Parásitos en perros: una guía completa para la prevención y tratamiento

¿Qué tipos de parásitos hay en los perros? ¿Qué síntomas provocan y cómo pueden evitarse? Esas son las preguntas que debería hacerse quien tenga uno de estos animales, ya que la mayoría se infecta si no recibe las desparasitaciones pertinentes. 

De hecho, se estima que el 80% de los cachorros ya nacen con alguna infestación, trasmitida por su madre a través del útero. Para detectarlos a tiempo y ofrecerles los cuidados que necesitan, te recomendamos nuestro Curso de Asistente y Auxiliar Técnico/a Veterinario/a, con el que controlarás las técnicas preventivas para esquivar a los patógenos de los que te hablamos hoy. ¡Toma nota! 

Los parásitos más comunes en caninos 

En los perros, los parásitos más comunes son los gusanos y las pulgas. El contagio de cualquiera de las dos es relativamente sencillo, dado los frecuentes paseos de los que disfrutan los canes. Algunos, además, practican la coprofagia, facilitando mucho más la entrada de patógenos en el organismo. Si estos migran por el cuerpo, pueden afectar a puntos vitales como los pulmones o el corazón, y llegar a ser mortales.  

Aunque hay decenas de agentes que pueden infectar al animal, los parásitos en los perros se dividen normalmente en dos grandes grupos: 

• Internos: viven en el interior del can, usando como vía habitual de entrada la boca, y se aprovechan de él para continuar su ciclo vital.  
• Externos: colonizan el exterior, causando muchas de las principales enfermedades de la piel en perros.  

A continuación, explicaremos cuáles son los patógenos más frecuentes de cada clase. ¡No te lo pierdas! 

Parásitos internos 

Este grupo está formado por los áscaris, los nematodos y los cestodos. Son gusanos de distintas formas (algunos cilíndricos, otros planos…), que residen en los intestinos del can o se desplazan a otras partes del cuerpo.  

La Toxocara canis es uno de los endoparásitos en perros que más se tratan en las consultas, aunque también se dan con frecuencia la cati y la leonina. Normalmente, el contagio se produce cuando los perros ingieren los huevos de las larvas o cuando el cachorro se desarrolla o mama de su madre. 

Una vez dentro, los patógenos pueden migrar al hígado o a los pulmones, e incluso afectar a las articulaciones y a los ojos. Cuando los parásitos están en los perros, a veces infectan a las personas que los acarician o que entran en contacto con las larvas a través de los parques infestados. 

Los áscaris, los nematodos y los cestodos parasitan internamente al animal para desarrollarse en su interior 

Un poco más raros en los humanos, aunque no así en los perros, son los parásitos nematodos como la Ancylostoma caninum, que aprovecha el intestino para crecer y expulsar nuevos huevos junto a las deposiciones del can. Los cestodos (gusanos aplanados), por su parte, presentan una sintomatología mucho menos virulenta en su hospedador definitivo, aunque parasitan, de nuevo, tanto los intestinos como el hígado o los pulmones. 

Parásitos externos 

En los perros, los parásitos que menos nos sorprende encontrar son, probablemente, los externos. Pero ojo, porque la desparasitación de estos animales para librarlos de pulgas, garrapatas, piojos y ácaros es importante.  

Además del malestar que les produce el picor continuo, muchos de estos huéspedes transmiten enfermedades o desencadenan parasitaciones internas. Veamos cuáles son los más importantes: 

• Pulgas: viven en el pelo del animal y se nutren de su sangre. Las pulgas en los perros son de color oscuro y provocan irritaciones en la piel. 
• Piojos: su hábitat también es el pelaje, pero no suelen contagiar enfermedades. 
• Garrapatas: a diferencia de los anteriores, estos parásitos no saltan. Son las principales transmisoras de la enfermedad de Lyme en los perros. 
• Ácaros: los más comunes producen la conocida como sarna sarcópica, en la que los parásitos se abren paso a través de la piel para poner sus huevos.  

Síntomas

Dada la enorme variedad de patógenos que existen, concretar los síntomas de los parásitos en los perros es complicado. Cada uno provoca una reacción diferente, aunque, en general, puedes sospechar que tu compañero tiene estos molestos huéspedes si: 

• Se rasca o se lame mucho. 
• Su pelaje pierde densidad o presenta rojeces en la piel.  
• Tiene problemas intestinales. 
• Pierde el apetito, adelgaza o disminuye su actividad. 

¿Quieres algo más específico? Entonces, te invitamos a echarle un ojo a esta tabla, en la que resumimos la sintomatología de los principales parásitos caninos. ¡Vamos! 

Consecuencias de una infestación no tratada 

Algunas parasitaciones son silentes, pero la mayoría empeoran a medida que se completa el ciclo de los agentes parasitarios. Sin una desparasitación externa en perros y un tratamiento interno para evitar larvas, los patógenos tendrán vía libre para causarle múltiples problemas de salud al animal.  

Los gusanos pulmonares, por ejemplo, son mortales el 10% de las veces. Los de los ojos pueden llegar a dejarles ciegos y los que se desplazan al corazón —con hasta 30 centímetros de longitud— provocan insuficiencias cardiacas.  

Los ectoparásitos no se quedan atrás, ya que las garrapatas transmiten enfermedades como la ehrlichiosis, que daña el sistema inmune, y la babesiosis, que aniquila los glóbulos rojos. Las pulgas también pueden producir anemia, por el hecho de que se alimentan de la sangre, y hacen que el animal esté sumamente incómodo. Así que, si quieres que tenga la mejor calidad de vida posible… ¡Actúa! 

Los métodos más efectivos para prevenir parásitos en perros 

El mejor método para evitar los parásitos en los perros es administrarles los tratamientos antiparasitarios pautados por el/la veterinario/a. Estos suelen tomar la forma de una pastilla que se le da al can cada trimestre y que puede ser solo para agentes internos o para endoparásitos y ectoparásitos.  

Si ataca únicamente a los primeros, hay que combinarlo con técnicas preventivas de pulgas, garrapatas y demás agentes exteriores. Las pipetas que se echan directamente sobre el pelaje, los espráis y los collares son las más comunes.  

Por supuesto, también hay que mantener a los animales higienizados y limpiar frecuentemente el entorno en el que viven. Los/as especialistas aconsejan, asimismo, vigilarlos durante los paseos, para evitar que entren en contacto con deposiciones de posibles canes infectados. 

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Bibliografía

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Nota: El artículo no es clínico y los contenidos pueden no corresponder con una situación de salud veterinaria específica al no ser redactados por especialistas. Recomendamos acudir al médico veterinario para el tratamiento o consejo de cualquier problema de salud de tu mascota.