonizados por las convulsiones.

Tratamientos y cuidados para gatos con espasmos

El tratamiento para aliviar los espasmos en los gatos depende de su causa. Si el origen es patológico, se deben seguir las indicaciones de un/a especialista en veterinaria y revisar periódicamente el estado de salud del animal para determinar si la enfermedad progresa o no.

En ciertos casos, habrá que suministrarle anticonvulsivos, analgésicos o medicamentos antiinflamatorios. También se recomienda adaptar el menú a la sintomatología —por ejemplo, proporcionarles una dieta blanda a los gatos con diarrea además de convulsiones—, asegurándose de que tienen la energía necesaria para afrontar los altibajos de su dolencia.

Otros consejos que recibirás por parte del/la facultativo/a es que el felino lleve un estilo de vida saludable, con ejercicio físico regular y una higiene adecuada. Acuérdate de usar un buen cepillo para gatos y de darle malta para prevenir la formación de bolas de pelo.

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Bibliografía

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Nota: El artículo no es clínico y los contenidos pueden no corresponder con una situación de salud veterinaria específica al no ser redactados por especialistas. Recomendamos acudir al médico veterinario para el tratamiento o consejo de cualquier problema de salud de tu mascota.